Adolf Hitler, Benito Mussolini, Kim Jong-il y Muammar Al-Khadafi son algunos de los personajes que aparecen en el libro "Dictator´s Dinners: The Bad Taste Guide to Entretaining Tyrants (Cenas de dictadores: La guía del mal gusto para entretener tiranos).

Las autoras británicas Victoria Clark y Melissa Scott dicen que Hitler era vegetariano no por elección sino porque le producía problemas de salud. A pesar de esto hacía excepciones ya que su comida predilecta era la paloma rellena con nueces, lengua, hígado y pistachos.

El que sí comía principalmente vegetales era Mussolini, que elegía una mezcla de ajo crudo, aceite y limón. También comía pasta, si se la hacían especialmente.

El líder totalitarista de Corea del Norte Kim Jong-Il era un gourmet. Su preferida era la sopa de aleta de tiburón, que alternaba con caviar iraní, carne de cerdo danesa y mangos tailandeses.

Se dice que en secreto comía sopa de perro para aumentar su virilidad y lo inmunizaba.

El dictador libio Muammar Al-Khadafi era fan de los macarrones y el cuscús acompañado con carne de camello. Su bebida favorita era la leche.

Fidel Castro es el más reservado, pero constataron que le gusta la sopa de una tortuga que se encuentra en peligro de extinción.

Idi Amin, de Uganda, incursionó en la antropofagia. Aparentemente se comía el hígado de sus enemigos para ahuyentar malos espíritus.