"Esto tiene como objetivo sacarme de la cancha, y eso no va a pasar", dijo Boudou en una entrevista con el canal de televisión CN23, donde ratificó su inocencia.

Boudou, el primer vicepresidente argentino en activo en ser indagado por la Justicia, está imputado por la compra, presuntamente a través de testaferros, de la imprenta de papel moneda Ciccone Calcográfica, cuando era ministro de Economía.

"Yo siempre he dicho que quiero concentrar mi defensa (en la causa Ciccone) en mi persona. Y si mi rol es ser un escudero donde caen todas las piñas, estoy orgulloso de hacerlo", sostuvo el vicepresidente.

"Voy a seguir defendiendo siempre a este proyecto político", agregó el vicepresidente, quien se sometió a indagatoria por parte del juez Ariel Lijo, encargado de la causa, el pasado lunes.

La compra de la empresa Ciccone Calcográfica es el centro de la causa que ha salpicado al vicepresidente argentino por presuntas negociaciones incompatibles con la figura de funcionario público y enriquecimiento ilícito durante su etapa al frente del Ministerio de Economía (2009-2011).

En julio de 2010, un juzgado del fuero comercial declaró la quiebra de Ciccone -actualmente Compañía de Valores Sudamericana- a petición del Fisco argentino por deudas impositivas.

La Justicia levantó la quiebra tres meses después, a solicitud de la propia empresa, tras haber negociado un plan de pagos con Hacienda, y la empresa quedó en manos de The Old Fund, cuyo responsable era Alejandro Vandenbroele, supuesto testaferro de Boudou.

Según el auto de citación, Boudou, "aprovechando su condición de funcionario público", y el empresario José María Núñez Carmona -su supuesto socio y amigo- habrían acordado con los entonces dueños la cesión del 70% de la empresa "a cambio de la realización de los actos necesarios para que la firma pudiera volver a operar y contratar con la Administración Pública".