Primer programa del debate Bush-Kerry
Desde Boston, Roberto Porzecanski
(Emitido a las 08.44)
EMILIANO COTELO:
Nos instalamos en Estados Unidos. Allí las primeras encuestas ofrecidas por los medios de comunicación dan una victoria a John Kerry en el primer debate electoral que tuvo lugar anoche de cara a los comicios presidenciales del próximo 2 de noviembre.
Según la cadena ABC News, un 45 por ciento de los encuestados da una victoria al candidato demócrata, mientras que un 36 por ciento cree que ganó Bush. Esta cadena matiza, sin embargo, que pese al resultado del encuentro, las preferencias de los votantes continúan siendo las mismas.
El debate comenzó poco después de las 11 de la noche, hora uruguaya, y tuvo lugar en la Universidad de Miami, en Coral Gable. El moderador fue el periodista Jim Lerrer, de PBS, el sistema público de televisión, quien cuando le tocó dar el puntapié inicial recordó que, en función del resultado del sorteo, la primera pregunta tenía que ir dirigida a Kerry. La consulta fue específicamente si él creía que podía hacer una mejor tarea que Bush en cuanto a prevenir ataques del tipo 11 de setiembre en Estados Unidos.
(Audio del debate)
Así empezaba ese encuentro que se extendería por 90 minutos, sobre el cual vamos a conversar ahora con nuestro corresponsal en Estados Unidos, Roberto Porzecanski.
Había mucha expectativa con respecto a este debate, ¿no?
ROBERTO PORZECANSKI:
Muchísima expectativa; por diversos motivos, pero principalmente porque los debates son vistos aquí como la última oportunidad de Kerry para dar un golpe de timón a esta campaña en la que viene corriendo desde atrás desde hace un tiempo, en particular desde la Convención Republicana. La campaña de Kerry ve los debates como una oportunidad para el candidato demócrata de lucirse más que el presidente y darle un poco de batalla. Es uno de los fuertes de Kerry, a quien le gusta debatir y lo practica como aficionado desde el liceo y como profesional desde su vuelta de Vietnam, y la improvisación es una de las debilidades de Bush. Aunque no hay mucho de improvisación en estos debates.
EC - Sí: todo lo que es posible controlar está bajo control, ¿no?
RP - Todo está bajo control. Esa es otra de las razones por las que había mucha expectativa, porque se sabía que delegados de las dos campañas habían negociado intensamente las condiciones de los debates, entonces había que ver qué resultaba.
EC - Ya hemos hablado algo de eso, pero para refrescar la memoria de los oyentes, ¿qué tipo de cosas estuvieron en la mesa de negociación?
RP - Algunas cosas esperables, como el orden de los temas a tocar, en lo que la campaña de Bush anotó una victoria al empezar con la política exterior porque ellos creen que es lo que más beneficia al presidente. También se negoció la cantidad de debates, en lo que la campaña de Kerry logró llevar el número a tres, con la presunción de que cuantas más oportunidades tenga el candidato demócrata de estar mano a mano con el presidente, mejor será para él.
Pero lo interesante son las otras cosas que se negociaron, menos esperables si se quiere, como por ejemplo la altura y la distancia a la que estarán las luces, la distancia de la cámara -para tratar de aminorar el efecto de la altura de Kerry, la diferencia con Bush- y la temperatura del cuarto. La preocupación de la campaña de Kerry era que si hacía mucho calor éste iba a sudar, lo que no lo iba a hacer quedar bien. Ensayaron a la misma hora los debates para acostumbrar el cuerpo, y cada candidato estudió minuciosamente y ensayó posibles preguntas, cuestionamientos de los oponentes y sus correspondientes respuestas. Es muy poco lo que está improvisado aquí. Todas estas condiciones fueron acordadas en un memorando de entendimiento de 32 páginas.
EC - Y ahora que pasó el primero de los debates, ¿qué evaluación haces tú, qué dicen los comentaristas en Estados Unidos de la performance de los dos candidatos anoche?
RP - Lo que llama la atención es que las dos campañas quedaron muy conformes. Yo escuchaba lo que decías tú respecto de la encuesta de ABC, aparentemente declarando ganador a Kerry; de todos modos lo que importa no es la encuesta inmediatamente posterior, sino cómo avanza la percepción de la gente a medida que la cobertura de los medios del debate empieza a ser más fuerte. O sea que habría que esperar dos o tres días para ver quién es declarado ganador del debate efectivamente, pero sobre todo si eso se trasluce en un aumento de Kerry en las encuestas.
EC - Y en cuanto al contenido, ¿qué destacarías?
RP - Lo primero es que habría que discutir si estrictamente fue un debate y si estrictamente fue sobre política exterior.
EC - ¿Por qué dices eso? Recordemos que lo que estaba previsto que se discutiera ayer era política exterior y seguridad nacional.
RP - Digo que no sé si fue un debate en el sentido estricto de la palabra porque los candidatos no podían dirigirse la palabra entre sí: se comunicaban a través del entrevistador. En un solo momento -cuando estaban hablando de las características personales- Bush insinuó hablarle a Kerry y éste le dijo: "Recordemos que no nos está permitido que hablemos entre nosotros". Más que un debate, yo diría que fueron dos entrevistas simultáneas.
Y en cuanto al tema, la verdad es que sí, política exterior entendida de una manera muy muy limitada, es decir 75 por ciento sobre Irak y el resto sobre seguridad nacional, incluyendo proliferación nuclear. Pero nada sobre inmigración, nada sobre América Latina, nada sobre Medio Oriente, nada sobre Cuba, muy poco sobre la situación en Sudán... Es decir, política exterior entendida con respecto a lo que más preocupa a los estadounidenses ahora.
Eso es importante, porque se volvió a hablar de los temas centrales, por fin se está hablando del presente y no del pasado; aunque esto ya había empezado a pasar hace dos semanas, cuando Kerry se puso muy pero muy agresivo con el presidente.
EC - Más allá de eso, ¿qué características tuvo el debate, cuáles fueron los principales argumentos?
RP - Kerry siguió con la línea que empezó hace dos semanas, en un discurso que dio en Nueva York, de ponerse extremadamente agresivo con respecto al manejo que ha hecho la administración Bush de la guerra en Irak. Sin peros: ayer dijo literalmente que la guerra en Irak fue un error colosal de juicio, una frase muy fuerte. También criticó durísimamente al presidente respecto de cómo manejó las situaciones en Corea del Norte e Irán; dijo que en realidad en vez de proteger a Estados Unidos la guerra en Irak es una distracción de la guerra contra el terrorismo. Ese fue su punto central.
Bush, por su parte, se apegó a repetir incansablemente su mensaje central, esencialmente: "Estamos en el camino correcto. Es difícil -aclaró-, vamos a encontrar muchos obstáculos en el camino, pero estamos en el camino correcto". A diferencia de Kerry, para Bush la guerra en Irak es el centro de la guerra contra el terrorismo, no una distracción. Bush también insistió, como era previsible, en la acusación a Kerry de cambiar de opinión constantemente, en particular respecto de la guerra en Irak.
EC - ¿Cuál fue la respuesta de Kerry a ese argumento de Bush?
RP - Dijo que su opinión es consistente, y que puede haberse equivocado en cómo manifestó algunas de sus opiniones, sobre todo respecto de la guerra en Irak, pareciendo que cambiaba de opinión, pero, dijo, por el contrario: "Yo me habré equivocado en cómo hablé de la guerra, pero Bush se equivoco respecto de 'la' guerra".
EC - Llegó a hacer comparaciones con el padre del presidente George W. Bush en cuanto a lo que fue la otra guerra, la guerra con Irak por la situación en Kuwait. Dijo que Bush padre había ingresado en aquella guerra y la había terminado, en cambio este Bush no sabía cuál sería el desenlace de este asunto en el que ingresó Estados Unidos.
RP - Sí, la estrategia de Kerry en los últimos días ha sido decir que Bush está en un estado de negación de la realidad, que no ve lo que está pasando en Irak; ese es su mensaje. Dice que su padre no entró a Bagdad, no se quedó en Bagdad porque no tenía una estrategia de salida, sin embargo a la administración de Bush hijo no le importó no tener estrategia de salida y entró en Bagdad y se quedó. Ayer fue un día muy duro respecto de la ocupación en Irak, y eso estuvo sobre la mesa.
EC - Por su lado Bush, cuando enfatiza en los cambios de opinión que señala a su rival, también pone el acento en cómo se sentirían las Fuerzas Armadas al ser dirigidas por "alguien que tiene un criterio variable".
RP - Claro, porque Kerry dice que ésta es una guerra equivocada en un momento equivocado. Según Bush, las Fuerzas Armadas no pueden recibir el mensaje de un comandante en jefe que dice que es una guerra equivocada en un momento equivocado. Kerry sin embargo se defiende, dice: "Yo no fui el que decidió ponerlos en Irak, pero ahora que estamos hay que terminar el trabajo".
Creo que lo más importante a destacar es que la estrategia de Bush ha sido -en general ha sido su estrategia a lo largo de su carrera política- apegarse a un mensaje simple y repetirlo incansablemente. Ayer parecía hasta sorprendente, porque las preguntas a Bush eran sobre Corea del Norte, sobre Irán, pero él lograba que la conversación se atuviera a Irak. Su mensaje es muy claro, mientras que Kerry tiene un mensaje si se quiere un poco más complejo, un poco más matizado, tiene un estilo muy distinto y eso se notó.
EC - ¿Y cómo viste el debate desde el punto de vista de la capacidad de comunicación de los candidatos?
RP - Este es uno de los puntos en los cuales, según las campañas de los candidatos, los dos estuvieron muy bien. Para mí claramente Kerry estaba mucho más confiado, Bush hizo por momentos silencios largos antes de contestar y por momentos se lo notó bastante ofuscado. Lo interesante es que como Bush tenía una cámara que lo enfocaba más de cerca para engañar, para no mostrar la diferencia de altura, las expresiones de su cara se veían mucho más nítidamente.
Habíamos trabajado con la expectativa de que Kerry iba a estar muy bien y Bush muy mal. Creo que los dos estuvieron bien, cada uno en su estilo, pero sin duda la sorpresa fue lo bien que estuvo Kerry, que no es un gran comunicador.
EC - ¿Cómo sigue esto? El de ayer fue el primer debate.
RP - Sí; el primer debate que, en cierta medida, es el más importante, porque está demostrado que el nivel de audiencia disminuye con el paso de los debates. Ayer se estimaba que entre 50 y 60 millones de personas estaban mirando el debate; para los próximos dos van a ser menos.
Como decíamos, va a haber dos debates más, el primero el viernes de la semana que viene, con preguntas del público, en un formato que ellos llaman "town-meeting", es decir "reunión de la ciudad", donde la gente puede preguntar directamente. Es un formato más informal, con agenda abierta. Y el tercer debate será sobre política doméstica y tendrá lugar el miércoles 13 de octubre; la sabiduría general dice que será en ese debate que Kerry podrá lucirse más porque es más fuerte en la agenda doméstica. Y el próximo martes tendrá lugar el debate entre Edwards y Cheney, los candidatos a vicepresidente.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón