Estados Unidos enfrenta un cierre parcial del gobierno federal por falta de acuerdo en el Congreso sobre nuevo presupuesto
Contacto con Silvia Pisani, colaboradora de En Perspectiva en Washington.
(emitido a las 8.43 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Estados Unidos vive hoy el segundo día de cierre parcial del gobierno federal a raíz de la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos sobre el nuevo presupuesto. Según el presidente, Barack Obama, esta parálisis de la administración se debe a la cruzada ideológica de una facción republicana contra su propuesta de reforma sanitaria. Ayer Obama volvió a dirigirse a la población y en su mensaje reclamó el cese de lo que calificó como un chantaje.
"Sabemos que cuanto más dure el cierre más familias y empresas se verá dañadas. Una vez más les pido a los republicanos que vuelvan a abrir la administración y dejen que los funcionarios vuelvan a trabajar. Eso solo sucederá cuando los republicanos se den cuenta de que no pueden tener a toda la ciudadanía y a la economía de rehenes por sus demandas ideológicas."
Mientras se busca una salida 800.000 empleados públicos fueron licenciados por una semana sin goce de sueldo, la mayor parte de las agencias federales cesaron sus actividades y la administración pública ha reducido al mínimo su funcionamiento.
¿Cómo se vive esta situación allí en la capital misma de Estados Unidos? Vamos a conversar con Silvia Pisani, corresponsal en Washington del diario La Nación de Buenos Aires, colaboradora de En Perspectiva.
¿Por qué no llevamos primero al terreno práctico esta situación tan rara que se está dando en Estados Unidos? Tú que vives en Washington, ¿qué es lo que estás viendo?, ¿qué es lo que estás viviendo?
SILVIA PISANI:
La verdad es que esto es lo más curioso: todavía no mucho. Para quienes vivimos aquí no se nota tanto porque los primeros efectos han sido en lugares turísticos y de esparcimiento cultural, y la verdad es que durante la semana quienes trabajamos aquí no tenemos mucho tiempo para eso. Sí se va a empezar a notar más en los próximos días, por ejemplo uno de los servicios que se va a ver afectado en breve va a ser el de recogida de basura, ahí la cosa va a empezar a sentirse mucho más. Pero si no, en lo cotidiano, yo diría que está afectando más a los visitantes de esta ciudad que a quienes vivimos aquí. Eso sí, lo empezás a ver en amigos y en conocidos que recibieron el llamado o el mail avisándoles que no tienen que presentarse a trabajar, esa es la parte dramática, esto sí es complicado.
EC Y esas personas, cuando esta solución llegue finalmente, cuando la actividad se reinicie, cuando haya un acuerdo entre demócratas y republicanos, ¿van a cobrar los días estos en los que han estado obligados a no trabajar, o no, y estos son días definitivamente perdidos?
SP No, en este país el trabajo que no se ejerce no se cobra, así que esto va a ser así, es dinero que se pierde. Lo que va a hacer mucha de esta gente, porque además existe esta vocación, es seguir trabajando aún sin cobrarlo, por una cuestión de compromiso, pero te diría que es prácticamente imposible que se piense en un cobro. A lo mejor hay alguna compensación o algo pero todavía ni siquiera se ha hablado porque al día de hoy no se ve la salida de este túnel.
EC Sí, y las implicancias son muy variadas, no solamente esas personas se quedan sin su ingreso y por lo tanto ingresan en un panorama muy complejo desde el punto de vista individual y familiar, esto tiene repercusiones también en el resto de la economía, porque esas personas a su vez son clientes y compradores, y por lo tanto el impacto se traslada al comercio y a tantos otros rubros.
SP Sí, es increíble cómo se está rebuscando la maniobra, cómo sale una picardía que es casi latinoamericana. Ayer en algunos bares alrededor de la zona de la Casa Blanca, por ejemplo, había carteles que ofrecían descuentos del 50% a quien demostrara que tenía una credencial de empleado público. Porque obviamente hay gente que tiene menos dinero y entonces para que sigan yendo a consumir se les hacía descuentos del 50%. Este es el ingenio para que siga funcionando. El que vende panchos al pie del Capitolio para la gente que lo visita está perdido, porque no tiene manera.
Lo complicado de esto es que es solamente la aceituna, el aperitivo, de lo que viene dentro de dos semanas cuando este país debata, una vez más, la trampa en la que periódicamente cae Barack Obama, que es la extensión del techo de la deuda. Cuando esto ocurra, si no hay acuerdo, como decimos en el Río de la Plata, ahí sí, agarrate catalina, porque los efectos no es que se van a sentir en todo este país, se van a sentir en nuestros países también porque va a tener impacto en la economía global.
EC En esa fecha lo que está en juego es el default directamente, ¿no?
SP Sí, la suspensión de pagos. Esto es como imaginarse una locomotora que frena, esta locomotora empezó a frenar ayer lunes, viene con semejante inercia que todavía hay muchas cosas que siguen en movimiento, pero el efecto inercial se va a ir perdiendo poco a poco en los días que vienen y va a haber un nuevo movimiento con otros efectos dentro de dos semanas y media si es que no se llegó a una solución. De verdad yo espero que esto no ocurra porque una cosa es que hoy no se note, pero si esto sigue sí se va a notar, y mucho. Si llegamos con esta situación al debate del aumento de techo de deuda esto ya va a ser muy complejo.
EC Contanos para terminar tus impresiones sobre cómo está el escenario político. Recién ya adelantabas algo, te noto muy pesimista.
SP Sí, porque estamos ante un fenómeno no del todo nuevo pero que se agudizó mucho. Obama describe parte del fenómeno y tiene razón, a mí me causa gracia, existen fanáticos ultra republicanos que están viviendo su mejor momento porque sienten que ideológicamente están haciendo una batalla. Ellos están convencidos de que el plan de salud de Obama es peligrosísimo y creen que es más peligroso que entre en vigor este plan a que cierre el país, es así el planteo. Son diputados que han llegado ahora a su banca que viven esta experiencia como poco menos que mística y están convencidos de que esta es la gran jugada. Es muy difícil negociar con ellos, muy difícil hacerlos entrar en razón, hablan de un país que ya no existe, siguen hablando de que no es necesario un plan de salud cuando hay 48 millones de personas que no tienen seguro médico. Esto por un lado, es una parte de la realidad, y esto es lo que describe Obama.
Y por el otro lado lo que hay es un gobierno demócrata que, como decimos en nuestra tierra, no le encuentra la vuelta al zapato, porque no encuentra la forma de superar este fenómeno.
EC Y supongo que las negociaciones siguen, son días frenéticos estos, de mucha angustia, ¿cómo se los vive en el Congreso, en la Casa Blanca?
SP Para mí este es el tercer elemento, y es que no es la primera vez que esto pasa en la administración demócrata, es la primera vez que tiene este desenlace, pero si ustedes recuerdan hace dos y cuatro años tuvimos lo mismo. Pero en esas dos ocasiones anteriores lo que hubo fue una solución de último momento, casi como en los cuentos de hadas a último momento apareció la negociación. Esta vez, a diferencia de las anteriores, no hubo "domingo frenético", al contrario, fue increíble cómo se estaba entrando en el lunes de parálisis con total parsimonia. Para que te des una idea: los legisladores que iban a votar para paralizar el país llegaron a Washington al mediodía y lo primero que hicieron fue ir a almorzar, no es mentira. Con lo cual yo creo que hubo esta vez también una especie de menor compromiso de la Casa Blanca con negociaciones de último momento apuntando a dos cosas: primero, a que la solución apareciera, que los republicanos recapacitaran, cosa que no ocurrió, y segundo a jugar al plan político de "bueno, les echamos la culpa a los republicanos de la parálisis del país". Cosa que está ocurriendo, lo estamos viendo a Obama cómo los culpa cada media hora, y esto funciona durante las primeras horas, pero si esto sigue no creo que alcance como estrategia.
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