Las elecciones municipales venezolanas fueron otra puesta en escena de la polarización que vive el país
Contacto con Omar Lugo, corresponsal de En Perspectiva en Venezuela, analizando la jornada electoral del domingo.
(emitido a las 8.44 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Venezuela tuvo ayer una nueva instancia electoral. Van 19 en los últimos 14 años.
Esta vez se trataba de comicios municipales dedicados a la elección de alcaldes y miembros de los concejos municipales. En total había 337 alcaldías en disputa.
Pero el debate fue bastante más allá de los asuntos vinculados a las ciudades. La oposición procuró convertir la jornada de ayer en un plebiscito sobre la figura del presidente, Nicolás Maduro, solo seis meses después de las elecciones nacionales que lo llevaron al cargo por un margen muy estrecho.
¿Qué dicen los números que se conocen hasta ahora? Señalan que el oficialismo se impuso en la mayoría de los municipios. Según datos que daba ayer la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, con casi el 98% de las mesas escrutadas el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus aliados obtenían el 77% de las alcaldías que estaban confirmadas, mientras que la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ganaba en el 15% de las alcaldías. De todos modos se destacó que la oposición se quedaba con algunas de las plazas más importantes y pobladas, como la Alcaldía Metropolitana de Caracas, la de la ciudad petrolera Maracaibo y Barinas, en el estado natal de Hugo Chávez.
Estamos con Omar Lugo, colaborador de En Perspectiva en Caracas.
A estos números que yo daba ¿tú podrías alguna actualización?
OMAR LUGO:
Es el único boletín oficial que han dado hasta ahora y los demás partirán de las llamadas Juntas Electorales de cada municipio. Pero con esos resultados es posible adelantar los primeros análisis de lo que ha pasado. Como tú decías es importante destacar que no es solamente una elección de cargos municipales sino que es otra puesta en escena de la polarización política que sigue fortalecida en Venezuela. En efecto, el 15% de las alcaldías son para la oposición pero son las ciudades más populosas, el principal bastión electoral, y en número de votos deja ver que el país está dividido en dos mitades casi iguales.
EC -Â Pasando en limpio, de las alcaldías que estaban confirmadas había un 77% para el oficialismo, 15%-16% para la oposición. Pero si vamos a votos, el chavismo obtiene 44% de los votos y la oposición 41%*.
OL -Â Así es, con una abstención de 58%, un dato fundamental. Este tipo de elecciones estuvo en el promedio histórico de participación, pero hay un grupo de venezolanos que se echó a un lado y vio pasar al tren de lo que estaba ocurriendo.
En un discurso encendido el presidente, Nicolás Maduro, salió a celebrar lo que calificó como una "victoria contundente" ante sus seguidores en la Plaza Bolívar, donde ganó el alcalde del municipio Libertador. Para explicar un poco el contexto: Caracas es una capital bastante compleja de gobernar, tiene cuatro municipios. El Libertador es uno populoso del oeste de la ciudad y aparte de eso hay otros que están en el este de la ciudad, donde la oposición sigue fortalecida. Inclusive en un municipio bastante populoso llamado Sucre, que es el bastión del llamado Partido Primero Justicia, uno de los más importantes de la MUD.
De las capitales de estados ocho quedaron con la oposición y 13 con el Gobierno. Otro detalle fundamental: en las ciudades medianas y pequeñas domina mucho el chavismo, sobre todo en ciudades de la Venezuela profunda, en los estados llaneros, esos estados agrícolas y pecuarios y ciudades pequeñas que viven de las dádivas del Gobierno central y los más pobres del país. Es bastante paradójica esta lectura, pero lo fundamental es que sigue polarizada Venezuela porque el presidente Maduro y sus dirigentes fundamentales, incluyendo al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, recalcaron que de cualquier manera el alcalde que haya ganado tiene que gobernar con un llamado Plan de la Patria, el esquema del Gobierno para los próximos seis años, que consagra al socialismo como forma de administración en este país. Es decir, esa mitad de la cual estábamos hablando ahora que está todavía refortalecida en las principales capitales va a tener una paradoja, que es que acepta al socialismo como imposición o no va a poder gobernar con el Gobierno. Esas palabras de Maduro fueron para mi criterio bastante definitorias de la situación de Venezuela en un contexto de una severa crisis económica.
EC -Â Mencionabas hace unos segundos la reacción del presidente Nicolás Maduro, el hecho de que a partir de estos resultados salió a reafirmar el rumbo de su Gobierno, ¿por qué? ¿Qué decía esta elección para el PSUV?
OL -Â Puso en evidencia la fragmentación del partido de la herencia de Chávez. De hecho el propio Maduro destacó en su discurso que dos plazas importantes, Barinas, la ciudad del estado natal del expresidente Hugo Chávez, y una ciudad petrolera muy importante llamada Maturin, quedaron en manos de la oposición por divisiones del chavismo, por candidatos que se lanzaron solos, y por pocos votos. El PSUV también forma parte del Gobierno junto con el Partido Comunista y otras organizaciones pequeñas, pero básicamente es el PSUV el que aporta la gran cantidad de votos; pero cuando tú sacas separado al PSUV y lo mides contra la MUD ves que las fuerzas están mucho más parejas.
EC -Â Pero pese a eso, como decíamos, el presidente Maduro indica después de este resultado: "La revolución bolivariana continúa, ahora con más fuerza y esta semana vamos a profundizar la ofensiva económica para proteger al pueblo trabajador, para proteger a la clase media", ¿por qué estas novedades?
OL -Â Es un punto fundamental porque en Venezuela, en mi opinión, el gran problema es económico, no político. Inclusive todo lo que está detrás de estos resultados electorales en los últimos años ha tenido tras de sí estos impactos de la economía de Venezuela, de una severa crisis económica con una inflación que superará el 50% este año, con un crecimiento económico que se ha frenado y está por debajo del 2%, con una fuerte escasez de productos básicos que llega a 22% en promedio según datos del Banco Central, y con una caída severa de inventario en los supermercados, de 87% según los datos del gremio empresarial. Ayer me llamaba mucho la atención que las colas para comprar leche, azúcar, margarina y harina en algunos supermercados donde aparecen estos productos era mayor que la cola en los centros de votación. La gente en cualquier momento que le avisan que llegaron estos alimentos dispara las alarmas, manda mensajitos de texto, sale de las oficinas y se va hacia la fila para comprar estas cosas.
La escasez y la inflación son dos de los grandes problemas de Venezuela a los cuales el Gobierno responde diciendo que es una guerra económica fomentada por Estados Unidos, por lo que llaman la derecha fascista- es la forma en que definen a la oposición-, y por los empresarios a los cuales criminaliza y denomina golpistas. Este discurso encendido es el contexto de toda esta confrontación electoral de ayer. Maduro ha optado por atacar las consecuencias de la situación económica y no las causas. Por eso va a anunciar nuevas acciones en esta llamada guerra económica y va a, según dijo ayer, apuntar al sector inmobiliario, el de alimentos y el de servicios. Se va a consolidar una ley del Gobierno para regular los márgenes de ganancias de todo lo que se vende y se compra en este territorio.
EC -Â Desde el punto de vista político, ¿qué es lo que cabe aguardar? ¿Esa relación entre el Gobierno y la oposición de qué manera puede encauzarse?
OL -Â A mí me parece tras los primeros discursos, las primeras palabras, que viene una radicalización de la confrontación política, porque los dos lados siguen sin reconocerse. Sobre todo el lado del Gobierno no admite la existencia de la oposición, de una mitad de venezolanos que piensa diferente, no me refiero a la oposición como movimiento político sino al mensaje que le ha dado a esta mitad de la población. Por su lado el líder opositor, Henrique Capriles Radonsky, señaló, a mi juicio muy acertadamente, que no hay una mayoría absoluta en el país, que el país no le pertenece ni a la oposición ni al Gobierno. Si sacamos la cuenta, de una abstención de 58% en este contexto que si bien elecciones municipales en todo el mundo tienen baja participación, la fuerte campaña electoral del Gobierno con los grandes recursos públicos, con la presencia total en los medios de comunicación, con la televisión y la radio dominada en cadenas oficiales, con grandes inversiones en anuncios de calle y movimientos, muestran que no fueron suficiente para motivar a los venezolanos e imponer por completo el modelo político chavista en todo el país.
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* El Partido Socialista Unido de Venezuela obtuvo 4.584.477 votos -44,16%- y sus aliados 526.859 (5.111.336 en total) sumando en conjunto el 49.2% de los sufragios. En tanto, la Mesa de Unidad Nacional obtuvo 4.252.082 -40,96%- mientras que sus aliados sumaban 183.015 (4.435.097 en total), logrando una adhesión del 42.7%. El Partido Comunista obtuvo el 1,6% de los votos y otras organizaciones políticas el 13, 26%.