Estados Unidos

Obama tiene por delante dos años de Gobierno con un Congreso con minoría demócrata

Obama tiene por delante dos años de Gobierno con un Congreso con minoría demócrata
EFE

Estados Unidos tuvo una jornada electoral en el día de ayer. En la misma se renovaron los integrantes de la Cámaras de Representantes y una tercera parte del Senado. El tablero político no quedó alineado con el presidente Barack Obama, que tendrá sus últimos años de Gobierno con un Congreso con minoría demócrata. El exministro de educación e integrante de las tertulias de El Espectador, Antonio Mercader, está en Washington y contó a En Perspectiva lo que se está viviendo allí.

(emitido a las 8.55 hs.)

EMILIANO COTELO:
Desde ayer se celebran en Estados Unidos lo que se conoce como "elecciones de medio mandato". Se renueva toda la Cámara de Representantes y una tercera parte del Senado. Y en esta parada Barack Obama se jugaba, literalmente, lo que le queda de su presidencia.

Los resultados ya procesados confirman lo que adelantaban las encuestas: los republicanos consiguieron los seis senadores que les permiten hacerse de la mayoría en el Senado, que se suma a la mayoría que ya tenían en la Cámara de Representantes.

Un resultado adverso para el Partido Demócrata (PD) y para el propio presidente, que queda maniatado en la última parte de su segunda administración. Por supuesto, esta situación no tendrá repercusiones solo dentro de Estados Unidos. ¿Podemos llegar a tener consecuencias acá? No sé. Pero vale la pena analizar las últimas novedades y darles el contexto correspondiente.

Aprovechando que por estas horas está en Washington, vamos a conversar con Antonio Mercader, uno de los integrantes de la Tertulia de los Jueves de En Perspectiva.

Vamos a repasar en qué consiste esta elección de "medio mandato". Por un lado, se renueva toda la Cámara de Representantes, que está compuesta por 435 escaños. En el Senado se renuevan 33 de los 100 escaños y también se renuevan los cargos de 38 gobernadores. Por otro lado hay referendos a propósito de una serie de leyes en varios estados.

Vamos a ampliar a propósito de esta elección de medio mandato.

ANTONIO MERCADER:
Uno se pregunta por qué hacen esta elección de medio mandato, cuando lo que uno recuerda básicamente son las elecciones presidenciales, como la que tendrá lugar dentro de dos años. Por qué se hace separado, por qué prácticamente se renueva el Congreso, porque se renueva todo Representantes y parte del Senado, aparte de las gobernaciones.

La idea es que ningún partido tenga una mayoría arrasadora. Se busca evitar que por ejemplo dentro de dos años gane un presidente que, al influjo de ese triunfo, de su carisma, de su programa, se lleve todo el Senado y todo Representantes y haya un gobierno de mayorías absolutas. Es un sistema que rechaza la idea de que un partido pueda tener mayoría, que pueda tener el Poder Ejecutivo y todo el Poder Legislativo a su favor. Para lo cual se hace que el presidente que gana tenga que lidiar con un Senado y Representantes que vienen de atrás, que le pueden ser adversos y que tienen un programa distinto. Es un típico sistema de pesos y contrapesos para mantener la estabilidad y el equilibrio. Esa es la razón básica por la cual existen estas elecciones de medio término.

EC - Y se utiliza para ello fórmulas distintas. La Cámara de Representantes se renueva toda en estas elecciones a mitad de mandato, pero el Senado se va renovando por tercios cada dos años. Como los mandatos presidenciales en Estados Unidos son de cuatro años, a lo largo del mandato de un presidente no se renueva todo el Senado.

AM - Así es, siempre con esa idea de que el pasado siga condicionando al presidente nuevo, al presidente que llega. Es una manera de contenerlo o una manera de mantener los programas que ya venían de atrás y evitar una ruptura absoluta del sistema en las orientaciones políticas.

EC - Estas elecciones no se desarrollan en un solo día.

AM - No, está el voto previo, lo que llaman el "voto tempranero". Algunos estados votan antes, hay diversos regímenes, cada estado tiene su manera de votar. Pero se concentra siempre en este primer martes de noviembre.

¿Sabés por qué se hace un martes y no un domingo?

EC - Alguna vez escuché la explicación, pero vendría bien repasarla.

AM - Tanto la elección presidencial como esta que se hizo ayer se hacen en un día laboral.

EC - Esa es otra diferencia con Uruguay. En Uruguay las elecciones son de voto obligatorio, se realizan en domingo y de algún modo el país se paraliza debido a ellas. En Estados Unidos es distinta la cosa.

AM - Totalmente distinta. Aquí daba la sensación de casi absoluta normalidad, excepto si uno pasaba por una escuela pública o una iglesia, un edificio público. En esos lugares veía en la puerta alguna gente con algún distintivo repartiendo listas. Pero mínimo, diría que en esta ciudad, como en el resto de Estados Unidos, fue un día de trabajo común. La gente va a votar y vuelve a trabajar.

Y se hace el martes porque en alguna época, mucho tiempo atrás, se hacía los domingos y existían denuncias de que determinados partidos en ciertos estados esperaban a la gente en la puerta de las iglesias y la acarreaba a los centros de votación. El domingo era un día más fácil de llevar a la gente a votar e inducirla a votar por determinados caudillos. Entonces la idea fue: día laboral, martes. Y así quedó. Tanto la parlamentaria como la presidencial son siempre el primer martes de noviembre.

EC - Hablando de diferencias, hace mucho tiempo que Estados Unidos tiene en funcionamiento las máquinas de votación. Hemos visto las fotos de distintos lugares donde se votó ayer, y por ejemplo no encontramos el "cuarto secreto" que es tan característico y tan rígido como método en nuestro país. En alguna de las fotos veía una sala de un museo donde estaban colocadas cuatro o cinco máquinas de votación, una al lado de la otra, como si fueran cajeros automáticos. ¿Cómo se maneja el secreto del voto, las garantías en ese sentido?

AM - Cada uno vota, digita en una máquina, y el que está al lado no puede ver. El voto sigue siendo secreto. Como no introducen una lista dentro de un sobre, nadie puede ver qué es lo que están votando, de manera que el voto permanece secreto.

Según los estados hay distintos sistemas. En algunos están muy avanzados, tienen voto electrónico completo, se vota todo en una pantalla; en otros el sistema es diferente, algunos no están tan modernizados. Además, en la mayoría existe la posibilidad de hacer un recuento voto a voto. Unas elecciones para atrás, cuando en el estado de Florida venía muy parejo, se recurrió a un conteo manual, voto a voto. En algunos casos todavía hay impresión del voto y puede verificarse si el voto electrónico coincidió exactamente con los votos reales.

Pero en definitiva la tecnología ha ganado poco a poco prácticamente a todo Estados Unidos. Y el sistema de votación sigue siendo secreto por más que se den esas situaciones de gente en un sitio votando uno al lado del otro. Es imposible saber qué es lo que vota cada uno.

EC - Esas máquinas tienen en los costados unas solapas, no muy grandes, que dan cierta privacidad al votante con respecto al que está en la máquina de al lado.

AM - Exacto.

EC - Vayamos al panorama político en Estados Unidos. ¿Cómo venía el ambiente en los días previos a la elección?

AM - Venía mal. Obama va a terminar su mandato con una alta impopularidad si se la compara con la que tenía cuando llegó. Llegó con el 60, 70% de apoyo, y hoy anda por el 40. Cifra que no está tan mal en patrones norteamericanos, pero revela una gran baja de un político que centró grandes esperanzas. Pero se reveló sobre todo como un hombre con mal manejo y poca capacidad de decisión, un presidente indeciso, irresoluto, al que se acusa de haberse dejado ganar la escena internacional. Está el tema de Siria, el de Ucrania, los avances de Putin y de Rusia, el Ejército Islámico degollando europeos e incluso algún norteamericano… También es cierto que Obama no tuvo suerte, se le plantearon muchos problemas. No le funcionó demasiado bien el sistema de salud, no llevó adelante la reforma migratoria que había prometido.

EC - Mencionaste dos temas en los cuales hubo una puja muy fuerte en el Congreso, los republicanos le trancaron esas iniciativas.

AM - Le trancaron y le costó mucho. Pero quedó a mitad de camino en muchas de las cosas que prometió, con lo cual molestó a los opositores a esas reformas y también a sus partidarios, que esperaban que las llevara adelante.

También es un presidente que se aisló, al que le faltó cintura, le faltó manejo del Congreso. Se lo acusa de ser distante, de hablar poco con los parlamentarios, de no ser un buen negociador. Todo aquello favorable que se decía de él, aquella aura que tuvo cuando llegó se ha ido desinflando con el tiempo y se notó ayer. El gran voluntariado que tenía, los jóvenes que militaban por él, aquel entusiasmo que despertó estuvo muy ausente en estas elecciones. A mí que había visto alguna de las elecciones de Obama, con la cartelería, el puerta a puerta, el manejo de las redes sociales, me impresionó la frialdad con que la gente del PD trabajó en las elecciones de ayer.

EC - Por lo visto, el PD ha quedado en una posición incómoda, porque tenía la obligación de recuperar posiciones y al mismo tiempo manejar el vínculo con este presidente saliente, al que le quedan dos años de su segundo mandato.

Vi cosas extrañas en las crónicas que estuve leyendo. Por ejemplo, que los candidatos del PD para el Congreso o para el Senado, e incluso candidatos demócratas a cargos de gobernador no invitaban a Obama a sus actos de campaña.

AM - Impresionante. Muchos candidatos a gobernadores y a senadores evitaron a Obama, no lo querían tener. Fue impresionante el "rally", la gira que hizo Hillary Clinton, que es una figura altamente popular y seguramente candidata a suceder a Obama como candidata presidencial por el PD. Los Clinton estuvieron en todos lados, los candidatos a gobernadores y senadores los usaron todo lo que pudieron, e hicieron un gran contraste con Obama, a quien directamente no querían. Cosa muy rara que el presidente sea rechazado. Da la idea del aislamiento y de la frialdad que hay en torno a Obama.

No diría que hay rechazo hacia el presidente, porque la economía de Estados Unidos no anda mal, tiene signos de recuperación cada vez más alentadores, más promisorios, entonces no se puede decir que hay un rechazo porque la gente esté viviendo una crisis aguda como la que se vivió aquí hace unos años. Ese no es el problema. Pero hay sí un rechazo a la figura del presidente y al manejo que ha hecho del poder, y sobre todo a la irresolución, a la indefinición que tiene en temas capitales.

EC - ¿Efectivamente esos son los temas que se han estado discutiendo en la campaña? Estamos hablando de una elección en la que se definen representantes por estados, incluso a los efectos del Senado y de la Cámara de Representantes, ni que hablar los cargos de gobernador. ¿Qué prima en el debate en cada uno de esos lugares: priman los temas nacionales o priman los locales?

AM - Este es un país sumamente descentralizado, no solo por estados sino dentro de los estados por condados. Entonces las elecciones no son solo de gobernador, senador, diputados, sino que también se eligen el fiscal, el director de la escuela, los miembros de la comisión municipal, las autoridades municipales… hay una cantidad de decisiones. Ese hombre que vota allí en esa máquina de repente pone 10, 12, 14 votos, amén de los plebiscitos.

Cada estado tiene su propia realidad, cada estado está votando cosas distintas. A veces el tema ecológico, a veces el asunto de la marihuana, que en algunos estados se plebiscitó ayer. Y a veces la figura de un nuevo gobernador o incluso de un nuevo fiscal, de un nuevo administrador municipal o lo que fuere concentra más la atención que otras cosas.

Aquí en Washington uno de los reclamos del distrito de Columbia se expresa en el lema "tenemos impuestos pero no tenemos representantes". Tienen un representante, votan un diputado, pero ese diputado tiene solo voz, no tiene voto. Sin embargo la votación de ese representante fue uno de los temas. Y, por supuesto, los alcaldes. En fin, cada estado tiene su propia dinámica en un país muy descentralizado. Y dentro de cada estado, cada condado tiene sus propias discusiones, sus propios problemas, sus propios demonios.

EC - Pero a los efectos de la conformación del Congreso, de la elección de los 435 diputados y la renovación parcial del Senado, ¿cuáles eran los asuntos?

AM - Asuntos centrales son por supuesto el "Obamacare" (el tema de la salud), temas impositivos también hay de por medio, el tema política exterior, las indecisiones de Obama, el tema del Ejército Islámico, el ébola, se acusa al gobierno de que no actuó correctamente en esa materia. La inmigración en los estados sureños, la no resolución del tema de los inmigrantes, sobre todo ha hecho mucho escándalo el asunto de los niños inmigrantes –niños que lanzan a través de la frontera y llegan a Estados Unidos– que ha sido denunciado en los últimos meses. El manejo de todos los servicios de espionaje, de información e inteligencia, revelados a partir del caso Snowden. Un sinfín de temas, pero diría que esos han sido los más importantes, temas en los cuales en general el gobierno no sale bien parado.

***

EC - Aparte de que se confirma la mayoría que el Partido Republicano (PR) ya tenía en la Cámara Baja y por otro lado obtuvo los seis senadores que eran el mínimo que tenía que conseguir para tener también la mayoría en el Senado, ¿qué otros detalles nos puedes contar de esta elección?

AM - El PR obtuvo siete senadores, con lo cual pasó a tener 52 en 100. Por lo tanto tiene una mayoría segura en el Senado y en la Cámara de Representantes.

Pero no es demasiado dramático. A pesar de que el batacazo fue muy grande, para muchas leyes se necesitan 60 votos. Hay leyes que por la finalidad que tienen, por su objeto, necesitan mayorías especiales, y el PR no va a tener esos 60 votos para poder imponerlas.

EC - Lo cierto es que ahora Obama va a tener que gobernar en los últimos dos años de su segundo mandato con un Congreso en el que no tiene mayoría en ninguna de las dos cámaras.

AM - Exacto. Pero puede vetar leyes también, no es demasiado simpático ni popular, pero puede hacerlo. Otro elemento a tener en cuenta es que el PR, que hoy emerge vencedor en las urnas, no es un partido homogéneo. Es un partido que está dividido internamente y que tiene una mezcla muy extraña de conservadores tradicionales pero a la vez populistas del viejo PR, tiene gente muy moderada, que está en el centro y que podría votar con los demócratas en ciertos casos, y tiene los extremistas del Tea Party, esa ala derecha que tantos problemas le ha creado. Entre ellos hay disidencias incluso más fuertes que con los demócratas, hay peleas internas demasiado fuertes como para pensar que el PR pueda llevar una política demasiado homogénea, demasiado uniforme o demasiado coordinada en el Congreso. O sea que es un desafío para los republicanos demostrar que tienen la unidad necesaria para poder imponer esas mayorías.

EC - Entonces, ¿se pronostica que efectivamente estos dos años de la presidencia de Obama van a ser de parálisis?

AM - No de parálisis total. Pero el gobierno ya venía bastante paralizado en muchos temas por la irresolución, la falta de definición o la falta de energía de Obama, y con esto se va a agravar. Va a tener que negociar, y es un hombre que no tiene buena capacidad de negociación con el Congreso. O sea que se puede pronosticar una cierta parálisis.

Al respecto hay un tema muy interesante. Los economistas, Wall Street, los agentes financieros aquí están de parabienes…

EC - ¿Cómo que de parabienes?

AM - Sí, están muy contentos con el resultado. Y no porque haya vencido el PR, sino porque hay un estudio que demuestra que desde 1945 hasta la fecha, en los últimos 70, 80 años, cada vez que el Congreso fue de un signo político y el presidente de otro la economía creció. Cuando el poder está repartido la economía crece. La explicación que da la gente de Wall Street y los economistas es muy sencilla: en el caso de división entre presidente y Congreso, las leyes no salen, hay menos reformas, menos cambios, quiere decir que el sistema económico es más estable, más equilibrado, con menos novedades, y eso le hace bien a la economía. Las condiciones y las normas se mantienen fijas, y como aquí el sector privado tiene tanta importancia, puede desarrollarse sin temor a que sobrevengan cambios especiales. Esa es la razón.

Ya antes de esta elección se publicaron unos cuadros en la prensa mostrando que el ideal es que haya lo que va a pasar ahora. El ideal para la economía es que haya un presidente demócrata y un Congreso republicano. Porque cuando eso ocurrió en el pasado en Estados Unidos la economía creció más. Es una de las curiosidades de esta elección, los que más se han alegrado son los economistas. Y ojo, que eso es válido a la inversa, si mañana hay un presidente republicano con un Congreso demócrata Wall Street también va a celebrarlo.

EC - Con ese comentario van a aumentar los mensajes de oyentes que ya llegaron antes y que decían que con algunas de tus consideraciones estabas llevando agua para tu molino a propósito del ballotage del próximo 30 de noviembre acá en Uruguay. Sobre todo cuando hacías la descripción de cómo era el sistema de renovación de las cámaras del Congreso de Estados Unidos, con el cual se buscaba entre otras cosas que el presidente no tuviera una mayoría aplastante a su favor, etcétera.

AM - Sí, podré llevar agua para mi molino, pero así son las cosas. Los hechos son los hechos y por algo existen estas elecciones de medio término. Para mantener el equilibrio y la estabilidad del sistema y para que un presidente en una elección afortunada no pueda arrastrar detrás de sí todas las mayorías. Es el sistema de Estados Unidos, yo no lo creé.

Tengo otro dato que puede interesar en Uruguay, y espero que no digan que estoy llevando agua para molino alguno. La elección en Kansas tenía un condimento especial, porque en la mitad de la campaña se cruzó un tema totalmente inesperado. En Kansas ganó un republicano que ya era senador, o sea que fue reelegido, y su desafiante era un senador independiente. Allí uno de los temas que estuvieron en discusión fue un anuncio que hizo Obama hace algunas semanas: que iba a trasladar a los 148 presos de Guantánamo a la cárcel de más alta seguridad de Estados Unidos, una prisión militar en Leavenworth, no muy lejos de Kansas City. Iba a terminar con el tema de Guantánamo y cumplir con una de sus promesas –una de las tantas que no ha cumplido– cerrando esa prisión.

Cuento esto por todo lo que ha ocurrido con los famosos seis presos de Guantánamo que van a ir o iban a ir a Uruguay, supongo que esto se definirá más adelante. Pero el tema estuvo en discusión porque por supuesto que la gente de Kansas rechazó plenamente la presencia de lo que ellos llamaban terroristas islámicos, con todo el trajín de familiares, de amigos, de defensores que se iban a nombrar, de procesos que iba a haber en la zona. El rechazo de la gente fue muy grande, y este senador republicano hizo caudal de eso y se enfrentó a Obama anunciando que de ninguna manera iba a permitir que llevaran ahí a los presos de Guantánamo, que si era necesario iba a bloquear a través del PR todas las normas y todas las leyes en el Congreso a fin de evitar que esta iniciativa de Obama funcionara. De manera que lo de llevar la gente de Guantánamo a Kansas también quedó sepultado en las elecciones de ayer.

***

EC - Estas elecciones, con el resultado que estábamos comentando, con el avance del PR, que ahora consigue mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, ¿qué implican mirando hacia el 2016, hacia las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos? ¿Qué pasa con las consecuencias para los aspirantes a suceder a Barack Obama? ¿Qué pasa en particular con las posibilidades de Hillary Clinton, que venía preparándose para lanzar su candidatura?

AM - Es difícil pronosticarlo, pero no parecen afectar demasiado las chances ni condicionar demasiado el resultado de la próxima elección. Sobre todo por dos razones: el PD tiene una buena candidata, por supuesto no va a ser la única, de alta popularidad, que es Hillary Clinton. En cambio el PR no tiene un candidato claro. Se habla de muchos, se habla de Romney, que ya fue candidato, se habla incluso de Jeff Bush, el hermano de Bush, aquel que fue gobernador de Florida, se habla de mucha gente. Pero el PR tiene ese problema de división entre conservadores clásicos, moderados y los extremistas del Tea Party, no es un partido unido. Le va a costar mucho determinar un candidato. De manera que daría la impresión de que este resultado no condiciona demasiado lo que puede pasar dentro de dos años.

Puede sonar raro, porque uno diría que hay una ola prorrepublicana, pero los temas que se manejan en esta elección de medio término de congresistas y los temas para la presidencia son distintos, las condicionantes son diferentes, el nombre del candidato, quien sea el candidato pesa mucho, la personalidad de cada candidato pesa mucho. Hoy como están las cosas quien aparece como la candidata más fuerte, que más voluntades podría arrastrar detrás es Hillary Clinton, y no un republicano que todavía no está definido. De modo que las elecciones presidenciales dentro de dos años son una incógnita y de ninguna manera quedan predeterminadas por este resultado.

***

Transcripción: María Lila Ltaif