Clima incierto en Argentina luego de conocerse los resultados de las negociaciones en Nueva York por los holdouts
Contacto con Fernando Gutiérrez, colaborador de En Perspectiva en Buenos Aires.
(emitido a las 7.33 hs.)
EMILIANO COTELO:
¿Cómo amanecen en Buenos Aires?
FERNANDO GUTIÉRREZ:
Con los temas que han tenido en vilo a los argentinos en las últimas semanas. El ministro Kicillof habló ayer de esta manera:
(Audio Axel Kicillof.)
"He escuchado por ahí que se habla de engendros: default técnico, default selectivo, algunos lo han llamado default Griesa, griefault… No lo sé, esto anda circulando, porque nadie sabe caracterizarlo. ¿Y por qué nadie sabe caracterizarlo? Porque es nuevo, porque no existe, porque a nadie se le ocurrió en el prospecto que podía venir un juez y decir, después de que se pagó, 'voy a ordenar a los bancos que no puedan cumplir su contrato', que era seguir y permitir cobrar a los bonistas. Entonces esa plata no es nuestra, esa plata está en poder de las entidades. Entonces cuando escucho esos eufemismos, esas ideas… de nuevo, quiero ser muy claro, porque yo no es que esté hablando para generar opinión, hablo con la letra de los contratos, y los contratos…".
(Fin.)
EC - Así hablaba el ministro Kicillof ayer en Nueva York cuando tenía que anunciar que no habían logrado un acuerdo con los holdouts y que la cosa se complicaba.
FG - Qué confusión. Ayer el día había empezado con optimismo, los mercados estaban eufóricos, con fuertes subas en los bonos argentinos, con caída del riesgo país, con suba de las acciones bursátiles de las empresas. Todos los analistas hablaban del alivio que generaba el hecho de que se hubiera encontrado una salida que involucraba a los bancos privados poniendo plata como garantía de que los llamados fondos buitres iban a cobrar sus acreencias. Hasta el mediador designado por el juez Thomas Griesa había llegado sonriente a la reunión con Axel Kicillof, había comentado con los periodistas que iba a ser un gran día…
Pero después de varias horas de reunión ya sabemos lo que pasó. El ministro llamó a conferencia de prensa en el consulado argentino en Nueva York, y no solo no anunció acuerdo alguno, sino que otra vez se mostró muy duro con los fondos buitres y con el propio juez.
EC - Durante la conferencia de prensa un periodista le leyó el comunicado que acababa de emitir el mediador designado por el juez Griesa, Daniel Pollack, que era muy directo: "Argentina inminentemente estará en default. Esa no es una mera condición técnica, sino que es un evento real y doloroso que afectará a los tenedores de bonos canjeados, a los holdouts y al ciudadano común argentino".
FG - Así es. Pollack calificaba de inminente la caída en default, pero a esa hora el mercado financiero ya consideraba a la Argentina en default. Las agencias calificadoras de riesgo crediticio les habían bajado la nota a los bonos argentinos, les habían puesto la temible sigla SD (default selectivo, en inglés). Como todos los bancos, desde Tokio a Nueva York, donde había bonistas que tenían que cobrar habían cerrado sin que los acreedores de Argentina hubiesen podido cobrar, le ponga el Gobierno argentino el nombre que le ponga, para el mercado financiero el país ya estaba en default.
El ministro habló, como se suele decir en el ambiente del fútbol, con el casete puesto, repitió los mismos argumentos, casi sin variaciones, que ha venido sosteniendo en todos los foros internacionales en los que le ha tocado hablar. Y la verdad es que aquí en Buenos Aires nadie salía del estupor. No se sabía bien cómo interpretar la situación, porque para muchos lo de Kicillof podía ser una estrategia: sobreactuar un poco el discurso radicalizado y agresivo, de manera que nadie dijera que los banqueros privados de Argentina eran testaferros que estaban actuando con el aval del Gobierno. Se decía "quizás Kicillof está haciendo un discurso duro para que nadie pueda decir que la propuesta de los banqueros es en realidad una idea suya o una idea que sale del Gobierno de Argentina".
Porque hubo dos negociaciones en paralelo, la oficial de Kicillof con los llamados fondos buitres y una negociación privada entre los banqueros argentinos y delegados de los fondos buitres. Las dos fallaron, ninguna llegó a buen puerto. La de los privados se había suspendido, y se supo que los argentinos ya se habían tomado el avión de regreso a Buenos Aires. Unas horas después empezaron a circular versiones de que había sido el propio Gobierno quien había mandado parar todas las negociaciones. Y hay incluso una fuerte especulación sobre una nueva pelea entre el ministro Kicillof y el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, a quien se le atribuye esa idea de que los bancos argentinos pusieran una garantía para destrabar el asunto.
EC - Hay toda una discusión a propósito de si el papel que están jugando los bancos argentinos es una iniciativa propia o vino solicitada, promovida por el Gobierno o al menos por el Banco Central. La información que circula habla de que hubo incluso una reunión en la que las autoridades del Banco Central plantearon esta posibilidad y pusieron en marcha el mecanismo.
FG - Claro, pero el Gobierno argentino no puede admitir que es una idea suya ni que hay ningún tipo de aval. Por eso esa frase tan sugestiva de Kicillof cuando dijo "me enteré por los diarios" de esta propuesta de los bancos. Nadie puede creer que realmente el ministro de Economía de Argentina se haya enterado por los diarios de semejante propuesta.
EC - Sobre todo teniendo en cuenta quién es Jorge Brito, el presidente de la Asociación de Bancos de la República Argentina. Un hombre que tiene toda una peripecia interesante en cuanto a relación con Gobiernos, pero que ha tenido un vínculo muy cercano con el kirchnerismo. Últimamente más bien estaba cerca de Sergio Massa, pero tiene antecedentes de cooperación.
FG - Sí. En el inicio del kirchnerismo se lo llamaba "el banquero de los Kirchner", porque era el más cercano al Gobierno y ofrecía su apoyo, sus servicios en algunas operaciones que al Gobierno le interesaban para nacionalizar algunas de las empresas que habían sido privatizadas durante los años 90. Después de la muerte de Néstor Kirchner su relación con Cristina Kirchner se enfrió, al punto de que en varios momentos el Gobierno lo ha acusado de promover algunas operaciones financieras, de tratar de forzar devaluaciones o hacer algún intento de desestabilización.
EC - Es el propietario del Banco Macro.
FG - Es el presidente del Banco Macro, uno de los principales bancos de capital nacional. Incluso después de que fue estatizado el sistema jubilatorio, como las AFJP (equivalentes a las AFAP en Argentina) tenían acciones de Banco Macro, hoy técnicamente el Estado argentino, que se quedó con esas acciones, tiene una parte de ese banco.
EC - Pero estábamos hablando del discurso de Kicillof en la conferencia de prensa, por qué fue tan duro.
FG - Kicillof no puede admitir en público ni siquiera que sabía que existía esa otra gestión privada, porque está la famosa, temible cláusula Rufo, por la cual si Argentina les llega a hacer una oferta a los fondos buitres que contenga algún tipo de mejora respecto de lo que les dio a los bonistas que ingresaron al canje para reestructurar la deuda en el año 2005 y en el año 2010, esa mejora tiene que ser automáticamente extensible al resto de los bonistas. Eso dispararía una serie de reclamos en cadena, que es lo que dice el ministro Kicillof que multiplicaría varias veces el monto de lo que se le está reclamando al país. Y además –dice Kicillof–, probablemente si se activa esa cláusula él personalmente puede terminar en serios problemas con la justicia. O sea que no puede decir ni siquiera que estaba informado de ese tema.
Por eso te decía que había cierta suspicacia aquí en Buenos Aires respecto de cómo interpretar las palabras del ministro: ¿será real esa dureza o la estará sobreactuando porque mientras está haciendo esta conferencia de prensa los privados entre sí están a punto de anunciar un acuerdo? Durante toda la noche se especuló con ese tema, pero más tarde cuando se supo que los banqueros argentinos no habían llegado a un acuerdo, que se habían tomado el avión y que estaban volviendo a Buenos Aires, ahí empezó a tomar cuerpo la idea de que Argentina estaba en default, que no iba a haber un acuerdo, al menos no en el corto plazo.
Ahora resta saber si este default va a ser breve y por consiguiente algo anecdótico, o si realmente se va a empezar a hacer sentir sobre la economía como profetizan los más pesimistas. Hay que estar atentos, porque si en las próximas horas no surgen indicios de un acuerdo para que alguien, sea quien sea, les compre su deuda a los fondos buitres, van a empezar a dispararse una serie de efectos que van a hacerse sentir sobre la deuda argentina.
Hoy se espera un acto en la tarde en la Casa Rosada en el que va a hablar Cristina Kirchner. En principio no se espera que diga algo demasiado diferente de lo que dijo el ministro de Economía. La tesitura del Gobierno argentino es tratar de llevar un poco de calma en el sentido de que esto no va a ser algo catastrófico para la economía, pero la situación es de mucha tensión en este momento en el ambiente.
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Transcripción: María Lila Ltaif