El terrorismo del grupo Estado Islámico (I): ¿cómo opera y cómo recluta?
En estos últimos tiempos los videos de las decapitaciones que ejecutan los miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI) han conmocionado las redes sociales. Esta misma inquietud la tuvieron Susana Mangana, especialista en asuntos islámicos y Medio Oriente, y Martín Silva, estudiante de Ciencias de la Comunicación. Tutorado por Mangana, el estudiante se adentró lo más que pudo en el mundo de esta organización, sus costumbres, ritos, modos de financiación. Ambos estuvieron en En Perspectiva para conversar sobre este proyecto, que presentarán la semana que viene en la Universidad Nacional de La Plata.
(emitido a las 8.51 hs.)
EMILIANO COTELO:
El avance de las comunicaciones, de internet y las redes sociales está democratizando el conocimiento y la información en todo el mundo. Pero también ha facilitado el surgimiento de una nueva amenaza: lo que podríamos llamar el "yihadismo en línea".
Al frente de ese fenómeno está Estado Islámico (EI), un grupo terrorista que opera en varias zonas del Medio Oriente y que ha logrado sacar de las sombras una actividad de ese tipo.
La organización pone particular cuidado en difundir sus "éxitos", como secuestros o decapitaciones, y lo hace casi en tiempo real, con un dominio apabullante del lenguaje audiovisual y aprovechando a la perfección las nuevas tecnologías.
Parece claro que esta batalla y, sobre todo, la captación de nuevos "militantes y "soldados" se libra cada vez más en el mundo virtual.
¿Cuáles son las claves de este fenómeno que nos tiene a todos preocupados y desconcertados?
Vamos a conversarlo con Susana Mangana, nuestra colaboradora especialista en asuntos islámicos y del Medio Oriente. Y también con Martín Silva, estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Católica, que se ha interesado en investigar a fondo este tema.
Martín, cuéntanos cuál es tu relación con estos asuntos.
MARTIN SILVA:
Susana es mi profesora desde este año en materias que tienen que ver con el islam, con la coyuntura del mundo arabomusulmán y lengua árabe. Y como tenemos una buena relación, nos entendemos bien, me propuso empezar una investigación sobre estos innovadores medios por los que EI difunde su causa, apoyándome en la carrera que estudio, Ciencias de la Comunicación.
EC - ¿Qué tipo de trabajo hiciste?
MS - Comencé en primer lugar un monitoreo constante de prensa y luego me fui acercando estrictamente a las redes sociales, a la difusión más directa que hace EI, a cómo trasmite a los potenciales nuevos combatientes el mensaje, a través de qué medios, con qué técnicas, qué recursos artísticos y técnicos. Me fui metiendo cada vez más hasta tener algo más o menos consistente, aunque esto aún da para mucho más.
EC - ¿Fuiste simplemente un observador, un analista, o te mandaste para adentro?
MS - En realidad, logré de a poco ir entablando ciertos contactos con personas involucradas con la organización, personas que se encuentran en territorio de combate, en Siria, y les fui planteando determinados cuestionamientos que me surgían, cómo ayudarlos financieramente, cómo unirme, si una persona quisiera llegar hasta el territorio a combatir con ellos o a colaborar de alguna forma, cómo podría hacerlo, qué llevar, qué dinero. Y en eso, además de interactuar, percibí el tipo de dudas que le surgen a la gente, que son muy interesantes y bastante insólitas.
EC - Te metiste por un camino riesgoso. Susana, ¿cómo ves eso?
SUSANA MANGANA:
Al principio lo hicimos sin saber realmente, un poco fiel a mi estilo, que tengo una idea, que por lo general creo que es una buena idea, que hay que investigar estas cosas, que hay que documentarse. Tú sabes muy bien, lo he dicho por activa y por pasiva, creo que el hecho de vivir en Uruguay, alejados geográficamente de aquella región, no imposibilita que tengamos una vigilancia académica al menos. No tenemos por qué residir en el hemisferio norte para poder hacerlo.
Cuando vi las inquietudes de Martín, un muchacho ciertamente muy joven pero que tenía todas las ganas, todo el empuje, que me mataba a preguntas en las clases, dije "este chico quiere ir para adelante". Y a mí me interesa, primero porque no tengo manos ya ni cabeza para todo lo que quiero desarrollar, pero también porque él maneja las redes sociales, maneja internet, tiene otro tiempo que no le puedo dedicar yo, por razones obvias de agenda. Entonces le propuse ir investigando este tema, primero a partir de la prensa, hacer una selección de artículos, documentarse, buscar fuentes bibliográficas, ver videos, extractar parte de esos videos.
Luego vimos que era realmente espeluznante entrar en contacto con esta gente de manera hasta sumamente sencilla. Y una vez que empecé a tomar conciencia, porque otros así me lo hicieron ver –militares retirados, también incluso cadenas internacionales con las que colaboro–, me dijeron: "Susana, ¿has pensado que quizás a tu muchacho lo estén monitoreando otros que no solo sean integrantes o simpatizantes de EI?". Ahí tomé conciencia de que esto era un poquito más arriesgado de lo que pensábamos. Por eso también vamos a evitar decir cuál es su nombre o sobrenombre en las redes.
Pero ciertamente nos ha dejado bien claro que las redes son un peligro. Están ahí, y si son utilizadas con fines maquiavélicos, evidentemente encuentras de todo. Y cuando digo de todo, es que podemos perfectamente encontrar información precisa sobre qué tipo de armas nos van a dar cuando lleguemos, qué entrenamiento. Si luego eso ocurre o no es otro cantar, pero eso incita y excita a las personas que lo leen con el afán de apuntarse a este carnaval o frenesí vengador.
EC - Dos o tres definiciones básicas. ¿Qué es Estado Islámico? Estamos ante un grupo que existe desde 2003, tiene a esta altura 11 años, pero ha tenido su evolución.
SM - Yo haría la pregunta al revés: ¿qué no es EI? Y si algo no es EI, es un Estado. No tiene territorio reconocido internacionalmente ni por organizaciones multilaterales ni por otros estados, por otros países. Con lo cual deberíamos, como dice algún parlamentario británico, no hacerles el favor de llamarlos "Estado Islámico". Si bien intenta, cada día con más fuerza, dotarse de estructuras estatales, no es un Estado, no es un país, no es una nación.
Por otra parte, no tiene un ápice de islámico. Están dañando no solo la imagen, sino el futuro de generaciones de musulmanes que entienden que están siendo vilipendiados, perjudicados y demonizados por este grupo tan satánico como aquellos que ellos dicen perseguir, que somos todos los "infieles".
EC - No es un Estado, pero tiene pretensiones de Estado. Y de hecho controla varias ciudades, por ejemplo Mosul, Faluya o Raqqa; esta última es considerada la "capital" de EI.
SM - Correcto. Tienen pretensiones y veleidades de serlo, pero entiendo que esto no va a ocurrir, justamente porque son un grupo al que otros países no reconocen, y, sobre todo, lo más importante, los musulmanes de bien no quieren reconocer, porque saben los peligros que entraña.
Son un grupo de terroristas, un grupo beligerante de personas altamente fanatizadas, con técnicas de lavado de cerebro que responden a cualquier otra secta. En ese sentido se dan la mano con cualquier secta que intenta debilitar el ánimo de sus integrantes, captarlos en torno a una causa sumamente simplista. Y luego hay ayuda, el dinero del que disponen, que es lo que me preocupa, saber cómo consiguen esa financiación, cuáles son los métodos para financiar sus campañas bélicas, la compra de armamento sofisticado, pero también el entrenamiento de estas personas. Porque una cosa es que te den una metralleta, una AK-47, una bomba de mano, y otra cosa es que sepas utilizarlas. A mí me puedes dar todas esas municiones y no tengo ni idea de cómo usarlas. Estas personas sí saben.
EC - Llevan adelante una interpretación extremista del islam.
SM - Creo que llevan una interpretación propia de ellos. También en Arabia Saudita se hace una interpretación rigurosa y rigorista, medieval si se quiere, y arcaizante del Corán y las Sagradas Escrituras, pero ningún sheik, ningún líder espiritual del islam que haya estudiado jurisprudencia o teología islámica, ni suní ni chií, puede incitar al odio a otros, mucho menos a la gente del libro, que somos aquellos que compartimos la religión monoteísta, seamos cristianos o judíos.
Desconocen toda enseñanza musulmana. Aprovechan esa crisis de identidad, ese vacío espiritual de muchísimas personas, no solo en Occidente, por cierto, pero principalmente la crisis de valores que padecemos en Occidente, y capitalizan ese resabio, esa frustración y la potencian al máximo a través de toda esa producción cinematográfica. Porque lo es, rivaliza con una producción hollywoodense (Martín lo va a poder detallar mejor que yo). Van utilizando esas imágenes, utilizando eslóganes muy simples para dinamitar lo poco que les queda de voluntad propia y discernimiento a estas personas, hasta que llegan a un grado de enajenación mental tal que están dispuestas a morir y matar. Por ahora están más dispuestos a matar y decapitar, es mucho más fácil someter a alguien, tenerlo sometido y decapitarlo que ir tú a la batalla.
EC - EI tiene presencia fuerte en Irak, Siria y Líbano. Y se propone expandirse a Jordania, Israel, Palestina, Kuwait, Turquía, Chipre…
SM - Y también al Ándalus. Su jerga y su ideal, su universo mental lo conozco muy bien. Hay un discurso islamista del siglo XIX y principios del XX que era mucho más moderado, mucho más filosófico, anclado en la necesidad de rescatar a la sociedad musulmana del hastío, del hartazgo, sobre todo del estancamiento intelectual en el que vivían en particular bajo el Imperio otomano. A partir de ahí se empieza a producir una deriva yihadista hacia el terrorismo, con el uso del terror, de las armas, de la violencia como mecanismo principal. Ellos dividen el mundo en la casa del islam y la casa de la guerra. Ahora están construyendo la casa del islam, y para ello necesitan hacer la guerra contra todo aquel que no opine igual. Por eso los musulmanes también son sus víctimas.
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EC - Martín, ¿cómo son los métodos de reclutamiento de EI?
MS - EI utiliza las redes sociales en su beneficio. Hace determinados planteos que invitan a un grupo bastante heterogéneo de personas no solo a simpatizar, a apoyarlo desde la opinión, sino también a unirse a sus filas de combate. Para eso apela al ataque a Occidente, a Estados Unidos, a determinados hechos del pasado que según ellos perjudicaron gravemente al mundo musulmán. Pero lo fundamental es marcar el cambio de estrategia que se produjo hacia ese planteo. Al principio EI simplemente se proponía, como otros grupos, luchar contra la apostasía, contra el abandono de la religión y las impurezas del islam. Ese cambio en su estrategia que lo llevó a apuntar hacia Occidente en general en mi opinión fue determinante para el crecimiento y la adhesión de occidentales que tiene al día de hoy.
EC - El cambio consistió en no concentrarse solo en los "herejes", sino en captar, sacarle a Occidente una parte de su gente.
MS - Exacto. En acaparar a esas personas que se encuentran desarraigadas, que están en contra del statu quo en el que viven y que con esa excusa pueden acercarse a EI para combatir todos por la misma causa. Terminan siendo excusas para alimentar los deseos megalómanos de todos esos energúmenos que son los miembros de EI.
EC - ¿Y cómo lo logran? Por ejemplo, esto de lo que hacen alarde, la violencia brutal, los degollamientos, la sangre, estas matanzas crueles de gente a la que tienen secuestrada y que un día resuelven ejecutar y la ejecutan delante de las cámaras de televisión y le muestran a todo el mundo cómo lo hacen. ¿Cómo juega eso?
MS - Eso se asocia al perfil de los potenciales combatientes. Al mostrar las decapitaciones o sus hazañas, EI demuestra que su accionar da resultado. Tenemos por otro lado personas en Occidente que tienen un cierto vacío, que quieren hacer algo especial con su vida -por más insólito que parezca-, y se entusiasman con todo ese teatro de EI y con eso se animan a acercarse y combatir. Muchos especialistas afirman que no son todos locos los que van a EI, es gente ordinaria, que tiene una vida constituida en un país cualquiera de Occidente, pero que se ve llamada, por eso que ve, a acercarse y encontrar un motivo para su vida.
EC - No son solo musulmanes.
MS - No, para nada.
EC - Una parte sí son musulmanes que viven en Occidente. Otros no, otros se convierten al islam cuando se integran a un grupo como este.
MS - Hay muchos nuevos conversos que saben muy poco de la religión –ello deviene en la situación que vemos–, entonces cuando llegan les imparten cursos sobre religión musulmana, pero no sabemos qué es lo que les enseñan. Claramente difiere de los fundamentos del islam.
SM - Una aclaración, porque si generalizamos y decimos que los conversos después quieren apuntarse a esta aventura, a este frenesí vengador de EI, estamos incurriendo en una injusticia. No todo aquel se convierte al islam, hombre o mujer, necesariamente es incapaz de discernir entre el bien y el mal. Hay personas que se convierten al islam y profesan la fe de manera correcta, o por lo menos como ellos entienden que se lo piden su interior y el Corán, y no necesariamente van a pretender hacer el mal o dañar al prójimo.
Pero también hay mercenarios, personas que transitan de una guerra a otra. Tenemos un África subsahariana plagada de conflictos y hay personas que hacen de su vida un viaje por guerras, se han acostumbrado a vivir peleando, batallando, y cualquier causa les es justa, cualquier causa les es buena. Y no hay que ser ingenuos en esto, EI tiene dinero y promete buenos sueldos. Hay toda una red clandestina de lo que en la jerga llamamos "señaladores", personas que van viajando y que señalan a potenciales candidatos para adherir a la causa. Algunos ya están lo suficientemente alienados de su sociedad como para hacerlo gratis, por la causa, y otros son simplemente mercenarios, si se les ofrece un buen dinero van.
EC - Van por ejemplo a intervenir en las productoras audiovisuales que tiene EI. Allí está una de las claves del "éxito" del EI.
Martín, nos deteníamos en la difusión que este grupo terrorista hace de sus decapitaciones. Pero no es una difusión cualquiera, no son videos caseros hechos con el primer teléfono celular que encontraron. Son verdaderas producciones que se inspiran en las técnicas de Hollywood. ¿Por qué? ¿Cuál fue ese salto cualitativo y para qué?
MS - Tiene que ver con lo que decíamos de invitar a la gente, a los occidentales –y a orientales también, por supuesto, a personas de todo el mundo– a hacer algo especial con sus vidas, por ridículo que parezca. Para eso, y aprovechando el caudal de dinero que manejan, utilizan recursos técnicos y artísticos de avanzada, inspirados en películas hollywoodenses. Tenemos videos hechos en saga, con tomas aéreas, explosiones filmadas en slow motion, escenas filmadas desde el retículo de un rifle. Recursos innovadores que despegan completamente de lo que hace el resto de los grupos que conocemos, como Al Qaeda, Boko Haram, que no han alcanzado ese nivel. Pero esto podría estar sentando un antecedente, a eso debemos atender.
SM - Se saben los nombres de al menos dos productoras. Entonces ¿por qué no se ha hecho nada por frenarlas para que no continúen produciendo este tipo de filmaciones? Si yo mañana tengo una producción que incita al odio, que difunde imágenes que son nocivas o que son hirientes para el televidente, la justicia caerá sobre mí. ¿Cómo es que no hemos podido frenar este tipo de producción cinematográfica? Sabemos los nombres.
MS - Son varias las productoras que operan junto con EI. La principal es Al Hayat Media Center, administrada por el propio EI. Hubo un rapero alemán que en su momento dijo que se iba a unir a EI, y de hecho se unió y colabora con esa productora. La productora publica contenidos en inglés, francés y alemán. Después tenemos Al Furqan, otra productora que está activa desde hace mucho tiempo.
SM - Con base en Francia.
MS - Se conoce desde hace tiempo pero recién adquirió notoriedad últimamente con la difusión del problema que se estaba produciendo.
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SM - Algo que no estamos acostumbrados a escuchar, y de lo que yo cada día me convenzo más a raíz de esta investigación que estamos llevando adelante con Martín, es que el problema de EI no es que sea un producto del mundo musulmán, sino que es un vástago, un hijo mal parido de Occidente. Porque apelan a la sensibilidad occidental con frases hechas en inglés, como por ejemplo "yodo" ("you only die once", ‘solo mueres una vez’), que viene a significar lo opuesto a "you only live once", "yolo" (‘solo vives una vez’), un eslogan que utilizan los anglosajones. Ellos saben muy bien qué botones tocar para que salte la térmica de Occidente, pero también para que haya adeptos en Occidente. Y tenemos que reflexionar todos nosotros como comunidad internacional, qué tan mal hemos hecho las cosas que hemos producido un engendro como el EI.
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EC - Veamos las formas de captación a partir de la utilización de los videos, que son una gran cantidad a esta altura, no son solo los videos de las decapitaciones, que son lo más conocido. Hay una verdadera producción audiovisual destinada a "seducir".
Una vez que se produce el contacto, eso en lo que tú estuviste experimentando, Martín, ¿cómo funciona?, ¿qué ofrecen?
MS - Yo estuve en contacto con un grupo de origen británico que se llama Rayat Al-Tawheed. Ellos difunden y responden a las preguntas de los interesados en una red social denominada Ask, que es pública y consiste en responder preguntas. Allí todos pueden ver lo que uno pregunta y uno puede preservar su identidad. No es obligatorio que el nombre de uno aparezca para poder preguntar, aunque debe tenerse una cuenta para eso.
EI tiene un sistema de comunicación bastante organizado y complejo, en la medida en que tienen personas dedicadas las 24 horas a responder las preguntas de los interesados en todo el mundo. Y tienen supervisores que se aseguran de que se abarquen determinados temas, pero que ninguno comprometa la integridad de EI. Incluso un desertor comentó que estuvo preso por tocar un tema que no correspondía. Son estrictos en ese sentido, no pueden utilizar medios con audio o imagen, como Skype, que podrían permitir reconocer a la persona que está respondiendo. Apelan más bien a medios escritos.
Empiezan por redes públicas como Ask, y después, si alguien se demuestra realmente interesado, lo invitan a que se comunique por redes de mensajería instantánea de carácter privado.
EC - ¿Cuál, por ejemplo? También redes públicas. ¿O no?
MS - La que más usaban hasta los últimos tiempos se llama Kik. Yo no la conocía personalmente. Siempre que uno hacía preguntas un poco comprometedoras se lo invitaba a hablar en privado por esa red. O si uno preguntaba cómo colaborar económicamente, también lo exhortaban a que se comunicara por esa red. Últimamente uno de los portavoces dijo que Kik no era segura, y propuso otras alternativas que aparentemente protegerían la identidad del informante.
EC - Ese es uno de los puntos que me impresionan: cómo utilizando redes que son de acceso general logran preservar la identidad del vocero de EI que está funcionando de un lado y no comprometer al que está queriendo entrar. Es decir, cómo hacen para que todo eso no sea seguido por las centrales de inteligencia de Estados Unidos, de Europa.
SM - Ahí está la pregunta. ¿Realmente quieren esconderse? ¿O no hay voluntad de encontrarlos? Y no quiero dejar pasar la simbología. EI sabe perfectamente qué teclas tocar de un lado y otro, cómo tocar las fibras sensibles de los musulmanes. Para ellos apelan a esos nombres. Tiene que ser un califa, entonces se pone el nombre Abu Bakr, nada menos que el primer sucesor de Mahoma. Califa es el regente en la Tierra por voluntad divina, tanto en lo político como en lo espiritual. Con lo cual apelan a toda una simbología musulmana que es totalmente simplista, es como un cuento de hadas, pero que es sumamente eficaz.
Hablan de los muyahidín, es decir aquellos que practican el yihad o el combate (no la guerra santa) y son combatientes, pero también hablan de la uma. Se arropan, se adornan con toda una jerga seudorreligiosa para tocar las fibras sensibles de musulmanes y de nuevos integrantes del islam, los conversos. Pero además utilizan otro tipo de simbología, el símbolo de las producciones de EI se asemeja muchísimo al de Al Jazeera.
La mayoría de los conversos al islam no hablan árabe ni siquiera como lo habla Martín o como lo hablo yo, el árabe no se aprende en 90 días, que es lo que aproximadamente dedican ellos a conocer el islam. Es un manual exprés de cómo convertirte en un buen musulmán y un buen terrorista. Entonces ese símbolo, ese ícono, si no lo saben decodificar perfectamente podría pasar por el de Al Jazeera.
Están apelando a toda esa idea de "nosotros somos verdaderos, somos auténticos, estamos combatiendo el mal, a Satanás". Toda esa jerga que los que venimos estudiando el fenómeno del terrorismo de base islamista conocemos desde el surgimiento del FIS, del GIA en Argelia en la década del 90, el Yihad Islámico en Egipto durante la misma década, con aquellos atentados espantosos que ocurrían allí. Todo esto es para tocar la fibra sensible del musulmán.
Pero a la vez saben muy bien cómo hacer que los adeptos, todo ese grupo, esa plétora de personas que residen en Occidente y que están descontentas con el modelo exitoso de una globalización arrolladora que no les permite crecer, pero que además se sienten discriminadas, ya sea racialmente, ya sea por sus orígenes como musulmanes, por ser más pobres o porque no tienen el nivel de estudios que exige esta sociedad, como sea, encuentren ahí una campaña a la que sumarse.
EC - Entonces, una vez que esa persona que ha estado preguntando se convence y se dispone efectivamente a integrarse, ¿cómo se salta de esa comunicación en la que no hay identificación al mundo real? ¿Cómo se procede después?
MS - El momento en que uno pasa a hablar a través de una red privada es un quiebre fundamental. Ahí comienzan las instrucciones precisas, atendiendo y evaluando cuál es la realidad del interesado, dónde vive, si realmente aportaría a la causa del EI. El pasaporte cuenta, porque después puede ser vendido –eso se asocia al tema del financiamiento–, cuánto dinero deben llevar, en general qué es lo que deben llevar. Así empieza lo que informalmente se denomina "la guía de viaje" de EI. Se ha dicho que llegan de las formas más diversas. A uno le indican por qué frontera acercarse…
SM - … cómo establecer contacto.
MS - Exacto. Muchos entran por Turquía, por ejemplo. Últimamente se habló incluso de personas que viajan en cruceros que se salen de la ruta y se van a EI. Así tenemos un importantísimo número sobre todo de ingleses y franceses, pero también de australianos, canadienses y personas de otras nacionalidades que se han unido a las filas de EI. Estas personas son actores importantísimos, porque no son solo combatientes rasos, muchos son técnicos que colaboran con toda esta maquinaria que permite el crecimiento exponencial.
EC - ¿Todos los que se incorporan después efectivamente se mantienen en el EI? ¿No ocurre que cuando se integran se dan cuenta del horror en el que se involucraron y quieren irse?
MS - De hecho eso ha pasado, hay testimonios de personas que se han ido de las filas de EI. La organización trabaja mucho en esa idea, intenta convencer a través de los videos de que está bien que estén ahí, que están en el paraíso, que es lo mejor que pueden estar haciendo para su vida, que es mucho mejor que estar al lado de los kuffar (herejes).
EC - Claro, pero al mismo tiempo viven en un régimen hiperautoritario, donde está todo controlado, porque las desviaciones son lo que se busca combatir.
SM - Ellos no lo perciben como autoritario. Y no dejo pasar el momento para alertar de algo que me preocupa. Llevo ya bastante tiempo dedicada –y pienso seguir haciéndolo– a rescatar lo que llamo "infancias robadas". En esa maquinaria de propaganda y de publicidad de EI, uno encuentra online videos en los que padres belgas les dicen a sus niños de seis años: "Y tú, hijo, ¿qué quieres ser de mayor?". El niño lo mira fijamente, no sabe qué contestar, entonces le dice: "¿Quieres ser un yihadista o quieres ser mártir?". No hay una tercera opción. Y el niño ¿qué va a contestar? Lo ve al padre, y el padre empieza la palabra que termina el niño: "yihadista".
EC - Ahí estás hablando de familias que tienen una cierta vinculación con el islam, para empezar.
SM - Familias de conversos o personas que han adherido ya a la causa de EI. No quiero seguir machacando la idea de converso, porque puede herir sensibilidades, también en Uruguay, de personas que se han convertido al islam y que sienten que es una injusticia. Pero es una realidad, muchos de estos conversos quieren demostrar a sus hermanos de fe que son tan o mejores musulmanes que ellos; aquella frase famosa del refranero español, "más papista que el papa".
Pero lo que me produce pavor y miedo es cómo se está manipulando la mente de niños. Esto es lo que nos debe preocupar en Occidente, no es un problema de "ellos" en Oriente Medio. Señores, despierten de una buena vez a los servicios de inteligencia, que están muy acostumbrados todavía a pensar en clave de guerra fría, en clave de "el enemigo extranjero que ataca a mi país". Tienen que entender que el combate a este germen del desarraigo, de la discriminación, de la crisis de identidad y de valores pasa por solucionar nuestros problemas como occidentales. Y que si no hacemos algo al respecto, hoy es EI y mañana será otro con otro nombre más o menos fantasioso pero con el mismo modus operandi.
EC - Es que el desafío es gigantesco. Si bien apenas hemos entrado en las conclusiones a las que Martín arribó con su investigación, nada más con la información que volcó esta mañana aparece una pregunta casi incontestable: ¿cómo se hace para combatir a un grupo como este, que opera con esas técnicas, que con tanta habilidad aprovecha las redes sociales y los recursos audiovisuales, etcétera? ¿Es por la vía bélica la cosa? ¿Es por la vía de las armas, la guerra, el bombardeo? No. Y por ahora lo que se ve como recurso, como respuesta en esa cancha en la que ellos están jugando con tanto éxito, es pobre.
MS - Yo insisto en que para combatir este asunto desde el epicentro es fundamental atacarlo desde el entendimiento de las teorías comunicacionales. Hay que comprender el fenómeno a fondo y no solo ir a tirar bombas, porque esto es una red que se sigue expandiendo.
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MS - Es importante comprender el fenómeno más allá de tirar bombas encima de EI. Hay que entender cómo se hace la difusión. Y en ese sentido los que uno espera que actúen al respecto lo han hecho en forma realmente deficiente, con Estados Unidos a la cabeza, que en definitiva lo mismo que hace EI, todo el tiempo lo termina beneficiando.
Por ejemplo, en Twitter EI propone un hashtag, una determinada palabra que implica una tendencia, como por ejemplo "a message from ISIS to USA" (‘un mensaje del EI a Estados Unidos’), y Estados Unidos hace lo mismo pero a la inversa, pone "un mensaje de Estados Unidos para el EI".
En YouTube, la propaganda anti-EI de Estados Unidos es tan terrible como la de EI. YouTube bloqueó la propaganda contraterrorista de Estados Unidos por ser demasiado sangrienta. Entonces en definitiva es lo mismo, no hay un combate real desde el foco.
EC - Queda esa pregunta, y queda la pregunta a propósito del financiamiento del EI. ¿Dónde se nutren de fondos? Por ejemplo vendiendo petróleo de las refinerías que controlan, vendiendo obras de arte que van confiscando en los lugares que dominan. Pero hay gente que compra todo eso. ¿Cuáles son entonces las herramientas que habría que encarar en el combate al EI?
Vamos a charlarlo en una próxima entrevista con Susana Mangana y con Martín Silva.
Esta investigación de Martín se va a presentar la semana que viene en la Universidad de La Plata, en la República Argentina.
SM - Nos vamos a un congreso de relaciones internacionales del 26 al 28 en la ciudad de La Plata, en Argentina. Yo voy a presentar un artículo sobre el programa de reasentamiento de refugiados sirios y un nuevo modelo de cooperación al desarrollo con impronta uruguaya. Y otra joven estudiante de mi departamento, Camila Castro, va a presentar una investigación sobre el rediseño de las fronteras de Oriente Medio. Está todo relacionado, porque a resultas del vacío de poder en Irak y en Siria, por la guerra civil en Siria, surgen este tipo de focos infecciosos como EI.
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Transcripción: María Lila Ltaif