África

Los enfrentamientos en Sudán del Sur por el petróleo ya llevan 15 días y se han cobrado la vida de miles de personas

Contacto con Susana Mangana, doctora en Estudios Árabes e Islámicos y colaboradora de En Perspectiva

(emitido a las 7.51 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En estos últimos días de 2013 un país del que muchos ni siquiera han escuchado hablar está recibiendo la atención internacional.

Sudán del Sur, el país más joven del mundo, independizado hace apenas dos años, se encuentra al borde de una guerra civil. Naciones Unidas se apresta a intervenir y las potencias occidentales observan expectantes.

El conflicto ya se cobró la vida de varios miles de personas en esa nación tan lejana para nosotros. Si bien tiene varios ribetes y características particulares, ¿qué hay detrás de este enfrentamiento?, el petróleo. Ese parece ser el principal detonante en estos choques que involucran desde hace 15 días al Gobierno y a militares rebeldes que ayer ocuparon la región donde se ubican los principales yacimientos de crudo del país.

Vale la pena que nos ubiquemos en esa situación tan delicada, qué ocurre y sobre todo qué repercusiones puede haber a nivel global. Para eso vamos a conversar con Susana Mangana, integrante de la tertulia de los miércoles.

SUSANA MANGANA:
Realmente es grave la situación. En estos momentos no hay fiestas ni felicidad en Sudán del Sur.

EC – ¿Dónde está Sudán del Sur? Estoy seguro de que muchos de nuestros oyentes no lo tienen presente en el mapa. Estamos hablando del centro-este de África, casi el centro.

SM – Exactamente, además es el país de mayor extensión en toda África, con lo cual vale la pena que le dediquemos estos minutos porque es un país vecino de otro que también ya hemos comentado en la tertulia por los conflictos armados que se han desatado en diciembre: República Centroafricana. O sea, Sudán del Sur queda, como bien dice su nombre, al sur de Sudán Norte, la capital del norte es Jartum, mientras que la del sur es Yuba. Este país está rodeado por Chad hacia el oeste, por República Centroafricana al suroeste, también tenemos hacia el este a Etiopía, o sea, el cuerno de África con Eritrea y al norte tenemos a un país muy importante como Egipto.

Ya saben todos nuestros oyentes que África fue dividida por un tiralíneas por el compás de los colonizadores, sobre todo británicos y franceses; hacia el este de África y hacia el centro-este tenemos que hablar de presencia británica. Hasta 1953 fue una colonia británica; en 1952 Egipto accede a su independencia de la corona británica y al año siguiente Sudán también le va a pelear y disputar la independencia a Egipto.

EC – Estamos hablando de un país que tiene 620.000 kilómetros cuadrados, casi cuatro veces Uruguay y que tiene una población de 10.300.000 personas, o sea, tres veces la de nuestro país.

SM – Tres veces Uruguay y además con un Producto Bruto Interno (PBI) que ronda los 1.000 millones de dólares y un PBI per cápita -aunque estas cifras no siempre son tan veraces- que ronda entre los 600 y los 800 dólares.

EC – O sea, un PBI per cápita muy bajo, eso ya es un dato clarísimo.

SM – Es un país que está asolado por dos guerras civiles importantes, larguísimas y muy cruentas, entre el norte y el sur, esta es la razón por la que se han dividido finalmente en 2011. Pero lo importante es destacar por qué se le dio la independencia a Sudán del Sur, que realmente no tenía cómo seguir peleando contra el norte después de que muriera el mítico líder del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán (sur), John Garang, en un accidente aéreo. Se le dio la independencia, y esto creo que lo he comentado contigo en las tertulias, pero hay una dependencia económica del norte.

Tú decías al inicio de la charla que el problema es el bendito y maldito petróleo. El problema es que la gran cantidad de yacimientos todavía sin explotar de Sudán se encuentran en el sur y en las zonas que están disputadas por el norte y por el sur, que es donde están llevándose a cabo las cruentas masacres. Tú hablabas de miles de muertos, si las cifras de Naciones Unidas no fallan cuando la noche del 15 al 16 de diciembre estalla el conflicto en lo que después el presidente de Sudán Sur, Salva Kiir, dijo que era un golpe de Estado frustrado, ahí tendríamos que hablar de 500 muertos, pero como tú bien indicas hay más.

Antes de hablar contigo tuve un contacto con Yuba, la capital Sudán del Sur, y me confirman lo que ya había leído por algún otro informe y es que ya se han encontrado fosas comunes en la capital, más al norte en Bor y también en Malakal, donde hay yacimientos petrolíferos. Son zonas que están siendo controladas por los llamados rebeldes con lo cual no podemos hablar en estrictus sensus de una guerra civil porque nadie todavía controla el territorio. El Gobierno, y el Ejército que responde a él, ha vuelto a recuperar el aeropuerto de Bor, pero en Malakal un general desertor que se ha pasado a los rebeldes cerró el grifo del petróleo y eso hace daño, no solo a la economía de ese país sino a las petroleras y a las multinacionales que se aprovechan y se benefician de ese petróleo sudanés.

EC – Dos preguntas para ir redondeando esta conversación: ¿qué perspectivas tiene el conflicto tal cual está planteado en este momento?

SM – Muy negativas, realmente es muy difícil de pacificar aquella región porque además son personas acostumbradas a vivir en guerra. Dos minutos antes del contacto contigo mis informantes en Yuba me decían que había barcazas con ciudadanos indefensos, civiles, que se trasladaban por el río Nilo hacia el norte; hicieron bajar a los hombres, a las mujeres y a los niños los dejaron continuar, y mataron a todos los hombres. Estamos hablando de masacres como en las peores guerras civiles de África pero también de otros continentes.

Las Naciones Unidas se ven sobrepasadas totalmente, hay campamentos dentro de sus bases donde hay hasta 50 mil personas hacinadas, entonces es una crisis humanitaria de órdago que se suma a otras crisis que ya teníamos en el mismo país, por ejemplo Darfur. Tú recordarás que el capítulo de Darfur todavía no está cerrado y se ha cobrado más de dos millones de vidas. Hay que dejar claro que nos hablan de luchas sectarias, de divisiones étnicas, todo esto es cierto, pero como siempre comento, las divisiones étnicas son una excusa para dividir y enfrentar, pero lo que hay detrás de esto es la obtención de los recursos naturales.

Por eso también es que la comunidad internacional se apresuró con la independencia de Sudán del Sur porque contaban con poder hacerse con este oro negro que es el petróleo de Sudán del Sur. Pero es un país sin instituciones, hay una cleptocracia, es un Gobierno de ladrones, y es eso lo que está ahora en disputa. Los llamados rebeldes pertenecen a la tribu Lou Nuer y el Gobierno y sus generales, los que todavía le son fieles, pertenecen a la tribu mayoritaria de Sudán del Sur que son los Dinka. Pero realmente esto es una excusa, lo que pasa es que todos quieren llegar al Gobierno para seguir robando a un pueblo que vive famélico; mujeres que son sometidas a cualquier tipo de vejación, como ser esclavas sexuales para los soldados. Realmente es trágico, la esperanza de vida no alcanza ni a los 43 años y en el 2011, cuando se independiza Sudán del Sur, había un país con solo 50 niñas que terminaron la primaria.

EC – ¿Qué repercusiones puede tener hacia afuera de Sudán del Sur, en la región y sobre todo en la comunidad internacional?

SM – Esto es grave para África, porque es un continente que tiene estas inmensas e ingentes riquezas naturales no acaba de despegar por culpa de esa falta de gobernabilidad, de gobiernos corruptos, de líderes que no rinden cuentas, que además son realmente hasta peores que en la etapa de la colonia, donde por lo menos había un orden administrativo. En este caso no existe, pero además Sudán del Sur comparte frontera terrestre con República Centroafricana donde también se está desarrollando otra guerra civil. Con lo cual, para países como Eritrea, Etiopía, pero también para el propio Kenia, que era una isla de estabilidad económica y política en África, es muy grave. Ayer hubo una reunión de líderes africanos con el presidente keniata y el primer ministro de Etiopía junto con los líderes, sobre todo el presidente Salva Kiir y sus delegados, pero no llegaron a ningún acuerdo.

Para África malas noticias, esto significa que Naciones Unidas va a tener que seguir enviando cascos azules, con lo cual Uruguay seguramente sea convocado a participar de una nueva misión. También la Unión Africana tendrá que incrementar el número de soldados, el problema es: ¿los tiene?, ¿tiene recursos para financiarlos?, porque también ha tenido que enviar 6.000 soldados a la Operación Misca [Misión de la Unión Africana en la República Centroafricana] a la República Centroafricana.

Para África muy malas noticias y para el mundo una vez más el desconcierto de saber que las multinacionales son las que rigen el futuro de estos países, porque son las que puede seguir extrayendo el petróleo. Sudán del Sur necesita urgentemente alcanzar la independencia real, y esa independencia solo va a llegar cuando tenga oleoductos que puedan sacar el petróleo no por el norte sino hacia el sur y hacia el este; para eso necesitan también acuerdos con Etiopía o con Eritrea. Pero es importante entender que lo que hay detrás de estos conflictos es la avaricia y el acceso al control de los recursos naturales.

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