La historia de la última hamburguesa de McDonald's en Islandia
En 2009, la mundialmente famosa cadena de comida rápida cerró su último local en Islandia. Ese año, un joven llamado Hjörtur Smárason compró la última "cheeseburger" del país. En vez de comérsela, la guardó para comprobar si se descomponía o no, a modo de experimento.
Guardó el objeto de estudio (la hamburguesa y las papas fritas) en una bolsa de plástico. Pero el seguimiento del experimento lo aburrió. Tres años mas tarde, mientras realizaba una mudanza, se volvió a encontrar con la comida, que no mostraba ningún signo de descomposición.
En un principio, Smárason decidió donar la última hamburguesa con papas al Museo Nacional de Islandia. Pero el museo se la devolvió, porque creían que no podrían conservarla. O por lo menos ese fue su pretexto. La hamburguesa se mostraba igual que hace tres años. Incluso, mientras la comida estaba en exhibición, parece que los visitantes se animaron a comerse algunas de las longevas papas.
El paradero de la histórica última hamburguesa de McDonald's en Islandia fue, finalmente, un hostel local. Quienes visiten el Reykjavík Bus Hostel la podrán ver y comprobar que, seis años despues de haber sido comprado, el producto parece seguir en las mismas condiciones.
Luego de haber recibido la atención de la prensa mundial, el susodicho hostel islandés tuvo una propuesta muy curiosa. Colocó en la red streaming en vivo permanente, en donde se puede visualizar la hambuerguesa a toda hora a través de internet. Si el internauta tiene suficiente paciencia, podrá comprobar si a fin de cuentas existe en ella un proceso de descomposición, o si es real la teoría de que la comida de McDonald's nunca se pudre.