Aquel día, un grupo de ladrones se atrincheró con tres rehenes dentro del local casi por 24 horas, hasta que el lugar fue "asaltado" por la policía y los delincuentes se fugaron en un auto, utilizando a los rehenes como "escudos humanos".

En ese momento comenzó la persecución de la policía, que terminó en un tiroteo contra el auto de los ladrones, resultado muertos dos de los rehenes y uno de los delincuentes.

La justicia tiene dudas respecto al procedimiento de las fuerzas policiales, razón por la que se llegó a este juicio. Lo que se estudia es que el auto en que se escapaban los ladrones recibió 48 disparos de la Policía, mientras que según los peritos, desde el interior del auto sólo salieron dos disparos. En total, en el enfrentamiento se dispararon 200 balas.

En la primer etapa del juicio se condenó con 24 años de cárcel al único ladrón que sobrevivió, mientras que otro de ellos fue detenido y apareció ahorcado en la comisaría.

Aún resta por definirse el destino de los ocho policías acusados de asesinato, además de saber quién dio la orden de disparar al auto.

La rehén sobreviviente, esposa del gerente del banco (fallecido en aquel momento), dijo que el asalto al local fue armado por la Policía y que tiene un tinte político.