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Elecciones municipales en Chile, con repercusión en las nacionales

Desde Santiago, Horacio Brum: La campaña está agitada pero, con un sistema político desprestigiado, votarían menos de 5 millones de los habilitados, y 2 millones de jóvenes ni siquiera están inscriptos.

(Emitido a las 08.29)

EMILIANO COTELO:
El clima de elecciones no es patrimonio exclusivo de los uruguayos en estos días. Por supuesto, seguiremos hablando de las elecciones en Estados Unidos, que son dos días después que las nuestras. Pero buena parte del Mercosur anda también con las urnas al hombro este fin de semana. Estamos nosotros con nuestras elecciones presidenciales y parlamentarias, en Brasil tiene lugar la segunda vuelta de las elecciones municipales en aquellas prefeituras en las cuales no hubo triunfadores en la primera vuelta (está el caso de San Pablo como la elección emblemática en ese sentido por todo lo que se juega, en particular el partido de gobierno a nivel nacional, el PT), y también vota Chile. Chile tendrá comicios municipales cuyo resultado, dicen los analistas, será una antesala de la elección presidencial de 2005.

Una nota del diario El Mercurio, de Chile, del día de ayer, empezaba diciendo: "Los candidatos, sus comandos, los respectivos partidos y hasta los líderes sectoriales lo van a negar hasta último momento. Pero, el domingo por la noche, con los resultados en la mano, lo quieran o no, éstos tendrán una proyección mayor: diciembre de 2005, fecha de las elecciones presidenciales".

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Vamos a dialogar con nuestro corresponsal en Santiago, Horacio Brum. ¿Cómo son las condiciones del tiempo por estas épocas allí?

HORACIO BRUM:
En este momento, después de una semana bastante irregular porque, según dicen, se acerca otra vez el fenómeno del Niño, estamos teniendo ahora sí un calor de primavera, de verano, y probablemente hoy un día muy claro y soleado. En materia de temperatura ayer, por ejemplo, ya estuvimos en el orden de los 25 y hoy es probable que sobrepasemos esa marca.

EC - Hablemos de elecciones, entonces. ¿Qué es lo que se elige el domingo que viene en Chile?

HB - Hay que consignar que aquí en estas elecciones municipales solamente se eligen los alcaldes, que son los encargados del gobierno de la ciudad, y su concejo, el Concejo Municipal. Porque los alcaldes chilenos no son el equivalente a nuestros intendentes en Uruguay; los intendentes aquí, o sea los gobernadores mayores en que se divide el país, son nombrados directamente por el Poder Ejecutivo. De esa manera el pueblo sólo elige los encargados del gobierno de cada ciudad. En este momento son aproximadamente 345 los alcaldes que serán elegidos en todo el país.

EC - ¿Quiénes gobiernan hoy esas alcaldías?

HB - Se puede decir que la cifra de alcaldías en el país está dividida casi en partes iguales entre la Concertación gobernante y la alianza que integran los partidos derechistas; de hecho hay una diferencia de sólo una alcaldía, hay 169 para la Concertación y 168 para la Alianza, con el resto repartido entre otros partidos pequeños que no tienen mayor peso nacional. De ahí que este sea un cabeza a cabeza que, como dicen muchos y como bien decías al comienzo, pueda definirse de manera importante para las elecciones presidenciales de 2005.

EC - Efectivamente se las ve como un preámbulo.

HB - Exactamente; por eso los partidos están poniendo todas sus cartas sobre la mesa y la idea, desde luego, es ganar el mayor número de alcaldías posible, especialmente en ciudades grandes, en ciudades emblemáticas como la capital. Hay que consignar además que la capital no tiene una sola alcaldía sino que está dividida en más de 30 comunas, pero de ellas la más simbólica es Santiago -Santiago Centro-, cuyo alcalde es el candidato presidencial de alianza derechista, Joaquín Lavin, que no corre ya como alcalde a la reelección sino que ha puesto un delegado, una especie de testaferro que debería estar ganando esta alcaldía para ellos.

EC - En cuanto a la proyección de estas elecciones de alcaldías del domingo al año que viene, a las elecciones presidenciales, quizás valga la pena aportar algo de contexto. La última elección presidencial fue muy disputada y se definió en segunda vuelta.

HB - En efecto, fue muy disputada, el margen fue muy estrecho, hubo una segunda vuelta muy importante, y de ahí que la derecha saliera muy envalentonada, entusiasmada con la posibilidad de llegar al poder en el año 2005. Hay que consignar también que se dio un fenómeno interesante: el partido gobernante, en especial el partido mayoritario dentro de la coalición gobernante, que es la Democracia Cristiana, ha venido perdiendo votos consistentemente, tanto en las elecciones municipales anteriores como en las parlamentarias del año 2001. De ahí la derecha saca la conclusión de que podría ganarle muchos votos a la Concertación en estas elecciones, ganar especialmente en las alcaldías y los concejos municipales, lo que reforzaría frente a la opinión pública su posibilidad de ser presidenciable para las elecciones de 2005.

EC - Antes de volver a las elecciones de alcaldes del próximo domingo, algo más sobre lo que se está gestando en la carrera hacia la Presidencia. Del lado de la derecha, en la Alianza por Chile, ya se conoce al candidato, es Joaquín Lavín, ya lo mencionaste.

HB - Exactamente. Del lado de la derecha no ha habido debate, no ha habido ningún tipo de elección interna ni de polémica interna: Joaquín Lavín es el líder absoluto de la Alianza por Chile.

EC - Mientras tato en la Concertación que gobierna hoy, a la que pertenece el presidente Ricardo Lagos, hay en principio dos nombres, dos mujeres casualmente.

HB - Correcto, son dos mujeres que fueron ministras. Por un lado tenemos a la ex canciller Soledad Alvear, de la Democracia Cristiana, y por otro a la socialista Michelle Bachelet, que fue ministra de Defensa. Ellas representan las dos tendencias que comparten el poder dentro de la concertación gobernante, lo que sería una centroizquierda -la Democracia Cristiana- y la izquierda propiamente dicha representada por Michelle Bachelet.

EC - Ambas han renunciado justamente para dedicarse a preparar sus respectivas campañas.

HB - Ambas tuvieron que renunciar especialmente, en parte a pedido del presidente Lagos porque, a medida que entramos en la recta final para estas municipales y se empezaba a especular con las presidenciales, la derecha comenzó a acusar a las ministras -como ha acusado al gobierno- de intervencionismo electoral, de estar realizando gestiones, actos, inauguraciones y demás en función de sus propias candidaturas. Eso forzó de alguna manera la renuncia de estas dos ministras que -hay que decirlo- en estos últimos días de campaña han aparecido públicamente en muchos lugares apoyando a los distintos candidatos de sus respectivos sectores dentro de la Concertación.

EC - La carrera entre Soledad Alvear y Michelle Bachelet, ¿en qué medida depende de los resultados de esta otra elección del domingo?

HB - Exactamente, ahí se va a ver quién fue más eficaz ayudando a sus candidatos. Si Soledad Alvear consigue con su presencia que la Democracia Cristiana recupere y gane más alcaldías, indudablemente va a acumular puntos para una eventual interna o una eventual negociación. Hay que decir al respecto que en ese sentido los socialistas, la izquierda de la Concertación, ya se ha pronunciado bastante claramente por una elección interna dentro de la candidata presidencial, en cambio los democratacristianos todavía se muestran partidarios de una negociación, algo que también ha dado armas a la derecha para decir que la Concertación está buscando arreglos internos cupulares a espaldas de la gente para designar a su candidato presidencial.

EC - Tú decías que todos estos factores que ligan estas elecciones municipales del próximo domingo con la elección presidencial del año que viene han llevado a que la campaña electoral en estos días se hubiera puesto muy agitada.

HB - Exactamente, es algo que hay que mencionar, porque normalmente aquí no hubo incidentes de violencia en campañas anteriores, pero ahora sí ha llegado a haberlos, bastante importantes. El más célebre de esta semana fue que una diputada de la coalición, de la Concertación gobernante, se trenzó a golpes con una partidaria de la oposición; también hubo corridas y agresiones en las luchas por dónde poner los carteles de las campañas; se ha violado repetidamente la ley que establece que los carteles y la propaganda no se pueden poner en lugares públicos; hubo problemas con el gasto, porque este año por primera vez los partidos están recibiendo dinero, como en el sistema uruguayo, en función de los votos de la elección anterior, pero tienen un límite de gasto, límite que ha sido muy difícil de verificar debido a todos estos problemas e incidentes de carteles, propaganda, que aparecen, desaparecen y no se sabe de dónde vienen.

EC - ¿Qué cabe aguardar a partir de ese clima?

HB - Según dicen las autoridades y lo que se ve, las elecciones en sí se van a desarrollar con total normalidad. Hay que consignar que aquí en Chile quien está a cargo de la seguridad de los lugares de votación desde ya, desde este momento, es el ejército, y que el día mismo de las elecciones asume el control total del país, o sea que se vive una situación técnica de estado de sitio. De manera que la seguridad es total y no creemos que haya lugar a ningún tipo de incidentes.

EC - De todos modos la elección coincide con un fin de semana largo en Chile.

HB - También ésa es una cosa que podría incidir, aunque en menor grado, en las votaciones. Hay mucha gente que ha comprado pasajes para el exterior (el destino favorito de los chilenos es Buenos Aires) o para irse de Santiago, porque aquí la votación es obligatoria, pero si uno puede comprobar que está a más de 300 quilómetros del lugar de votación el día de las elecciones queda eximido de ese deber. Y hay mucha gente que está optando por eso, comprando pasajes hacia lugares a más de 300 quilómetros.

EC - ¿Entonces no interesa mucho la elección municipal?

HB - Hay un grupo de gente que está poco interesada. Hay que decir que aquí los políticos y la política están bastante desprestigiados. Habría que mencionar, por ejemplo, que en un universo de 8 millones de votantes se calcula que podría votar aproximadamente el 60 por ciento. Además hay 2 millones de jóvenes en edad de votar que no se han molestado en inscribirse y demuestran de esa manera, como ellos mismos lo dicen en su jerga, no estar "ni ahí" con la política.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón