Sudáfrica

Mercedes Sayagués: "El Congreso Nacional Africano está en crisis" y ningún político "está a la altura de Nelson Mandela"

Hace tres meses, el 5 de diciembre, Nelson Mandela murió en su casa de Johanesburgo, convertido en el máximo ícono de la lucha contra la segregación racial. En diálogo con En Perspectiva, Mercedes Sayagués, una periodista uruguaya que ha vivido y trabajado en distintos países africanos desde 1992, habló sobre el momento que vive el continente y ese país tras la muerte de Mandela: "El Congreso Nacional Africano (CNA) está en crisis" debido a "las fracciones, fragmentaciones y los grupos que se separan y van socavando poco a poco la legitimidad" del partido, dijo la periodista, quien apuntó a que "como no hay otras opciones va a ganar cada vez con menos adhesión". "No hay nadie que esté recogiendo el legado de Mandela con esa altura y esa claridad que él tenía", concluyó.

(emitido a las 8:48 hs.)

EMILIANO COTELO:
Hace tres meses, el 5 de diciembre, Nelson Mandela moría en su casa de Johannesburgo, convertido para siempre en el máximo ícono de la lucha contra la segregación racial. Su gran triunfo, sin duda, es que, dos décadas después del fin del apartheid, Sudáfrica es una sola nación.

Los negros, que antes eran los postergados y perseguidos, llevan 20 años gobernando el país. Pero parece claro que ni la democracia ni Madiba pudieron solucionar varios de los problemas más serios de la mayor economía del continente. Por ejemplo, hoy casi la mitad de la población se mantiene en la pobreza.

¿Cómo puede ser la "Sudáfrica pos-Mandela";? ¿Qué otros cambios importantes están dándose en África, más en general?

De estos temas vamos a charlar con Mercedes Sayagués, una periodista uruguaya que ha vivido y trabajado en distintos países africanos desde 1992.

¿Cuánto estuviste en Uruguay?

MERCEDES SAYAGUÉS:
Más de dos meses.

EC - Pudiste reentrenarte en el español, ¡te vamos a entender bien!

MS - Sí, me dio mucha alegría recuperar el español, tanto en la lectura como hablando, como volver a escribir en español, porque he estado haciendo algunas notas para medios uruguayos.

EC - En tu vida cotidiana en África, ¿con qué idiomas te manejás?

MS - En los últimos cuatro años estuve viviendo en Mozambique y allí trabajaba, editaba, vivía y pensaba en portugués. Y en el resto de África trabajo con inglés y francés. Y también hice en Mozambique un curso de xangana, la lengua que se habla en el sur de Mozambique y que me fue muy útil para comunicarme con las personas o para tener una buena acogida. Y como el xangana es muy parecido al zulú, ahora que me vuelvo a Sudáfrica estoy pensando en hacer un curso de zulú, ya que invertí todo este tiempo en el xangana, que el zulú me sea más fácil.

EC - ¿Te ha resultado algo sencillo eso de meterte con las lenguas africanas?

MS - No, porque son complicadísimas. La estructura es completamente distinta de lo que son las lenguas derivadas del latín. Allí las palabras están agrupadas por familias y no necesariamente todas las palabras de la misma familia están relacionadas. Una familia puede tener muchos animales, pero puede tener también verbos de movimiento y la tacita de café y a la tía; otra familia puede tener las relaciones de parentesco, pero también plantas y frutas. Cada familia de palabras tiene su propio juego de pronombres demostrativos, posesivos, "este";, "aquello";, "mi";, entonces para tener los pronombres correctos tenés que saber en qué familia están esas palabras.

EC - ¡Buena suerte! (Se ríen.)

MS - Complicado.

EC - Estos últimos años has vivido en Mozambique y ahora estás preparando tu mudanza para volver a Sudáfrica, donde ya viviste.

MS - Viví 10 años en Sudáfrica, tengo una casa en Pretoria y ahora me vuelvo.

EC - ¿En cuántos países africanos has tenido residencia?

MS - Pasé nueve años en Zimbabue, 10 años en Sudáfrica y cuatro en Mozambique. Trabajando en casi todos, es más fácil decirte en cuáles no he estado.

EC - ¿En cuáles no? (Se ríe.)

MS - No he estado en Nigeria, en la República Centroafricana, en Chad y los dos pequeñitos, Benín y Togo.

EC - ¿Qué te llevó a quedarte en África tanto tiempo? ¿Por qué este ha sido tu lugar de residencia, de trabajo durante todos estos años, más de dos décadas?

MS - Un sentido de la aventura, una curiosidad permanente, como periodista en África los procesos son muy vívidos, muy rápidos y muy dramáticos. Ya lo decía un historiador griego, creo que fue Plinio el Joven o Plinio el Viejo: "siempre hay una historia sucediendo en África". Es muy así. Y una cosa fue llevando a otra, fui por seis meses como portavoz de las operaciones humanitarias de las Naciones Unidas en África austral, y los seis meses se transformaron en 22 años.

EC - ¿Ahora cuál es tu tarea concretamente?

MS - El 1° de abril empiezo a trabajar en un centro de formación sobre reportajes para la salud que está vinculado al Mail and Gardian, un semanario muy prestigioso de Sudáfrica. Yo fui corresponsal de ellos en Zimbabue y también escribía para ellos en Sudáfrica, y ellos tienen lo que se llama fellows, que son periodistas jóvenes de la región que están allí tres meses afinando sus habilidades en el periodismo de la salud, que es una de mis especialidades. Entonces yo soy la mentora de ellos, los acompaño durante los tres meses de formación en la producción de reportajes y una vez por mes voy a hacer unos talleres de formación con periodistas de las radios comunitarias en distintas provincias de Sudáfrica.

EC - ¿Por qué es importante fomentar, mejorar el periodismo en temas de salud en África?

MS - Porque la falta de información de la persona media es enorme, y muchos no tienen acceso. Aquí en las revistas, en la televisión, en la radio, hay muchos programas de salud, y hasta en la escuela se aprende, en la familia. Allí por un montón de razones, en la parte de salud sexual y reproductiva los padres no hablan con los hijos, porque eso es un tabú, en la escuela hay el mismo problema, los maestros no se animan a hablar de ciertos temas, entonces con la epidemia del Sida es fundamental hablar de la salud sexual y reproductiva. Y después también todas las otras enfermedades, se desconoce mucho. También tenés sistemas de creencias paralelos, está toda la creencia en la brujería, en los hechizos, en el Diablo, en las iglesias pentecostales como la Iglesia Universal del Reino de Dios, que promete milagros, y un desconocimiento de la medicina moderna. Por tanto es importante que los periodistas estén equipados con esas herramientas y esos conocimientos para poder trasmitir bien. Y ahora también están las enfermedades de la vida moderna, que están empezando a avanzar, como la diabetes, el infarto, la alta presión y demás, para lo cual el africano medio no está preparado.

EC - ¿Cuánto ha cambiado África en estos 20, 22 años que llevas allí, que han sido muy dinámicos? ¿Cómo podrías resumir ese cambio?

MS - Democracias fortalecidas en casi toda la región, alternancia de los gobiernos de distintos partidos a través de elecciones… Recordemos que esto de votar en África es una cosa muy nueva, la mayor parte de los países empezaron a votar hace 20 años, cuando salieron de los regímenes marxistas o de un solo partido de la posliberación. Angola, Mozambique, Zambia no tuvieron pluralismo político hasta 1980, 1990, por tanto esto es un ejercicio nuevo, y que los partidos alternen y dejen el poder pacíficamente a otros partidos. La creación de una clase media urbana, eso se ha visto muchísimo, sobre todo en los últimos 10 años, y una clase media urbana que tiene valores, los de la clase media global, que incluyen estabilidad, democracia, bienes y servicios, exigir al gobierno que les dé los servicios para los cuales pagan impuestos. En fin, actúa como un peso regulador en la vida política y social.

También se terminaron varias guerras civiles muy largas, pero están haciendo explosión o implosión algunos de los estados fallidos, como la República Centroafricana o el narcoestado de África, Guinea-Bisáu, el Estado más nuevo, Sudán del Sur, que también está en guerra civil. En los últimos dos años han aparecido esos focos. Y hay un problema serio, que es nuevo, que es el terrorismo islámico fundamentalista, que se ha exportado de Medio Oriente y desde Arabia Saudita y que antes no existía, porque el islam en África ha sido un islam de origen sufí, tolerante.

EC - Mirado globalmente el continente, en estos 20-22 años da la impresión de que se constata una mayor estabilidad, un avance de la democracia y una serie de mejoras en el terreno económico y social.

MS - En el terreno económico sobre todo es el auge de lo que se llama commodities, los recursos naturales. Muchos países han descubierto petróleo o gas. Ghana y Mozambique tienen las mayores reservas de carbón, entonces las grandes multinacionales están llegando allí y los países están teniendo ingresos superiores que en muchos casos están siendo invertidos en educación, salud e infraestructura. Desde el punto de vista de la economía, son las economías que más crecen, desde 8% de crecimiento anual es normal, y los países productores de petróleo o de gas tienen crecimientos de 25%, 28%.

EC - Claro, en muchos casos parten de pisos muy bajos.

MS - También. Y después los avances en educación y salud también han sido muy importantes, también partiendo de un piso muy bajo.

EC - ¿Cómo es el desarrollo tecnológico?

MS - El de las telecomunicaciones es impresionante, se están saltando toda una serie de pasos. Los celulares allí se usan para las actividades bancarias, la información para los campesinos sobre el clima, la meteorología, los precios en el mercado…

EC - El celular está absolutamente extendido en la población.

MS - Completamente. En países como Kenia el 90% de la población tiene un celular.

EC - Y además un porcentaje alto de estas personas tienen acceso a celulares inteligentes.

MS - Sí, se calcula que en cinco años el 80% de la población adulta va a tener un celular inteligente.

EC - Eso trae consecuencias en la vida cotidiana, como estabas diciendo.

MS - Los campesinos ahora, primero, pueden prever el tiempo; y segundo, dónde están los mejores precios. Los barcos de pesca artesanal en el océano Indico preguntan a la familias o los que están en la playa, cuál es el puerto, cuáles son los precios y quién está ofreciendo mejor entre Mombasa o Lamos. Los campesinos en tierra adentro ya no dependen tanto del intermediario, que llega y dice "este es el precio"; y basta, ahora tienen elementos para discutir, para negociar. Y en el área de la salud, en Sudáfrica 2 millones de personas cada día toman antirretrovirales que les permiten estar vivos; probablemente sean 3 millones de personas a fin de año. Y ellos reciben todos los días un mensaje en el celular que les recuerda tomar sus pastillas, cuándo tienen que ir a los controles y los ayudan a seguir el tratamiento.

EC - Una revolución de las telecomunicaciones de un impacto muy fuerte en las sociedades africanas. ¿También en la política? Se ha hablado mucho del papel que jugaron los teléfonos celulares y el acceso a las redes sociales en algunas de las revoluciones de la primavera árabe, por ejemplo. Pero si miramos más en general al continente, a África, todos los países, ¿también se da ese uso o esa consecuencia del avance de las telecomunicaciones?

MS - Te voy a contar un ejemplo muy lindo de Mozambique en el cual participé el año pasado. Hubo elecciones municipales en 53 autarquías. Mozambique es un país muy grande, que tuvo 17 años de guerra civil y es uno de los tres países más pobres. Por tanto también tiene medios de comunicación muy pobres. Y por ser tan vasto y estar controlado por el partido en el poder, Frelimo, que era el partido de la liberación, tiene todo el poder para controlar las elecciones y hacer fraude.

Entonces nos unimos el Centro de Integridad Pública, un semanario popular gratuito que está muy enfocado en Twitter, SMS, Facebook y está dirigido a la juventud, y las radios comunitarias e hicimos todo un proceso de formación tanto de los periodistas profesionales tradicionales en las provincias donde había elecciones, en las ciudades, y de los ciudadanos repórteres, que es gente común que participa en el semanario A Verdade. Se les dio primero un taller de formación para que conocieran la ley electoral y pudieran detectar irregularidades y problemas. Durante el registro de votantes y las elecciones los ciudadanos repórteres andaban en todas las mesas electorales fuera y dentro, registrados como observadores, y podían en tiempo real sacar fotos de los problemas y las mandaban en tiempo real a un newsdesk que se creó, donde recibían aquello y lo publicaban inmediatamente en un sitio web. Toda la prensa de Mozambique tenía acceso gratuito a ese sitio.

Entonces las quejas llegaban antes de que las autoridades electorales lo supieran y las obligaron a moverse y a tomar decisiones. Por ejemplo, el primer día del registro de electores, las impresoras que llegaron a muchas provincias o no tenían cartuchos de tinta o no eran los adecuados. En cuanto los ciudadanos repórteres mandaron eso, se quejaron, la capital lo supo y pudieron mandar rápidamente el equipo adecuado. Cuando había autos de gobierno en las caravanas de las campañas –que está prohibido–, les sacaban fotos a las chapas e inmediatamente se podía decir "el auto del Ministerio de Ganadería"; o "el auto del administrador del distrito está participando en la caravana de Frelimo";, hasta que al final algunos quitaban el auto o le tapaban la chapa, porque se identificaba. Y lo mismo con irregularidades que forzaron a hacer otra elección, porque pudieron demostrar con fotos de celulares que había fraude o que había gente que traía las papeletas de votación de afuera ya llenas. Allí los ciudadanos repórteres y los profesionales de la comunicación tuvieron un papel de monitores que cambió el curso de la elección.

EC - Es un ejemplo muy impresionante.

MS - Y fue muy lindo participar de la formación y en el newsdesk, y ver cómo fueron los resultados y el fervor, la adhesión con que la gente se volcó a hacer ese monitoreo.

***

EC - Seguimos hablando con la periodista Mercedes Sayagués, en estos primeros minutos de la entrevista, a propósito de África en general.

Me llamó la atención que en una entrevista con el suplemento Qué Pasa de El País fuiste muy elogiosa con lo que está ocurriendo en un país en particular, Botsuana, al que describiste casi como un Estado modelo. ¿Por qué? ¿Qué pasa en Botsuana?

MS - Fundamentalmente Botsuana está haciendo una gestión de sus recursos con vistas al futuro. Botsuana tiene gran cantidad de diamantes, y algún día se van a acabar, calculan que en 15 o 20 años no va a haber más, entonces están haciendo la gestión de los dineros que ingresan para que queden en el país y lo mantengan cuando se acaben los diamantes.

EC - Están invirtiendo las ganancias extraordinarias que recibe el país, como consecuencia del uso de esa reserva tan valiosa, en fondos destinados al futuro, a un desarrollo de largo plazo.

MS - Sí, para la población. En el turismo tienen la reserva del Kalahari y parques nacionales como Chobe, con miles de elefantes. Pero es un ambiente desértico, frágil, por tanto apostaron no al turismo masivo, sino al turismo reducido pero que pague mucho, que deje más ingresos. Esa también es una gestión adecuada de los recursos. No está facilitado para que vengan muchos backpackers o para que entre mucha gente o muchos chárteres, porque el ambiente no lo resistiría.

Y han hecho el primer Estado de beneficencia y de seguridad social con educación y salud gratuita. Tienen el mejor programa de atención al Sida y de antirretrovirales, porque tenían una tasa de casi 30% de la población infectada, que ya ha disminuido. Fueron los primeros en decir sin vergüenza "tenemos un problema serio, ayúdennos";. Y se volcó la ayuda, la tecnología y los donantes para que Botsuana tuviera un programa modelo de asistencia al Sida.

EC - Botsuana está exactamente al norte de Sudáfrica, su superficie es más del triple que la de Uruguay y tiene una población de 2 millones de habitantes.

MS - Una nota: en lo que Botsuana no gana, lleva críticas, es en el tratamiento de la población aborigen, original, los san, o los bushment. En la Constitución de la República se les dio la reserva de Kalahari a los san porque son cazadores nómades. Como en la reserva de Kalahari hay diamantes ahora están en una lucha, porque el gobierno quiere expulsarlos para hacer la prospección de diamantes y los san insisten en que constitucionalmente es de ellos. Ganaron una primera batalla legal, pero hay muchas presiones para que se vayan. En el tratamiento de los san, Botsuana lleva mala nota.

EC - Todo ese desempeño tan interesante que venías mencionando, ¿dónde se origina? ¿En la dirigencia política, en la sociedad? ¿Dónde está el secreto?

MS - Hay dos cosas. La dirigencia política tuvo la visión a largo plazo de tener los intereses del país y no de una tribu o de un clan o de un partido, primero, y tiene una población bastante homogénea.

EC - ¿Hay otros ejemplos de países, no digo pioneros, pero sí que se destaquen especialmente por la forma de gobierno, por el tipo de sociedad que están construyendo en África?

MS - Senegal. Es un país con una cohesión social enorme, es un modelo de estabilidad. Hace 50 años, desde la independencia. También consiguen tener alternancias políticas de partidos, justamente ahora ganó la oposición, y también tienen una vocación de desarrollo, de invertir en salud, en educación, y fundamentalmente tienen unas redes sociales impresionantes. Yo hice un librito, un estudio sobre las políticas del Sida en Senegal, Botswana y Kenia, y lo que llama la atención en Senegal es la enorme cohesión social a través de redes, sean religiosas, a través del islamismo tolerante, o el movimiento de coros o de redes de los ciudadanos de Saint Louis que están en otras partes. Están en permanentes asociaciones que son canales de democracia y de participación ciudadana.

EC - En ese continente africano que venimos comentando, ¿qué papel juega Sudáfrica?

MS - Sudáfrica comenzó después de 1994, con el fin del apartheid, siendo el líder tanto en la economía como en la parte política y en la ideología, y durante los primeros 10 años cumplió muy bien ese papel de mediar en las guerras. Los mediadores sudafricanos ayudaron a acabar con las guerras en Burundi, ayudaron en la creación de Sudán del Sur, eso fue Tahuen Becky, Jacob Zuma en Burundi y en otras guerras, y eran un poco la conciencia moral del continente y el líder con una visión panafricana. Desde la presidencia de Zuma eso ha cambiado. Tahuen Becky tenía una visión panafricana e invirtió dinero en tener un Ministerio de Asuntos Exteriores fuerte y en tener un papel brillante en la Unión Africana y en las distintas instancias regionales.

EC - Becky fue vicepresidente con Mandela y después lo sucedió en la Presidencia.

MS - Sí. Después, Jacob Zuma ya no tiene esta visión y también eso coincide con un proceso de deterioro, de descomposición del partido en el poder, el Congreso Nacional Africano (CNA), que está fracturado, tiene muchas oposiciones y comenzó con los problemas de corrupción, de lo que en inglés se llama greer, que es la codicia, el enriquecimiento desmesurado de muchos de sus miembros y perdió esa visión panafricana. Y también la economía sudafricana está un poco estancada.

EC - Han quedado las bases bien preparadas para que en la segunda parte de la entrevista nos concentremos en Sudáfrica, sobre todo, por decirlo de alguna forma, en la Sudáfrica posterior a la muerte de Nelson Mandela.

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EC - Dice un oyente que le han comentado que "África se mete en la sangre como un virus y es imposible dejarla";. ¿Esa es tu experiencia?

MS - Todos los periodistas que han estado un tiempo en África se apasionan mucho. África está viviendo en 10, 20, 30 años, está comprimiendo procesos que en Europa llevaron 300 años o en América Latina 150 años: la rápida urbanización, la aparición de la clase media, todas las nuevas tecnologías. Y eso para un periodista es muy interesante.

EC - Otra oyente, Mirtha, dice que la visión que están dando de África "es un tanto idílica";.

MS - Tú me preguntaste por las cosas buenas de África, cuando me preguntes por las malas te contesto.

EC - Yo había preguntado por los cambios más en general. ¿Qué podrías agregar para completar el retrato anterior? ¿Qué podrías agregar si nos preocupamos por los problemas, por las asignaturas pendientes?

MS - Si pensás que en Mozambique la esperanza de vida media es 52 años, la mitad de las mujeres son analfabetas y el 50% de los niños abandona la escuela primaria antes de concluirla y una de cada tres niñas menores de 15 años en el norte ya está casada, ahí ya tenés varios problemas. La condición de la mujer, especialmente rural, la educación y la salud.

***

EC - Seguimos conversando con la periodista uruguaya Mercedes Sayagués, que desde hace 22 años vive en distintos lugares dentro del continente africano y con quien hemos charlado algunas veces por teléfono. Hoy estamos haciéndolo mano a mano, cara a cara, aprovechando que por unos días más se encuentra en Montevideo.

Cuando se produjo la muerte de Nelson Mandela los medios de comunicación de todo el mundo se volcaron masivamente sobre la noticia, todos vimos, leímos, escuchamos informes, análisis y entrevistas. Todo ese material era básicamente un gran himno a Mandela, a su personalidad, su lucha y su legado. Era difícil encontrar una crítica o un cuestionamiento. ¿Eso también ocurrió en África?

MS - Primero, en África existe una tradición de que de los muertos nunca se habla mal. Y menos de un ícono de la altura de Mandela. Pero a Mandela se le hicieron durante su presidencia o en el análisis de su presidencia se le han hecho dos críticas que por otra parte también son críticas, de una se redimió y la otra es comprensible. Primero, del 94 al 98, hubo un área que Mandela ignoró completamente, que fue el área del Sida, realmente no tuvo un ministro de Salud que le hiciera ver la magnitud del problema.

EC - Y era realmente una bomba.

MS - … pero el virus del Sida, la epidemia del Sida, en cuanto que los países están cerrados, sea por la guerra civil, como en Angola, o por el apartheid, el virus no circula. Es móvil, precisa cruzar las fronteras, a través de las clases sociales, a través de los grupos. Mientras los países están cerrados no prospera, pero en cuanto se abren las fronteras avanzan las epidemias. Eso pasó en Mozambique y pasó en Sudáfrica, y no lo vio nadie. Se descuidó completamente, se perdieron cuatro años en los cuales los índices de infección galoparon, subieron astronómicamente. Y quien lo siguió, Tawen Becky, no creía en el Sida, pensaba que no existía, que era un invento y una conspiración de las grandes farmacéuticas, que no existía o que se curaba con la papa africana, el ajo y el limón. Eso era lo que creía su ministro de salud. Por tanto ahí se perdieron otros años.

Ahora, también hay que decir que Mandela tenía otros problemas que atender y no tuvo un ministro de Salud que le hiciera ver y le dijera: "Mirá, Nelson, tú te ocupás de otras cosas, yo me ocupo del Sida";.

EC - Efectivamente, Mandela, cuando era presidente, ¿tomó una parte de las tareas de gobierno nada más? ¿Es correcto el análisis que ha circulado en cuanto a que se ocupó sobre todo de la reconciliación y dejó el resto de las tareas a su vicepresidente, Tawen Beky?

MS - Sí, tenía que delegar, no podía hacer todo. También tengo que decir que Mandela se redimió en la cuestión del Sida completamente. Cuando su hijo mayor de 56 años murió de Sida, él fue uno de los primeros presidentes o personas públicas en decir públicamente que su hijo había muerto de Sida. Después se convirtió en un activista cuando Yaqui Asmath, el activista más grande para tener antirretrovirales, en contra de la posición de Tawen Becky, anunció que él no tomaría antirretrovirales hasta que todos los tuviesen. Mandela lo fue a visitar para convencerlo de que no podía sacrificar su vida, que era necesario que él viviese para continuar con esa batalla. Así que él se redimió en el área del Sida.

Y la otra área en la cual nunca tomó cartas, nunca fue activo, fue cuando comenzó la corrupción entre sus colegas del CNA, su partido. La lealtad era un valor fundamental para Mandela, y él realmente no fue capaz, cuando comenzaron los signos, de apartar a esas personas o decir muy claro que estas personas que empezaron con la corrupción o con la codicia no tenían lugar en el CNA. Y hasta el final de su vida prácticamente no habló del tema, creo que le dolía mucho ver que sus antiguos camaradas ahora estaban en la carrera para ver quién construye la fortuna más grande o que estaban en negocios ilícitos. Creo que esa pena se la llevó a la tumba, no habló mucho del tema.

EC - En definitiva, ¿cuál es el legado de Mandela? ¿Cómo lo podemos resumir?

MS - Él concibió y vendió, en el sentido de que convenció a la nación, de que Sudáfrica podía y debía ser un país inclusivo, un país para todos y pacífico. No es poca cosa eso cuando se viene de 100 años de apartheid.

EC - El apartheid fue abolido, eso está claro. ¿Qué ocurre en la realidad? ¿Qué pasa hoy con las diferencias económicas y sociales entre negros y blancos?

MS - Y las diferencias entre negros y negros, porque se ha creado una alta burguesía, una oligarquía de millonarios negros con vínculos con el partido en el poder que son tan poderosos como lo eran los blancos antes. Por tanto ahora hay un apartheid económico más que racial. Tú tenés una masa de población todavía pobre con un desempleo grande, porque Sudáfrica no ha logrado construir o proveer empleos formales y no están apostando al sector informal en absoluto, quieren empleos formales y no lo han conseguido, por tanto creo que cuatro de cada 10 adultos…

EC - ¿Es el 25% de desempleo?

MS - … y después están aquellos que ya no buscan empleo. Entonces tienen ese problema. Pero ya se ha creado una clase media negra y una elite que vive de una forma tipo Las Vegas que es negra. Entonces ya ha variado, hay una mudanza más hacia un tema de exclusiones económicas que ya no están basadas en el color de piel.

Y un dato interesante: la pobreza entre los blancos ahora es el 17%, antes era el 4%, y tú ves lo que nunca se ve en África y que a los africanos que van de visita los deja perplejos, en los semáforos ves blancos pidiendo limosna. (Hace una pausa.) Los africanos vienen de Uganda y de otras partes y no pueden creer ver un blanco pidiendo limosna en las esquinas.

EC - ¿Cómo es la relación entre blancos y negros?

MS - Están aprendiendo a convivir.

EC - Por ejemplo, ¿los blancos se sienten cómodos con gobiernos encabezados sistemáticamente por el CNA?

MS - Cuando se dieron cuenta de que el CNA es tan capitalista como los otros, los capitales de la industria y los dueños de las agroempresas se quedaron tranquilos, ahora son socios. (Se ríe.) También hay que decir que para los más viejos, la gente ya mayor de 60 años y demás ya no cambian, quien es racista a los 60, 65 años, va a morir racista. Es importante apostar a las nuevas generaciones, lo que se llaman los bonefrees, los que ya nacieron libres en un Estado pluralista y que ahora están cumpliendo 20 años, van a votar ahora por primera vez. Ya nacieron y se criaron con todos los derechos.

EC - Pero ¿los blancos se sienten seguros en Sudáfrica o temen la posibilidad de represalias, odios, venganzas?

MS - No, eso creo que eso les quedó claro que no va a pasar. Hay alta criminalidad, pero que ataca a todos, de origen indio, pakistaníes, blancos, negros, mulatos y mestizos. La criminalidad es general. Creo que en realidad el escape para las tensiones de la pobreza, del desempleo, en Sudáfrica, se fue por la vía xenofóbica, allí es donde se mata más y donde hay más violencia, en las explosiones xenofóbicas contra los otros inmigrantes africanos. En el 2008, que fue el año en que yo me planteé salir de Sudáfrica, hubo una explosión horrible en todo el país, mataron a más de 400 inmigrantes entre mozambicanos, zimbauanos, malaguanos, 100.000 personas perdieron sus hogares –se los quemaban, se los saqueaban–, por primera vez hubo campamentos de desplazados dentro del país. Tuvieron que sacar a Mandela para calmar los ánimos, creo que fue la última vez que Mandela hizo un pronunciamiento público, lo sacaron de su retiro y vino a calmar y a decir "no podemos hacerles esto a los hermanos africanos que nos ayudaron durante el apartheid";. Y eso, si bien nunca volvió a alcanzar esa escala, pero todos los meses se matan a dos o tres somalíes en los barrios pobres, en Keithan, y cada tanto hay explosiones en esos barrios en los cuales se saca la frustración con violencia, saqueos y asesinatos de inmigrantes africanos.

EC - ¿Qué otras asignaturas pendientes tiene Sudáfrica?

MS - Crear empleo sobre todo para la gran masa de rurales que se vienen volcando a los asentamientos informales en las ciudades. Mejor educación en las zonas rurales para permitir que estos chicos puedan acceder al Secundario, y después a mejores trabajos, y privilegiar las escuelas técnicas. Durante el primer tiempo era entrar a la Universidad, que hubiera una masa de estudiantes negros, pero muchos tienen el grado universitario y no hay empleo, y ahora se están dando cuenta de que tienen que ir a las escuelas técnicas porque precisan plomeros, obreros de la construcción, carreras medias para los call centers, para lo que es el mercado de estos años, y tienen que redimensionar la educación.

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EC - Tú hablabas de cómo ha degenerado el CNA, cómo ha caído una parte de su dirigencia en la corrupción. El propio presidente actual, Jacob Zuma, no es muy popular, en el homenaje que se le hizo a Mandela luego de su fallecimiento en el estadio de Soweto, en Johannesburgo, en el que estaban presentes figuras, gobernantes, líderes de prácticamente todo el mundo, hubo quienes anotaron cómo se distribuyeron los aplausos, cómo se distribuyeron eventualmente los abucheos. Y a Jacob Zuma no le fue bien en ese sentido. En cambio fue muy aplaudido Frederic Leclerc, el último presidente blanco, el que negoció y acordó con Nelson Mandela la salida del apartheid. ¿Cómo es el estado de la sociedad con respecto a este gobierno, a este presidente y al CNA en general?

MS - Jacob Zuma ha perdido puntos, está en una caída vertiginosa, tanto por sus comportamientos eróticos y sexuales, como por aliarse o estar vinculado con gángsters y a corruptos. Tiene varios procesos en ciernes. No creo que vaya a ser el candidato para estas elecciones. El problema es que no hay otros que sean realmente mucho mejores. Mejores que Zuma hay, Sil Ramaposa, Halemama Mostante, el actual vicepresidente, pero nadie con una estatura y con una visión de líder.

EC - ¿Está en crisis el CNA?

MS - Sí, pero como no hay muchas otras opciones… Y todavía tiene un poco del lustre y del brillo de haber sido el partido de la liberación. Todos esos partidos, frelina en Mozambique, el MPLA en Angola, han gozado de una simpatía y de una adhesión por ser el partido de la liberación y también porque no habían surgido otros que fueran capaces de articular las quejas y los reclamos por lo que no se ha cumplido en las promesas de la independencia.

EC - ¿Qué puede pasar políticamente entonces en Sudáfrica?

MS - La CNA va a ganar, pero cada vez con menos adhesión. La oposición de Heren Zile, que controla Keithan, tiene chance de ganar o de tener un buen lucimiento en Johannesburgo, y se ve también que la municipalidad de la ciudad del Cabo es la mejor, la que funciona mejor de todo el país, eso está muy claro, está muy bien organizada. Esa oposición, que ya tiene el 20%, podrá llegar al 30%, y dentro del CNA empiezan a surgir las fracciones, las fragmentaciones y los grupos que se separan y que van socavando poco a poco la legitimidad y la adhesión de la CNA. Y lo más preocupante es que cada vez hay menos votantes, si en las elecciones del 94 votaron el 100%, en las últimas ya fue el 65%, entonces esa falta de interés del pueblo para votar es preocupante.

EC - ¿Mandela no dejó un heredero? ¿No hay un sucesor natural de Mandela en cuanto al peso de sus ideas y de su prédica en la sociedad sudafricana?

MS - El heredero de Mandela como conciencia moral de la nación es el arzobispo Desmond Tute, él es el más activo, el que habla, critica, el que tiene gestos de valor y de generosidad y que arremete contra cualquier vaca sagrada, incluso dijo que ya no vota al CNA porque lo asquea la corrupción";.

EC - ¿Si vamos a lo político?

MS - No, no hay nadie que esté recogiendo el legado de Mandela con esa altura y esa claridad que él tenía.

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Transcripción: María Lila Ltaif