Israel despide el ex primer ministro Ariel Sharon, estratega y protagonista del conflicto árabe-israelí
Contacto con Ana Jerozolimski, colaboradora de En Perspectiva en Jerusalén.
(emitido a las 8.38 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Después de pasar ocho años en coma a raíz de un derrame cerebral murió este sábado en Tel Aviv el ex primer ministro Ariel Sharon, uno de los líderes más influyentes y más polémicos del Cercano Oriente.
AUDIO SHIMON PERES
EC – "Ariel Sharon fue un gran arquitecto y un sobresaliente defensor de su Estado. Él convirtió la tendencia de la guerra de Yom Kippur partiendo de una amenaza hasta convertirla en una sorprendente victoria. Él abrió el camino a la paz con Egipto. No conocía el miedo, tomó decisiones difíciles y las implementó con valentía". Así lo despedía el presidente de Israel, Shimon Peres, quien primero fue rival político y luego aliado y amigo de Sharon.
¿Qué está ocurriendo en este momento en Israel? ¿Qué análisis se hace de la figura de este hombre que ahora pasa a la historia? Vamos a conversar con Ana Jerozolimski, nuestra colaboradora en Jerusalén.
¿Cuáles son las ceremonias que se están cumpliendo en este momento?
ANA JEROZOLIMSKI:
Hubo un acto especial en el Parlamento de Israel donde se expuso el féretro para que los ciudadanos pudieran presentar sus respetos al ex primer ministro. Hace un rato vimos pasar por las calles de Jerusalén la caravana oficial que lleva el féretro cubierto con la bandera de Israel en camino hacia el sur, hacia la llamada "colina de las amapolas", en la finca de la familia Sharon, donde será sepultado. En la primera estación de esta marcha fúnebre en la zona de Latrum se llevará a cabo un acto que lo brindará el Estado Mayor de las Fuerzas de Defensas de Israel. Este es un lugar muy simbólico porque ahí Sharon fue herido gravemente por primera vez en combate en la guerra de independencia de Israel.
EC – ¿Cuál es el ambiente entre la población a propósito del fallecimiento de Ariel Sharon?
AJ – De luto. No se puede comparar con lo que se veía aquí cuando fue el asesinato de Isaac Rabin, yo pensaba en esto ayer cuando fui al Parlamento a conversar con la gente que iba a dar ese último adiós, las circunstancias por cierto son diferentes. En aquel momento recuerdo que había filas kilométricas de ciudadanos esperando para entrar en el Parlamento y presentar los respetos ante el féretro. Ayer no era así, se hablaba aproximadamente de 20.000 personas que llegaron. Eso no quita que la gente tiene la necesidad de destacar lo que fue Ariel Sharon para la historia de Israel, no exento de polémicas, en absoluto. En un ambiente en el cual se destaca mucho su aporte por la seguridad de Israel, aparte todo esto se lleva a cabo en medio de un impresionante despliegue de seguridad, por ahora todo transcurre en orden y sin alteraciones.
EC – ¿Por qué el entierro se va a producir en su casa? ¿Cuál es la razón de una medida que desde lejos llama la atención?
AJ – Fue un pedido explícito de Ariel Sharon el ser sepultado en la colina de las amapolas, una zona hermosa que suele llenarse de flores, que está en la zona de su casa. Allí fue sepultada el gran amor de su vida, su esposa Lily, que murió de un cáncer hace 13 años y Sharon claramente quería estar a su lado, por eso renunció a que se le dé sepultura en el cementerio para las grandes figuras del Estado. Él quería estar junto a su esposa en la finca de los Sicamoros, en el sur de Israel.
EC – Hablemos de la evaluación que se hace de Ariel Sharon, ahora que se ha producido su fallecimiento. Porque para muchos israelíes es un héroe, pero para buena parte de la población árabe es un criminal de guerra. Incluso dentro de la población de Israel hay sectores que rechazan su trayectoria, entonces, ¿cómo está presente todo eso hoy?
AJ – Sin duda todo se mezcla en estos días. Para empezar con ese punto tan polémico, desde diferentes partes del mundo árabe se transmitieron las escenas de jolgorio y festejos, te diría que para el estremecimiento del israelí promedio, inclusive para quienes discrepaban con Sharon. También se mostraron las declaraciones que hubo ante la muerte de Sharon, por ejemplo alguien que en su momento fue visto como uno de los rebeldes de Al Fatah en el Líbano, coronel Munir Makdah, diciendo que ahora hay que llevarlo a juicio ante un tribunal internacional aunque haya muerto. Todo esto por el tema de las masacre en los campamentos de refugiados palestinos Sabra y Shatila, aunque recordemos que los perpetradores de las masacres fueron los falangistas cristianos que entraron. Cuando la comisión investigadora israelí, encabezada por el juez supremo Yitzhak Kahan, estudió el tema dejó claro que los responsables habían sido los falangistas cristianos, pero también que Ariel Sharon tenía responsabilidad indirecta por no haber supuesto que si permitía la entrada de los falangistas a los campos podía ocurrir una tragedia. Por eso le impusieron una dimisión que él no aceptó aunque luego el Gobierno lo defenestró.
Ese fue uno de los grandes temas de las polémicas que yo sentí ayer hablando con ciudadanos que se molestaron en llegar hasta Jerusalén para dar ese último adiós a Ariel Sharon -algunos del extremo norte y del extremo sur de Israel- pero al mismo tiempo decían que con otras de sus actitudes o hitos de su carrera discrepaban. Sin dudas fue muy amado por unos y en ese momento muy criticado por otros -ellos no hablaban de Sabra y Shatila, sino del plan de desconexión de la Franja de Gaza que Sharon impulsó-. Eso llegó a puntos extremos. Ayer una diputada de un partido de derecha [Orit Struc, de Hogar Judío] miembro de la coalición de Gobierno, dijo que hay que agradecer al Todopoderoso porque lo sacó en su momento del cargo, refiriéndose al derrame por el cual dejó de ser primer ministro poco después de la desconexión de Gaza.
EC – Sí, quizás aquí estemos aludiendo a otro de los aspectos de su gestión, Ariel Sharon fue históricamente un promotor de los asentamientos judíos en territorios palestinos, sin embargo, sobre el final de su vida política tomó la decisión de la retirada unilateral de la Franja de Gaza en el año 2005, lo que le generó problemas con sus partidarios en ese momento. Creo que sería bueno que nos detuviéramos en esas dos posturas que adoptó.
AJ – Así es, eso fue sin duda uno de los puntos más dramáticos en su carrera. Yo recuerdo claramente a Sharon, la voz, el tono en el momento en el que él decía "hay que tomar cada colina, hay que tomar control de los lugares en los cuales si creamos hechos consumados van a quedar de nuestro lado", algo parecido a los puestos no autorizados que ahora jóvenes de derecha que viven en los asentamientos instalan sin permiso del Gobierno. Sharon tuvo un vuelco dramático, y creo que podemos explicarlo -aunque él evidentemente habría tenido mucho más para decir al respecto si hubiera podido continuar como primer ministro- con una frase que él dijo: "Lo que se ve desde aquí no se ve desde allí", refiriéndose a la conciencia que toma uno cuando asume la responsabilidad de primer ministro en comparación con la facilidad de criticar desde la oposición.
Sin duda eso fue un gran vuelco para él, que al mismo tiempo también mostró algunas características de su forma de pensar, porque él no era de atarse ni a partidos, evidentemente, dejó Likud, formó Kadima, ni a marcos ideológicos. Para él lo principal era lo que él consideraba correcto hacer en determinado momento y no grandes proclamas ideológicas. Pero la línea que se mantuvo es que, inclusive cuando decidió salir de la Franja de Gaza desmantelando todos los asentamientos -desde octubre de 2005 no hay un soldado israelí en la Franja de Gaza- él dijo: "la desconexión no se puede hacer", en su momento no quería negociar nada con Yaser Arafat por el cual él sentía repulsión y lo consideraba un terrorista, aunque había negociado con él.
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