El Ejército chileno reconoce que violó los derechos humanos institucionalmente en el marco de la "Guerra fría": no hubo excesos individuales
Desde Santiago, Horacio Brum
(Emitido a las 08.49)
EMILIANO COTELO:
El presidente Ricardo Lagos destacó el viernes el coraje del ejército que, por primera vez, admitió su responsabilidad como institución en los crímenes cometidos durante la dictadura del general Augusto Pinochet.
"El ejército de Chile tomó la dura pero irreversible decisión de asumir las responsabilidades que como institución le caben en todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado", dice un documento suscrito por el comandante el jefe de la principal rama de las Fuerzas Armadas, general Juan Emilio Cheyre.
Esta es efectivamente la primera vez que el ejército reconoce el papel de organismo represor que cumplió junto a la Marina, la Fuerza Aérea y la Policía Militarizada de Carabineros durante los 17 años del régimen de Pinochet que dejó más de 3.000 muertos y desaparecidos.
"Con este paso histórico el ejército de Chile consolida su proceso de integración al Chile democrático de hoy", dijo Lagos, quien hablaba ante periodistas chilenos en Brasil, donde participaba de la cumbre del Grupo de Rio y donde lo sorprendió la noticia.
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Vamos a dialogar con nuestro corresponsal en Chile, Horacio Brum. Estamos hablando de una declaración del general Juan Emilio Cheyre publicada por el diario La Tercera de manera no oficial.
HORACIO BRUM:
Exactamente. Cheyre de todas maneras ha utilizado a La Tercera en oportunidades anteriores como vehículo para distintas declaraciones, para este tipo de gestos con los cuales quiere acercar el ejército a la vida democrática chilena. Pero no hubo nada como una ceremonia, como una ocasión especial en la cual pronunciara estas palabras. Y, como decías tú, ambos protagonistas estaban fuera del país, el general Cheyre estaba en Europa -regresa esta semana- y el presidente Lagos se encontraba en Brasil asistiendo a la cumbre del Grupo de Rio. De manera que fue una circunstancia inusual.
EC - Justamente, ¿cómo se explica que la carta haya sido publicada el viernes, en qué contexto ocurrió esa difusión?
HB - Ya unos días antes el general Cheyre había anunciado con mucha publicidad el cierre del Batallón de Inteligencia del ejército, una de las unidades de prestigio más infame de la época de la dictadura, para incluir la nueva unidad de inteligencia en un sistema de inteligencia nacional que se está creando.
Por otra parte se venía preparando desde hacía bastante tiempo un informe sobre la tortura bajo la dictadura. Hay que recordar que en Chile, con el regreso a la democracia, se hizo un informe sobre detenidos desaparecidos; pero ahora se estaba haciendo un informe sobre la tortura que presupone que el gobierno va a tener que pagar compensaciones a las personas torturas y a aquellas cuyos derechos fueron atropellados. Estaba previsto que ese informe fuera lanzado esta semana, inicialmente se había hablado de lanzarlo mañana martes, y ahora sabemos que se ha pospuesto hasta el jueves. Hay quienes suponen que con ese gesto, con esa declaración, el general Cheyre estaba "poniéndose el parche antes de la herida", como se dice aquí en Chile, o sea adelantándose a los acontecimientos, previniendo para no tener que curar el impacto que iba a causar el informe.
EC - Sí, porque según ha trascendido ese informe termina siendo muy comprometedor para el ejército en el sentido de que deja de lado el argumento que se ha manejado tantas veces de que los excesos fueron iniciativas individuales o de sectores de las Fuerzas Armadas. En este caso en particular el ejército queda involucrado como institución, según se sabe.
HB - Correcto, el informe va a mencionar específicamente al ejército y las otras dos fuerzas armadas, va a mencionar instalaciones, lugares específicos creados para ejercer ese tipo de torturas, ese tipo de apremios, y por lo tanto derrumba esas tesis que ha sido semioficial y oficial a la vez desde el comienzo de la democracia, desde la vuelta a la democracia en Chile, que todo esto era simplemente excesos. O sea que no se debía a una política institucional, a un terrorismo de Estado, sino que eran individuos de alguna manera "desviados" que hacían este tipo de cosas sin rendir cuentas a nadie y sin que nadie se enterara.
EC - ¿Qué dice ahora el comandante en jefe del ejército?
HB - El comandante Cheyre asume la responsabilidad colectiva, pero hay una cosa interesante que hay que poner en la cuenta: dice que el ejército se vio obligado a actuar en un contexto de "guerra fría" en el cual la sociedad estaba dividida y todos los sectores estaban enfrentados unos contra otros. Dice, por ejemplo: "El ejército actuó con la absoluta certeza de que su proceder era justo y que defendía el bien común general y a la mayoría de los ciudadanos en esa época". Estamos hablando de cuando se dio el golpe y se provocaron todas las muertes, desapariciones y torturas que mencionabas al comienzo. De manera que hay una relativización del concepto inscribiéndolo en un contexto, o sea que se vuelve un poco a lo que muchas veces se ha repetido, que el ejército se vio forzado a actuar, no actuó como golpista sino que trató de salvar a la sociedad chilena de la amenaza marxista.
EC - Pero también es cierto que en el párrafo siguiente el comandante en jefe emite un juicio drástico y al mismo tiempo contundente, indiscutible, sobre lo que opina de ese tipo de procedimientos. Se pregunta: "¿Excusa el escenario de conflicto global ya descrito, las violaciones a los derechos humanos ocurridas en Chile? Mi respuesta es una e inequívoca: no, las violaciones a los derechos humanos nunca y para nadie pueden tener justificación ética".
HB - Correcto. Es un pronunciamiento sumamente categórico que hay que poner al crédito de Cheyre. Anoche Fernando Villegas, un comentarista político que se caracteriza por su escepticismo y que yo no diría que se trate de un izquierdista precisamente, se preguntaba: "¿Qué sucede si se plantea otra situación similar a la de 1973, si tenemos en Chile, por alguna causa, un 11 de setiembre, como les ocurrió a los norteamericanos, que justifique un Estado de sitio, que justifique reaccionar contra el terrorismo? Es muy cómodo decir esto sentados aquí ahora en la paz y la tranquilidad, ¿pero qué va a pasar cuando se crea que es necesario prevenir un acto terrorista en forma urgente y por lo tanto indudablemente se tenga que recurrir a actos de tortura y demás, como lo han hecho, por ejemplo, las fuerzas norteamericanas en Irak?".
EC - Sí. Lo cierto es que el documento del general Cheyre no incluye, como ya mencionamos, un pedido institucional de perdón a la sociedad.
HB - Eso no se ha producido. De hecho tenemos figuras militares, retirados y de todo tipo, que han dicho que no es necesario pedir perdón; el mismo Pinochet ha dicho muchas veces: "Yo sólo pido perdón ante Dios", poniéndose muy por encima de la sociedad.
Otro factor que se menciona y que han destacado los grupos de derechos humanos es que el ejército -según la declaración de Cheyre- de ninguna manera va a marginar, dar de baja o poner por sí mismo a disposición de la justicia a aquellos militares que cometieron o son sospechosos de violaciones, algunos de los cuales aún están en actividad.
EC - Entonces, ¿cómo podemos evaluar, cómo podemos situar este hecho político que ocurrió el viernes en el contexto de la transición?
HB - No hay duda de que es un gran paso, un paso importante porque es la primera vez que el ejército admite algún tipo de culpa oficialmente. El otro valor es que se derrumba la doctrina de que eran individuos aislados quienes realizaban todo esto. Es un paso importante hacia la democracia. De todos modos, como decíamos, hay que relativizarlo con la inminencia del informe de la tortura, que de cualquier manera iba a condenar al ejército.
También hay que mencionar que las otras dos fuerzas hasta ahora guardan un silencio bastante notable y, si podemos entender como intérpretes de ellas a algunos retirados, como el almirante Jorge Arancibia, hoy senador de la derecha, aparentemente considera -fue muy categórico en estos días: que "no puede pedir perdón un comandante actual por hechos que ocurrieron cuando él no era comandante", como diciendo que está pidiendo perdón por hechos que ocurrieron en circunstancias que él no conoce directamente y de las cuales no fue responsable.
Es un paso importante. Yo diría que no es -como se han apresurado a decir muchos políticos aquí esta semana- el fin de la transición, de hecho aquí en Chile se ha anunciado un montón de veces el fin de la transición, estas palabras de Lagos de hoy ya se habían oído cuando asumió el mando y funcionaba la famosa mesa de diálogo para tratar de ubicar los restos de los detenidos-desaparecidos. Y esa mesa de diálogo posteriormente no arrojó ningún resultado espectacular porque muchos de los datos dados por el ejército y las otras fuerzas sobre los detenidos-desaparecidos resultaron falsos o errados. De modo que habría que mirar todo esto con un cierto escepticismo, con una cierta dosis de desconfianza saludable en cuanto a que va a cambiar radicalmente la situación de los derechos humanos en Chile respecto de lo que fue el contexto de la dictadura.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón