El miércoles de noche Fidel se cayó cuando tropezó al bajar de una tarima, en un acto en el mausoleo del Che Guevara. Se fracturó una rodilla y se fisuró un brazo. Pero la rodilla le quedó partida en ocho pedazos y tuvieron que operarlo de apuro.

Fiel a su estilo, desde que sucedió el accidente el propio Fidel Castro se encargó de informar a los cubanos sobre su estado de salud.

La caída apareció en los medios de todo el mundo, menos en los cubanos que están bajo control del estado y evitaron las imágenes.

Ayer, cuando se empezó a conocer la noticia, para evitar especulaciones, Fidel mandó una nota oficial con orden de que la publicaran todos los medios de prensa de Cuba.
Después de la operación, él mismo dio los detalles de su parte médico con otra carta que sale hoy en el diario oficialista "Granma".

Pero esa misma carta fue leída ayer de noche en la televisión cubana. De su "puño y letra" dice que "Fidel Castro no descansa ni siquiera durante las intervenciones quirúrgicas". Explica que le sugirió a los médicos que "era necesario evitar la anestesia general para estar en condiciones de atender numerosos asuntos importantes" generados por el imprevisto.

A pesar de las "aclaraciones" de Fidel Castro", las imágenes que dieron la vuelta al mundo surgieron comentarios de todo tipo.

Sobre su salud, se dice desde que tiene mal de Parkinson a osteoporosis. Desde el plano político, recibió una llamada de apoyo del venezolano Hugo Chávez.

Estados Unidos mostró una vez más su enemistad con Cuba. El portavoz del Departamento de Estado dijo que no le desean "una rápida recuperación', sino que esperan que sufra 'otro tipo diferente de caída'.

Desde la Comisión Europea, su vicepresidenta la española De Palacio dijo que la única forma de democratizar Cuba es si Castro se muere. "No digo que lo maten, digo que se muera, porque dudo que cambie mientras viva. La única solución sería que Castro desaparezca".