Decisión diplomática

Italianos residentes en Uruguay están en contra del "desclassamento" del consulado en nuestro país

Italianos residentes en Uruguay están en contra del "desclassamento" del consulado en nuestro país
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El Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia decidió convertir en consultado italiano en Uruguay en una cancillería consular. Varios residentes italianos de nuestro país ya se han manifestado en contra de esta medida porque, según aducen, esto complicará los trámites propios de un consulado. El periodista italiano Stefano Casini y vocero de este movimiento dialogó con En Perspectiva sobre esta situación, quien explicó que de esta forma el reconocimiento de la ciudadanía desde que se presenta la partida de nacimiento hasta que se concreta el trámite puede llegar a demorar 12 ó 13 años. También reflexionó que "es imposible no hacer una referencia histórica a la italianidad en un país como Uruguay".

(emitido a las 8.36 hs.)

ALEJANDRO ACLE:
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia anunció que degradará su consulado en Uruguay y lo convertirá en una cancillería consular. La medida ha molestado a muchos de los descendientes de italianos uruguayos que se están movilizando y anuncian que van a luchar para impedir que esa medida se concrete.

El servicio diplomático italiano estuvo presente en nuestro país mucho antes de que existiera Italia como nación. Por eso desde el comité Salviamo il nostro Consolato (Salvemos nuestro Consulado) sienten que con esta medida se le ha dado un cachetazo a la historia.

¿Qué consecuencias implica esta degradación o "desclassamento", como se lo llama? Lo vamos a conversar con el periodista Stefano Casini, vocero del movimiento.

STEFANO CASINI:
Estamos aquí para ver cómo podemos impedir una medida tan injusta, como bien decías desde el punto de vista histórico, ético, hasta económico y profesional. Un país con una figura histórica -no una buena- como Benito Mussolini, decía que Uruguay era el país más italiano del mundo.

EMILIANO COTELO:
Vamos a explicar primero de qué se trata.

AA – Sí, ¿qué implica esto que no abarca solamente a Uruguay sino también a otras embajadas y consulados italianos en el mundo?

SC – El "spending review" como lo llaman (en Italia últimamente todo se dice en otro idioma que no sea el italiano), es por la crisis que está atravesando Italia, una crisis en muchos sentidos bastante peor que la de España o incluso que la de Grecia. Es un país que tuvo 60 suicidios en los primeros 50 días de este año por parte de empresarios, donde cierran mil empresas por día, hay una falta de creencia en la clase política prácticamente crónica desde hace unos 20 años. Las medidas fueron muchas, se cerró por ejemplo el Instituto de Comercio Exterior, prácticamente todas las sedes de la RAI en el mundo, incluida la de América Latina aquí en Montevideo y la de América del Norte en Nueva York. Se han cerrado embajadas, como el consulado general de Italia en Madrid. Hay varias puntas y varios recortes, lo que no se ha rebajado son los sueldos estratosféricos que tienen por ejemplo el servicio diplomático italiano, muy superiores a los de otros países mucho más adelantados como Estados Unidos, Francia o Inglaterra. El Ministerio de Relaciones Exteriores es el 83%, 84% de todo el presupuesto ministerial está dedicado a los sueldos…

EC – ¿Y qué es esto del desclassamento que afecta al consulado en Uruguay?

SC – Italia tiene un servicio diplomático distinto al uruguayo, por ejemplo, solamente se accede por carrera diplomática, no existe la política en eso. Hay cuatro categorías: consulado general, consulado, cancillería consular y agencia consular, se rigen dependiendo de varios factores que no son solamente factores numerológicos. Por ejemplo, Uruguay tiene alrededor de 120.000 ciudadanos italianos, el doble que España por ejemplo, pero en Calcuta hay 99 italianos inscriptos y hay un consulado general, en Ho Chi Minh (Vietnam) hace un mes abrieron un consulado general con 15 italianos inscriptos. Uno se preguntará por qué tanta diferencia, estos países son desde un punto de vista económico y estratégico político muy superiores a Uruguay, no lo podemos negar…

EC – Pero, ¿cuál es la medida que se toma con el consulado en Uruguay?

SC – El consulado, que tiene hoy una sede en el Parque de los Aliados en la calle Canning, alquilada por el Estado italiano (inclusive vamos a ver cómo se puede resolver ese problema porque el contrato es hasta 2016), vuelve la sede a su lugar original en la calle Lamas, prácticamente en el mismo predio de la embajada italiana. Eso hace que el Estado pueda ahorrarse unos euros y aparte al desclassar, degradar a canciller consular, también se pierde una pieza muy importante que es el cónsul. Los dos tipos de consulado tienen una figura diplomática que la cancillería y la agencia consular ya no tienen.

Nuestro embajador, Vincenzo Palladino, una persona de una vastísima experiencia porque fue cónsul en la ciudad más grande del mundo, en Buenos Aires, dijo que no va a cambiar nada desde el punto de vista de la operatividad, de entrega de pasaportes, de trámites y todas esas cosas, pero va a haber una merma importante en lo que significa el cónsul dentro de la comunidad. El cónsul también tiene controles sobre la educación, sobre el dinero que llega de Italia para la escuela italiana, para el Hospital Italiano, para la Dante Alighieri, para la Cámara de Comercio italiana, que por ejemplo fue la primera en el mundo en 1853…

EC – ¿Qué les preocupa a ustedes entonces? ¿Qué va a ocurrir en términos prácticos?

SC – En términos prácticos nos preocupa que la figura del cónsul ya no va a existir. Por ejemplo, en términos prácticos, si hay un italiano buscado por Interpol que llega a Uruguay el que se encarga de los trámites es el cónsul, ahora no sabemos quién va a ser, obviamente una representación diplomática va a tener el control directo del embajador de Italia.

EC – Pero pensando en los italianos que viven en Uruguay, ¿qué implica esto?

SC – En realidad mucho no vamos a saber, pero desde un punto de vista práctico va a faltar un funcionario más, porque no va a haber cónsul. El consulado opera más o menos con 13 ó 14 personas, estamos hablando de unas 8.500, 9.000 personas italianas por cada funcionario que existe, o sea, es casi una proporción única en el mundo porque en todos lados hay mucho más personal. El consulado no funciona solamente con las ciudadanías, funciona con las visas, con los reconocimientos de estudios, hace muchos trámites.

En la práctica puede enlentecerse aún más la operatividad con respecto a al presentación de ciudadanías italianas. Una persona que entrega hoy su partida de nacimiento para reconocimiento de ciudadanía puede demorar entre siete y nueve años en obtenerla, y con esta medida puede demorar aún más como pasa en Santiago, que se llega a 12 ó 13 años. Una persona va a renovar su pasaporte y normalmente se demora unos tres meses, puede demorarse seis.

Pero lo más importante de todo esto es que en la práctica es fundamental, somos periodistas y tenemos que informarlo, que acá en Uruguay uno de los 33 orientales se llamaba Trapani, acá Garibaldi por más que los blancos no lo consideren un héroe desde el punto de vista histórico, fue una persona fundamental en su momento. Acá tenemos Beggio, Riverati, Beltroni, Hugo Batalla hijo de una siciliana y de calabrés, a Sanguinetti, a Mujica Cordano, a Danilo Astori, a Batlle Tálice… Es imposible no hacer una referencia histórica a la italianidad en un país como Uruguay.

AA – Y en concreto, ¿qué medidas están tomando ustedes para reclamar esta situación?

SC – Este comité empezó hace apenas 10 días pero ya se han tomado medidas blandas y duras. Las acciones blandas son informar a todos: jefes de bancada, políticos, presidentes, italianos y uruguayos, porque creo que esta es una cuestión no para generar un problema diplomáticos pero para ser considerada. Esas son las medidas blandas.

Probablemente a mitad de marzo, si no hay muchos cambios, el ministro de Relaciones Exteriores pueda llegar por unas horas a Uruguay. La información son las medidas blandas, las duras son una posible gran manifestación frente a la embajada de Italia por parte de los socios de las asociaciones. A través de este comité se va a crear la Federación de Asociación Italiana, como existía hace unos 40 años, formada por las cerca de 90 asociaciones que hay en Montevideo y el interior del país. Y vamos a seguir machacando y reuniéndonos con políticos para tratar de impedir esto por parte de un país donde la presidencia de la República cuesta el doble que el Eliseo [Francia] y cuatro veces el Buckingham Palace [Reino Unido] y trata de ahorrar 180.000 euros anuales en un consulado, que merecería ser general y se le baja de categoría es… Para que la gente se entere que hay un grupo duro de italianos que quiere que esto no ocurra.

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