Última semana de campaña en Estados Unidos
Desde Boston, Roberto Porzecanski. Está en juego el futuro del país en esto que mucha gente llama la elección más importante de una generación, pero también están en juego la credibilidad y la eficacia de funcionamiento de la democracia estadounidense.
(Emitido a las 09.11)
EMILIANO COTELO:
La última semana de campaña en Estados Unidos no sólo fue una muestra más de la polarización en la que está inmerso el país y de la dureza que ha alcanzado esta campaña entre George Bush y John Kerry: fue también una muestra de lo disputada que va a ser esta elección. Disputada en las urnas, sí, pero también en los tribunales.
A cuatro días de los comicios en Estados Unidos les proponemos repasar esta última semana de campaña y el funcionamiento del sistema electoral estadounidense, que es muy peculiar. Nos proponemos también analizar en qué estados se define la elección y ver cómo una elección que aún no ha empezado ya está siendo disputada en las cortes.
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Estamos en contacto con nuestro corresponsal en Boston, Massachussets, Roberto Porzecanski. ¿Qué ha pasado en esta última semana de la campaña electoral de Estados Unidos?
ROBERTO PORZECANSKI:
Al igual que todo el año, ha sido una semana muy movida, típica del final de una campaña. Una semana además caracterizada por tres cosas. En primer lugar, por una concentración exclusiva de las campañas de los candidatos en una lista de estados muy corta donde se definirá la elección. Bush y Kerry han visitado repetidamente los mismos cinco o seis estados en los últimos días, muchas veces estando los dos en el mismo estado el mismo día.
Una semana además donde las celebridades de los dos partidos se unieron a los candidatos para hacer campaña: Clinton, el ex presidente, y Bruce Springsteen, el cantante de rock, han salido a hacer campaña con Kerry, mientras que Arnold Schwartzenegger y Rudolf Giuliani han salido con Bush.
EC - Y en cuanto a temas, ¿qué fue lo que dominó la agenda esta semana?
RP - Los candidatos se habían concentrado en los últimos días, tanto en sus discursos como en los spots televisivos, en sus respectivos temas más fuertes: Bush insistiendo con la seguridad y la "guerra contra el terrorismo" y Kerry haciendo énfasis en temas domésticos, como la cobertura de salud y el empleo, pero también en otro tema del que se ha hablado mucho: la investigación con células madre. La muerte de Christopher Reeve, gran promotor de este tipo de investigación, puso nuevamente el tema sobre el tapete. En un acto de la semana pasada la viuda de Reeve fue la encargada de presentar a Kerry.
Dos acontecimientos, sin embargo, dominaron la agenda en los últimos días. En primer lugar, la noticia de que 380 toneladas de explosivos desaparecieron de una instalación militar en Irak. Kerry ha utilizado esto como el eje de sus críticas al presidente en los últimos días, criticándolo con una dureza que inclusive para los estándares de la campaña estadounidense fue excepcional. Frente a esto el presidente, muy inusualmente, demoró en responder.
El otro acontecimiento que impactó la campaña, aunque suene raro, fue la noticia de que el juez en jefe de la Suprema Corte de Justicia fue internado para ser tratado por cáncer.
EC - ¿Qué tiene que ver eso con la campaña, por qué fue importante esa noticia?
RP - Porque es una señal de que es posible que el próximo presidente tenga que designar a dos o incluso tres jueces de la Suprema Corte, lo que puede significar cambiar completamente la distribución de poder dentro de esa institución. Eso puede tener consecuencias en una cantidad enorme de temas, empezando por el sensible tema del aborto. Esto ha sido un insumo muy importante en estos últimos días de campaña, acentuando las diferencias ya muy muy grandes entre el Estados Unidos conservador y el Estados Unidos liberal.
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EC - Si te parece, podríamos repasar ahora cómo funciona el sistema electoral, algo siempre difícil de entender, porque es bastante peculiar.
RP - Es bastante peculiar. La forma más fácil de entender esto es pensar que el próximo martes no estaremos frente a una elección sino frente a 51 elecciones diferentes, correspondientes a los 50 estados más el distrito de Columbia, donde está la capital Washington. Cada una de estas 51 unidades regionales tiene un número asignado de electores o votos electorales, número que -vale la pena decirlo- es igual a su representación parlamentaria: dos senadores por cada estado más un numero de representantes proporcional a la población. Entonces, por ejemplo, un estado grande como California tiene 55 votos electorales, y un estado relativamente pequeño, como Iowa, tiene 7.
La peculiaridad del sistema es que en la enorme mayoría de estos estados el ganador, aunque gane por un voto, se lleva la totalidad de los votos electorales.
EC - Y eso no es uniforme.
RP - No, hay dos excepciones, que son los estados de Nevada y Maine, donde los votos se dividen, aunque no de manera perfectamente proporcional y con un sistema difícil de entender. La otra excepción es el estado de Colorado, donde en simultáneo con esta elección se votará una enmienda a la Constitución del estado que propone dividir los votos electorales de manera proporcional y, que de ser aprobada, será válida para esta misma elección.
EC - Así que en la enorme mayoría de los estados quien resulta ganador se lleva todos los votos electorales, pero hay varias excepciones.
RP - Exactamente.
EC - ¿Entonces...?
RP - Entonces para ganar un candidato necesita sumar 270 votos electorales. En caso de que haya un empate, escenario probable este año, la elección se define en la Cámara de Representantes. Pero aquí hay otra particularidad: en ese caso se define bajo el sistema de un voto por estado. Si este fuera el escenario, dado que los republicanos controlan más estados que los demócratas, el resultado sería la reelección del presidente Bush. Quiere decir que este año un empate de votos electorales es una victoria del presidente Bush.
EC - Es bien interesante que uno de los escenarios que están arriba de la mesa sea el del empate. Sigamos: ¿cómo se presenta el panorama, dónde se definirá la elección?
RP - Como ya hemos hablado en otras oportunidades, en la gran mayoría de los estados la elección está claramente definida para uno de los dos candidatos. Entonces la elección se decidirá en los estados donde la elección no está definida, los llamados "swing status" o "battleground status", los estados de batalla o que pendulan de un lado al otro. Es allí donde los candidatos han concentrado sus campañas en los últimos días.
EC - ¿Cuáles son esos estados?
RP - Los más importantes son: Florida, Pennsilvania, Ohio, Minnesota, Michigan, Wisconsin, Iowa, Nuevo Mexico y Colorado. En el año 2000 Pennsilvania, Iowa, Minnesota, Michigan, Wisconsin y Nuevo Mexico fueron para Gore, en general por márgenes muy, pero muy bajos.
EC - En el año 2000 fueron entonces para el candidato demócrata.
RP - Exacto. En cambio Ohio, Colorado y Florida fueron para Bush, el candidato republicano, que ahora es el presidente. Aunque no son los únicos escenarios posibles; una forma de entender las posibilidades que tiene cada uno de los dos candidatos es ver que, para ganar, Kerry necesita mantener todos los estados que ganó Gore y sumar uno más, y Bush, por el contrario, con mantener todos sus estados será reelecto.
EC - ¿Y cómo se presenta el panorama estos últimos días desde el punto de vista de las encuestas?
RP - Las encuestas tanto a nivel nacional como en los estados que mencionábamos recién siguen mostrando un empate técnico. De hecho, nadie tiene mucha idea aquí de cómo va a definirse la elección, ni siquiera los expertos se animan a hacer pronósticos, ni siquiera off the record. En general, sin embargo, hay una sensación de que el presidente tiene una muy leve ventaja, pero nada que no pueda revertirse en un estado y por ende en todo el país.
Con una elección tan pero tan pareja, son enormes los temores que hay aquí de que vuelva a repetirse el escenario de 2000: muchos comentaristas están suplicando para que el resultado sea claro, para un lado o para el otro, porque si no la tentación de disputar judicialmente cada voto va a ser muy pero muy alta. Desde hace tiempo ambas campañas tienen grupos de abogados preparados en los distintos estados para lo que pueda pasar, y no estar desprevenidos como en 2000.
EC - Hemos visto que en los últimos días estas disputas ya comenzaron.
RP - Sí: las disputas han empezado antes de la elección y son de diversa índole y en diversos estados. Podemos ver algunos ejemplos. En Ohio los republicanos cuestionaron miles de registros de votación presentados por los demócratas. Recordemos que en Estados Unidos es posible, cuando uno se registra para votar, declarar si se registra como demócrata o como republicano. En este caso en particular el juez no dio lugar a los reclamos de los republicanos.
Por otro lado, en Pennsilvania dos militares iniciaron un juicio reclamando una extensión de 15 días para poder enviar sus votos por correo desde el exterior. Estos son sólo ejemplos, ya que los casos en que la justicia ya está teniendo que hacerse cargo de denuncias vinculadas a la elección son muchísimos.
Pero más allá de estos juicios respecto de los registros de votación hubo también escándalos que por ahora se han mantenido fuera de la órbita judicial. En el estado de Florida -un estado que en estos días tiene una visibilidad impresionante- miles de formularios para votar por correo que la oficina electoral mandó a los votantes nunca llegaron a destino. Nadie sabe lo que pasó, y por casos como este las sospechas de fraude se hacen cada vez más fuertes.
En definitiva, casos como estos abundan, y eso que todavía estamos antes de la elección. Como decíamos antes, es probable que en las horas y los días posteriores a la elección se multipliquen los juicios, no sólo como hasta ahora, respecto del registro de votantes y los votos por correo, sino, al igual que en el año 2000, además en cuanto al conteo de los votos. Si este es el caso, el panorama va a ser caótico.
EC - ¿Por qué dices esto?
RP - Por dos motivos. En primer lugar porque el sistema que causó la crisis en el año 2000 todavía sigue usándose en gran parte del país. Y en segundo lugar porque muchos de los nuevos sistemas que fueron implementados no brindan las mínimas garantías necesarias.
EC - Es decir que hay diversos sistemas de votación.
RP - Aunque parezca difícil de entender, en Estados Unidos en gran medida las elecciones están reguladas a nivel local, es decir, a nivel de los condados. Salvo excepciones, cada condado elige su propio sistema de votación. Entonces a lo largo y ancho del país hay una gran diversidad de sistemas, y varían incluso dentro de un mismo estado.
Están los sistemas tradicionales con papeletas, los que funcionan con scanners ópticos y, como te decía, también se sigue usando el sistema que estuvo en el centro de la polémica en el año 2000, el que funciona con planillas en las que hay que hacer un agujero al lado del nombre del candidato. Por último, también hay una gran variedad de sistemas de votación electrónica, muchos de los cuales fueron introducidos como la solución a lo que pasó en el año 2000 pero que están lejos de ofrecer las garantías necesarias.
EC - ¿Por qué tampoco estos ofrecen las garantías necesarias?
RP - Muchas organizaciones no gubernamentales y universidades han cuestionado la fidelidad de algunas de estas máquinas, han cuestionado cómo está regulado el sistema y si efectivamente las máquinas dan las garantías necesarias. Por si fuera poco, muchas de esas máquinas de votación electrónica ni siquiera dejan un registro en papel, lo cual hace literalmente imposible un recuento de votos.
EC - El registro en papel parece algo elemental, más allá de que uno vote en una computadora, en una terminal, tiene que haber en algún lado una constancia que permita luego intentar algún tipo de verificación.
RP - No es la única cosa que parece elemental pero que no está prevista en este tipo de casos. Quienes se preocupan más por eso, por la transparencia del sistema que por el resultado, están rogando por que el resultado de la elección sea claro. Esto es así porque entre la tentación de ambas partes de cuestionar los resultados en los diversos estados donde la elección esté siendo peleada y la falta de garantías que ofrecen los sistemas de votación en diversos condados es probable que los días y semanas después de la elección sean una verdadera pesadilla.
EC - Pesadilla... Así que en esta elección tanto política como institucionalmente hay mucho en juego.
RP - Hay muchísimo en juego. Está en juego el futuro del país en esto que mucha gente llama la elección más importante de una generación, pero también están en juego la credibilidad y la eficacia de funcionamiento de la democracia estadounidense.
EC - Las elecciones son el martes 2 de noviembre. ¿Se vota algo más que presidente?
RP - Sí: muchísimas cosas más; es un buen punto para aclarar. El martes no sólo hay elecciones presidenciales, habrá además elecciones parciales de representantes y senadores tanto a nivel estatal como federal; digo elecciones parciales porque en Estados Unidos las cámaras se renuevan de manera parcial cada dos años. También se elegirá gobernadores y se plebiscitará varias enmiendas a las constituciones de los diversos estados. En particular -un tema que ha estado sobre la mesa todo el año- en varios estados se plebiscitará enmiendas a las constituciones para prohibir los matrimonios homosexuales.
De manera que hay que estar atento no sólo a quién gana la Presidencia, sino también a cómo cambiará la estructura del Senado y de la Cámara de Representantes, algo clave si queremos entender la dirección en la que se va a mover el país en los próximos años.
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Edición: Jorge García Ramón