Inglaterra

Un jardín aéreo en Londres diseñado por un uruguayo

La semana pasada se inauguró en Londres una obra emblemática e innovadora que proviene del lápiz del arquitecto uruguayo Rafael Viñoly.

Se trata del primer jardín aéreo de acceso público situado en los tres niveles superiores del edificio – también diseñado por Viñoly – apodado "el Walkie-Talkie" por su característica forma y volumen. 

Luis Caviglia habló desde Londres con la Mañana de el Espectador sobre la impronta que está dejando Viñoly en las principales metrópolis del siglo XXI.

Esta obra de Viñoly, que además de ser trascendente por el hecho de definir parte del horizonte de una de las ciudades más emblemáticas del mundo, tiene una trascendencia arquitectónica muy particular por su forma única: el edificio se va ensanchando vertical y lateralmente con altura, generando un espacio mucho más extenso en sus niveles superiores, en comparación con los niveles de planta.

El propio Viñoly cuenta más acerca de la peculiaridad del diseño:

La "compensación" por el uso del espacio aéreo trata de devolverle al ciudadano de a pie el privilegio de vivir la ciudad desde el punto más exclusivo y más caro de todos con un acceso gratuito a los jardines.

Esta idea de donar el espacio más valioso del edificio en forma de plaza pública no fue fácilmente aceptada por los dueños del inmueble. Pero finalmente Viñoly los pudo convencer y la apuesta pagó con creces. A pesar de las idas y venidas, el éxito económico del edificio es rotundo.

Se trata de una obra de carácter innovador desde el punto de vista del diseño y desde la perspectiva social. Los jardines cuentan con dos ascensores expresos que no conectan con el resto del edificio y lo que llevan a uno al piso 35, dentro del que se encuentran los jardines separados en tres niveles.

Los espacios públicos –situados a 160 metros de altura– cuentan con un bar, dos restaurantes y una plataforma para apreciar la vista de la ciudad.

Rafael Viñoly es uno de los pocos arquitectos del mundo en ser distinguido con el honor de haber dado forma, con su lápiz a semejante metrópoli.

Viñoly es un agente de cambio sobre el mismísimo horizonte de las ciudades en las que ha vivido. Ha sido capaz de incidir y cambiar la mismísima fisonomía de ciudades como Tokio, Nueva York y Londres.

De forma que quienes visiten Londres este año ya tienen una nueva parada obligada.