Internacionales

El quebranto de Arafat abre interrogantes sobre el futuro de la ANP y de la región

Desde Jerusalén, corresponsal Ana Jerosolominski

(Emitido a las 07.36)

EMILIANO COTELO:
Algo desorientado y muy debilitado por la enfermedad que le mantuvo en cama en las últimas dos semanas y le provocó el miércoles una grave descompensación, el líder palestino Yasser Arafat fue trasladado esta madrugada a Amán y luego a París para ser hospitalizado según confirmaron funcionarios palestinos y franceses.

Después de casi tres años de confinamiento, Arafat -de 75 años- salió por primera vez de La Mukata, su cuartel general en Ramala, Cisjordania, donde vive rodeado de tanques y militares israelíes. Pese a su delicado estado de salud, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) era reacio a ir a un hospital por las amenazas de Israel de no dejarlo volver; pero ante la gravedad de su situación el gobierno israelí aseguró que no pondrá trabas a su traslado ni tampoco a su regreso. El vice premier israelí, Ehmud Olmert, declaró a la radio pública israelí que su país permitiría al presidente palestino viajar al extranjero, pero al regreso las condiciones continuarán siendo las mismas.

El gobierno francés declaró que, en respuesta a una petición de la ANP, Francia accedió recibir a Arafat para que sea atendido en un hospital, y dispuso el envío de un avión para transportarlo.

Arafat partió poco antes de las tres de la madrugada uruguaya en un helicóptero hacia la capital de Jordania, Amán, y allí abordó el avión con destino a París junto a una decena de dirigentes y ex dirigentes de la ANP. Las fotografías publicadas en Internet le muestran saludando en el aeropuerto de Aman, con un gorro oscuro.

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Estamos en comunicación con nuestra corresponsal en Medio Oriente, Ana Jerosolimski. ¿Efectivamente Arafat ya está en viaje?

ANA JEROSOLIMSKI:
Así es, llegará a París aproximadamente a las nueve de Uruguay. Viajó desde Ramala hacia Aman en dos helicópteros: en uno de ellos iba su esposa y uno de sus principales colaboradores, y en el otro varios dirigentes palestinos.

EC - ¿Qué enfermedad tiene? ¿Se sabe de qué se trata?

AJ - Según dijeron ayer sus médicos (lo examinaron cuatro equipos de médicos: palestinos, jordanos, egipcios y tunecinos), especialmente su médico particular que fue convocado en forma urgente desde Aman, lo que está claro es que tiene una seria reducción en las plaquetas sanguíneas. No está claro (al menos según lo que dijeron ante los micrófonos) a qué se debe, pero según dijeron podría obedecer a leucemia o a una seria infección en la sangre; no se sabe con exactitud. Se había hablado en los últimos días de cáncer intestinal o cáncer estomacal; los médicos dijeron en primera instancia que esas opciones están descartadas, pero luego esos análisis mostraron la reducción de plaquetas, y el médico privado determinó la internación en un hospital para conocer con certeza el origen del problema.

EC - ¿Está en riesgo su vida?

AJ - En los últimos días era tal el torbellino en La Mukata, salía una versión oficial diciendo que estaba bien, sólo cansado, que era una gripe, que era una debilidad por el ayuno de Ramadan; luego ministros palestinos que lo habían visto después de la consulta médica decían que su estado es crítico... Si realmente se tratara de cáncer es de suponer que su vida está en peligro aunque no necesariamente en cuestión de días como parecía el miércoles por la noche, cuando trascendió que se había llamado de urgencia a los médicos; que llegaba especialmente a Ramala su esposa Suha (a quien no vio durante cuatro años porque está viviendo en País) y si Suha viene a Ramala es porque algo grave está sucediendo.

EC - ¿Quién gobierna hoy en la ANP?

AJ - No se dejó a ningún sucesor temporario. Un portavoz de Arafat dijo que no hay nadie en su lugar, en el sentido que nosotros interpretamos como el de un sucesor. "Están las instituciones, está el liderazgo palestino", dijo en términos muy generales. Evidentemente la intención es que Arafat siga dirigiendo la situación desde París, aunque suene medio extraño incluso oír que planteen esa posibilidad.

Lo que sí hay es gente que está encargada de diferentes instituciones, por ejemplo instancias de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) que, aunque suene extraño para algunos oyentes, son superiores a la ANP: supuestamente la OLP representa a todos el pueblo palestino, y la ANP es el gobierno dentro de los territorios que están bajo control palestino en Cisjordania y Gaza. Hago esta aclaración porque está "Abu Mazen", el ex primer ministro Mahmud Abás, que es el secretario general del comité ejecutivo de la OLP. Como tal es en estos momentos el primero en la jerarquía de la OLP en los territorios palestinos, y parece que mañana convoca a instancias de Al Fatah y de la OLP para tratar la situación. Está también el primer ministro Ahmed Qurea ("Abú Alá"), quien por supuesto sigue en sus funciones; las instituciones diversas siguen desempeñándose...

Según la ley, de todos modos, hay un mecanismo predeterminado para la eventualidad de que Arafat fallezca, sea ahora en esta crisis o más adelante. Según la ley, el presidente del Parlamento palestino queda encargado de la ANP por 60 días hasta que haya elecciones, y el secretario ejecutivo de la OLP quedaría a cargo también por 60 días hasta que se vaya a las urnas. Pero no estamos hablando todavía de esa eventualidad.

EC - Esta situación crítica en la salud de Arafat, ¿de qué manera impacta en el conflicto entre palestinos e israelíes?

AJ - Todos sabemos que Israel adoptó oficialmente decisiones en el transcurso de la Intifada, especialmente el último año, según las cuales no hay con quién hablar a raíz del liderazgo de Arafat. En una decisión formal el gabinete le declaró primero "irrelevante", luego "obstáculo que debe ser quitado del medio", y el plan de retirada israelí de la Franja de Gaza no es producto de un acuerdo sino de una decisión unilateral del gobierno porque, al decir del primer ministro Sharon, "no hay con quién hablar; tenemos que tomar nosotros las medidas que consideremos que pueden ayudar a Israel".

Pero, si la situación es tal y termina ahora o un poco más tarde la era de Arafat, te diré que ya hay voces en Israel que dicen que hay que repensar esa política. Si Arafat fallece no se puede mantener esa política oficial de "no hay con quién hablar" y hay que ver cuáles son las alternativas.

El problema en ese sentido es que no hay nadie del lado palestino que tenga la estatura de líder, de símbolo, que tiene Arafat. Sin hacer juicios de valor a su respecto, nadie puede cumplir sus funciones como él y por lo tanto ninguno de quienes puedan sucederle (en especial un gobierno de un solo sucesor) va a poder permitirse, por faltarle esa estatura, ese carisma que caracterizaba a Arafat a ojos palestinos, hacer las concesiones inevitables si se llega a un acuerdo que ponga fin al conflicto; concesiones que sólo Arafat habría podido hacer si hubiera optado por esa vía de llegar a un acuerdo negociado. Cualquier sucesor tendrá problemas en decir, por ejemplo, "Ahora termina el conflicto, comprendo que los refugiados no van a volver". En ese sentido es una complicación.

Por otra parte, en la situación actual con Arafat al frente, era evidente que no habría negociaciones y, según Israel, no se llegaría a ningún acuerdo.

EC - Por un lado, entonces, si se produce la desaparición de Arafat será, desde el punto de vista de Israel, una buena noticia porque lo ve como un obstáculo; por otro lado, desde el punto de vista de la interna palestina, parece un problema.

AJ - Es un problema, sin duda. Ante todo es un problema emocional para los palestinos. Creo que hablamos en más de una oportunidad del criticismo creciente que había en los últimos años y que no me sorprendía, en el encuentro con Arafat, cuando entré en varias ocasiones a los territorios ocupados y oía esas críticas; me pasó hace muy poco tiempo y veía un fenómeno nuevo. Pero, independientemente de eso, se lo ve como un símbolo. Ayer, palestinos en Ramala decían "Es una leyenda viva; ¿qué vamos a hacer sin él?". Pero es un problema, más que nada, porque el propio Arafat se preocupó siempre de crear una situación en la que no hubiera un sucesor automático. ¿Qué quiere decir "sucesor"? Decía ayer la parlamentaria palestina Aljanar Ashrawi "Qué suerte que no tenemos dinastías", comparando la situación palestina con otros países árabes. Pero el problema es que él se preocupó de crear una situación en la que nadie pudiera fortalecerse de modo tal que le hiciera sombra y que después, eventualmente, llegado el día de la verdad, se pueda ver en esa figura a quien puede entrar como sucesor.

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Transcripción y edición: Jorge García Ramón