Internacionales

Ni las cábalas funcionan en las elecciones en Estados Unidos

Desde Washington, Nelson Stratta

(Emitido a las 08.27)

EMILIANO COTELO:
"Existe una regla que deberían seguir todos los periodistas: incluso si se trata del nombre de tu hermana, compruébalo". Hace cuatro años Tom Broccol, editor y presentador de NBC Nightly News, pasada la media noche en la costa este de Estados Unidos declaraba ganador de las elecciones al vicepresidente Al Gore; pero un poco más tarde el vencedor era George W. Bush; y muy poco después anunciaba que no, que tampoco Bush, que el resultado quedaba en suspenso. Entonces con cara de circunstancias Broccol miró a la cámara y pidió disculpas a los televidentes: "Hemos metido la pata, y la hemos metido hasta el fondo".

Los errores cometidos en la larga noche electoral que se vivió en los comicios presidenciales del año 2000 dejaron un amargo sabor de boca en la prensa en general y en las cadenas de televisión estadounidenses en particular. "Aprendimos mucho en el año 2000 y esperamos que aquellas lecciones nos sirvan durante las largas horas que vamos a vivir hoy y mañana", explica Tom Broccol hablando con la revista Newsweek.

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Con ese clima se llega a las elecciones del día de hoy en Estados Unidos, a propósito de las cuales queremos conversar con el ingeniero Nelson Stratta, ex gerente de Espectador.com durante años, ahora está radicado, desde este 2004, en Washington. Qué madrugón, ¿eh?

NELSON STRATTA:
Acá son las cinco y media, estamos en horario rural.

EC - Acaba de cambiar la hora en Estados Unidos, así que te perjudicamos más aun esta semana que la semana pasada. Las urnas todavía no se han abierto, pero ¿cómo defines el ambiente en Estados Unidos?

NS - Para agregarle un poco de color a lo que decías, creo que las cadenas informativas este año van a tener que poner chamanes, adivinadores, además de todas las personas que van a trabajar en las encuestas, porque hay mucha incertidumbre todavía.

EC - ¿Qué factores pueden terminar volcando la balanza?

NS - A esta altura del partido los que definen la elección son los que nunca votaron. Todo el mundo está pensando qué es lo que va a pasar efectivamente hoy. Hay que recordar que en Estados Unidos el voto no es obligatorio, entonces hay cierta incertidumbre sobre la cantidad de gente que puede efectivamente venir a votar.

EC - Ojo: no sólo el voto no es obligatorio, sino que hay que inscribirse para cada elección.

NS - Sí, y eso generó -como contaba Roberto Porzecanski el otro día- bastante polémica. Las encuestas que todo el mundo maneja hablan de la intención de voto, pero no de la intención de ir a votar. Ahí es donde de verdad se define la cosa.

EC - ¿Hay algún tipo de tendencia entre los más jóvenes?

NS - Las edades definen cierta preferencia. La gente que está en el rango de 18 a 29 años está definida por Kerry; el 60 por ciento de ese segmento vota a Kerry, mientras que todos los otros segmentos, hasta los 64 años, votan a Bush; de los 65 en adelante está parejo. Los jóvenes son justamente la sorpresa, porque los jóvenes en este país generalmente votan poco, van poco a votar, entonces este año se trabajó mucho, incluso en los últimos días, cierre de campaña -no sé ustedes lo vieron desde allá-, hubo mucho trabajo sobre el público joven con gente como Bruce Springsteen y músicos de todas las orientaciones que participaron, pero principalmente el sector artístico apoyando a Kerry. Es muy fuerte.

EC - En cuanto a las encuestas, ¿qué es lo último que viste?

NS - El último dato que dieron anoche -porque tampoco hay veda, o sea que uno puede estar mirando información política hasta última hora de la noche- parecería empezar a mostrar una mínima, minúscula tendencia a favor de Kerry, aunque todos aclaran que todo esto está dentro del rango del error estadístico. Por eso digo: chamanes, adivinadores, brujos... No se sabe.

EC - Además la elección es indirecta, recordemos que cada estado elige representantes en el colegio elector.

NS - Es verdad. Eso también genera cierta incertidumbre. Para ganar la Presidencia. un candidato tiene que tener 271 votos electorales; eso se define en cada estado; a cada estado le corresponde cierta cantidad de votos electorales de acuerdo a la población. De ahí sale el presidente. Toda la elección parece estar disputada en muy pocos estados. Muchos estados ya están definidos, unos por Bush, otros por Kerry; California y Nueva York, por ejemplo, son de Kerry, y Texas es de Bush. Pero en definitiva la verdadera pelea se da en Florida, Pennsylvania, Ohio, Minnesota, Michigan, Wisconsin, Iowa, Nuevo Mexico y Colorado; allí la cosa todavía está poco definida. Más o menos es así: si Kerry gana Florida gana, porque si no Bush tiene que ganar en casi todos los otros; y al revés, si Bush ganara en Florida, para Kerry sería bastante difícil porque tendría que ganar en muchos de los otros.

EC - La aparición del video con declaraciones de Bin Laden sobre el fin de la semana, bien en la cuenta regresiva de la campaña, ¿de qué manera impactó?

NS - Me sorprendió que fuera poco. Impactó en la gente más que nada metiéndole miedo al verlo: ver a Bin Laden vivito y coleando (porque por mucho tiempo se pensó incluso que podía estar muerto), hablándoles a los estadounidenses, asustó un poco. A pesar de todo no jugó tan fuerte, por un lado porque si le preguntás a la gente -es otro dato importante- si está preocupada por el tema del terrorismo, el 88 por ciento vota a Bush, o sea que el que ya estaba preocupado por el terrorismo ya estaba decidido. Y si le preguntás a la gente por Irak, el 59 por ciento vota a favor de Kerry. Entonces el hecho de que haya aparecido Osama hablando por televisión simplemente le dio la oportunidad a Kerry de decir alguna cosa más sobre que Bush se equivocó, se distrajo al salir a buscar a Saddam Hussein en vez de a Osama. Pegó mucho más fuerte el escándalo de los explosivos de la otra semana.

EC - Recordemos de qué se trataba.

NS - Fue una serie de acusaciones a partir del dato de que desaparecieron 380 toneladas de explosivos que estaban teóricamente en un depósito que había sido sellado por una comisión de las Naciones Unidas, y que no fue suficientemente bien cuidado. Cuando llegaron los estadounidenses al lugar no estaban más, y ahora aparentemente están en manos de las personas que más miedo meten.

EC - ¿Ese tema sí pegó en la campaña?

NS - Eso fue muy fuerte, de hecho generó acusaciones muy duras de Kerry contra Bush, tanto que terminó por sacarse un poco el guante blanco en la campaña y acusó a Bush de inepto, de no saber conducir una campaña militar, de no tener claro dónde están los objetivos militares, bla, bla, bla. Diría que eso pegó.

EC - En definitiva, ¿cómo percibes, por lo menos allí en Washington donde estás tú, a la gente en cuanto a su preocupación, su ansiedad, su interés por la elección de hoy?

NS - Una cosa que llama mucho la atención, por lo menos a mí que es la primera elección que vivo aquí en Estados Unidos, es que a pesar de ser un día tan importante -como se podrán imaginar, esta elección para Estados Unidos no es una elección cualquiera, es una elección importante- de todos modos es un día común y corriente, la gente va a trabajar, no es feriado, todo el mundo tiene que darse una vueltita para salir a votar y volver a las oficinas, y hay muchos bares -creo que tampoco hay veda alcohólica- donde la gente puede ir a reunirse de noche a ver qué pasó con los resultados. En general veo cierto optimismo -Washington ya está definida, donde yo vivo ya está el pescado vendido para el lado de Kerry-, hay una cierta cantidad de gente que ya está... no diría festejando, pero tomándose en broma algunas cosas de la campaña de Bush, en las estaciones de metro hay imitadores, mimos... En la estación a la que voy había ayer gente haciendo como unos coritos de Navidad sobre Bush, hay un poco de ambiente de fiesta.

EC - Para terminar, ¿cómo es eso de que existe un barómetro no científico que determina con exactitud quién será el presidente de Estados Unidos cada vez que hay elecciones?

NS - Pero todavía está cuestionado. Una de las cosas a las que mucha gente recurre en estos momentos de incertidumbre -que verdaderamente me hizo mucha gracia- es lo siguiente: las últimas 17 elecciones presidenciales, desde 1936, se definen por cómo les va a los Washington Red Skins en el último partido como locatarios en el fútbol de Washington. Los Red Skins son el cuadro de Washington, entonces la cábala dice que si ganan el último partido como locatarios el partido que está en el poder, en la Casa Blanca, gana las elecciones; y al revés, si pierden el último partido como locatarios, entonces es el partido retador el que gana. El domingo pasado los Red Skins perdieron el último partido como locatarios contra los Packers, 28 a 14, lo que quiere decir que, según nuestro barómetro no científico, debería ganar Kerry. Pero este año todos los pronósticos y las estadísticas deportivas se rompieron: este año los Medias Rojas de Boston rompieron la maldición de Bate Ruth...

EC - Francamente no sigo esos temas demasiado. ¿Qué pasó?

NS - Acá hay un cuadro de béisbol que mucha gente sigue, los Medias Rojas, de Boston, que hacía 80 y pico de años tenían la maldición de no poder ganarles nunca a los New York's Yankees. Dicen que es la maldición de Bate Ruth porque los Medias Rojas lo vendieron a los New York's Yankees. Desde ahí nunca les ganaron, y además nunca más ganaron lo que ellos llaman las series mundiales. Este año se rompió la maldición de Bate Ruth, o sea que ni los barómetros deportivos funcionan. En conclusión: no se sabe.

Yo creo que va a ganar Kerry. Tiene muy poco margen, pero mirando los últimos datos y viendo lo que puede pasar en los estados pendulantes parecería que tiene más facilidad. De todas maneras va a depender de cuánta gente vaya a votar y de si los votantes de Kerry lo pueden hacer.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón