Conchita, la "mujer barbuda" que revoluciona Eurovisión
La austríaca Conchita Wurst, el álter ego en forma de mujer barbuda del austríaco Thomas Neuwirth, se llevó el triunfo en Eurovisión en la gala celebrada este sábado en los pabellones B&W de Copenhague, por delante de Holanda y Suecia.
Austria, que no llegaba como favorita a Copenhague, presentó su candidatura tras su rotunda actuación en la semifinal de hace dos días, en la que se ganó el favor del público y empezó a subir de forma imparable en las apuestas, hasta colocarse en la primera plaza después de su intervención de este sábado.
En un apretado desenlace, con una de las votaciones más reñidas de los últimos años, Austria se impuso con su controvertido representante, la 'mujer barbuda' Conchita Wurst.
Detrás de este personaje, que ha suscitado polémica y hostilidad en algunos países del este de Europa, sobre todo, se esconde Tom Neuwirth, un cantante de 25 años de edad, que conquistó al público europeo no sólo por su extravagancia, sino también por su talento musica.
Holanda, con el pop con toques country The Common Linnets, fue la única que aguantó el tirón de "Rise Like a Phoeniux", la balada épica con reminiscencias de la música de las películas de James Bond de Wurst, que logró el triunfo cuando aún faltaban por conocerse los resultados de los tres últimos países.
Suecia fue tercera por delante de Armenia, la gran favorita hasta hace unos días, cuando empezó a perder fuerza en los pronósticos, y de Hungría, otra de las bien colocadas a priori.
Conchita Wurst of #Austria also won the #twitter contest! We had more than 4,5 million tweets tonight! pic.twitter.com/h2g5lFx5eK
— Eurovision (@Eurovision) Mayo 10, 2014
España, representada por Ruth Lorenzo y su tema "Dancing in the rain", acabó en la décima plaza, en una votación en la que el dictamen del jurado profesional de cada país tiene el mismo peso que el de los respectivos televidentes.
La canción acabó con 74 puntos, los mismos que la anfitriona Dinamarca, novena.
La gala, la tercera que organiza Dinamarca en los 59 años de historia del festival, se realizó en unos antiguos astilleros frente al puerto de Copenhague, transformados en un espectacular escenario con una estructura de acero de 40 toneladas y 20 metros de alto, suelo de aluminio y cristal, iluminado por 32 proyectores.
El brillante resultado, que tiene una audiencia estimada de unos 180 millones de espectadores, ha sobrepasado no obstante con creces la cantidad presupuestada inicialmente para adecuar el recinto, lo que ha desatado una considerable atención mediática.