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Analista pide cautela tras triunfo opositor en Ucrania

El experto en temas rusos de la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Taibo, no se mostró muy optimista ante el triunfo del candidato opositor ucraniano, Víctor Yushenko. "Yo discrepo con la mayoría de los analistas que considera que Yushenko le va a imprimir una bondad natural al sistema político y económico ucraniano. Me parece que es mucho más fácil que acabe engullido por las redes de la política y de la economía subterránea", advirtió.

(Emitido a las 8.30)

EMILIANO COTELO:
El líder opositor ucraniano Víctor Yushenko promete acabar con la corrupción después de que se confirma su triunfo en las elecciones. Con el 99,8 por ciento de los votos escrutados el líder opositor acumula una ventaja de 7 puntos sobre el candidato del gobierno, Víctor Yanukovich.

"El pueblo de Ucrania se opuso a uno de los regímenes más cínicos y corruptos del este de Europa", dijo Yushenko hablando ante miles de partidarios que se habían congregado en la Plaza de la Independencia, principal centro de su revolución, la "Revolución Naranja".

Sin embargo, los seguidores de Víctor Yanukovich, actual gobernante, no se resignan a la derrota y ya anunciaron que pedirán la anulación de los comicios ante el Tribunal Supremo por irregularidades sistemáticas y falsificación.

Vamos a dialogar con el profesor Carlos Taibo, profesor titular de ciencia política en la Universidad Autónoma de Madrid, donde dirige el Programa de Estudios Rusos.

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Profesor Taibo, ¿cómo observa usted esta nueva discrepancia en torno a cómo se procesaron las elecciones? En esta oportunidad estamos hablando de que lo que se cuestiona desde el gobierno de Ucrania es el segundo intento de segunda vuelta.

CARLOS TAIBO:
Sí, y creo que era de aguardar, habida cuenta de que sólo concurren dos candidatos, el perdedor plantea sus discrepancias respecto de la limpieza del cómputo. Lo que ocurre es que en este caso significativamente la Organización de Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE), no parece haber dado fundamento a las protestas de Yanukovich, algo que no necesariamente nos obliga a concluir que esas protestas están poco fundamentadas. Imagino que la polémica durará unos días pero que en este caso al final Yushenko será proclamado presidente del país.

EC - Tenemos el antecedente de las protestas de Yushenko con respecto a lo que fue el primer intento de esta segunda vuelta.

CT - En efecto. Y no sólo eso, tenemos la perspectiva de que en la Europa Central y Oriental parece harto común que cuando hay una consulta electoral con resultado apretado el perjudicado decida movilizar a la población y sacarla a la calle, lo cual puede ser el fundamento de tensiones futuras, ya no en Ucrania sino en otros países de la región.

EC - ¿Qué significa el triunfo de Yushenko, que a esta altura ya parece consolidado?

CT - Significa que en Ucrania hay una parte significativa de la población que está harta de todo lo que ha vivido a lo largo de los últimos 15 años, e intuyo que ha depositado una excesiva confianza, un tanto supersticiosa, en las capacidades de modificación de ese escenario al alcance de Yushenko. Yo discrepo con la mayoría de los analistas que en el mundo occidental consideran que Yushenko le va a imprimir una bondad natural al sistema político y económico ucraniano. Me parece que es mucho más fácil que acabe engullido por las redes de la política y de la economía subterránea. Al fin y al cabo Yushenko, pese a las apariencias, no es sino un miembro más de la elite de dirigentes del país, por mucho que a partir del año 2001 decidiese marcar las distancias con respecto a las políticas que abrazaba el presidente Kuchman.

Hemos tenido ya la oportunidad de comprobar en otros muchos países de la Europa Central y Oriental cómo candidatos que llegan al poder con un programa manifiestamente democrático y que anuncian por ejemplo su designio de resolver los ingentes problemas sociales de esos países, al final acaban naufragando por falta de voluntad o porque el entorno es realmente delicado.

No soy por consiguiente demasiado optimista en lo que respecta a las capacidades de Yushenko para modificar las reglas del juego en Ucrania.

EC - ¿Qué es lo que habría que cambiar en Ucrania?

CT - Me resulta difícil entender –y creo que esto lo comprenderán ustedes perfectamente bien en América Latina– que un dirigente político que plantea un discurso de cariz neoliberal al mismo tiempo sostenga que va a resolver los ingentes problemas sociales de la población. Me parece que las cosas no van por ese terreno. Sospecho que Ucrania puede salir de la crisis económica pero a costa, como ha sucedido en tantos otros países de la Europa Central y Oriental, de acrecentar el volumen de las bolsas de pobreza.

Y en este escenario preciso, el ucraniano, conviene que no olvidemos que Rusia tiene el sartén por el mango, que dicta muchas de las reglas del juego. Siquiera sólo sea porque Ucrania no produce materias primas energéticas y depende literalmente de las que le llegan de Rusia, algo que a buen seguro ha reducido de manera significativa su margen de maniobra. Esto obliga a Yushenko también, pese a la retórica esgrimida en las últimas semanas, a considerar seriamente la conveniencia de plegarse a muchas de las imposiciones que van a llegar de Moscú.

EC - Lo he escuchado a usted señalar que era arbitrario el uso de términos como "pro occidental" o "pro ruso", con los cuales desde distintos órganos de prensa en estas últimas semanas se había estado calificando a los dos candidatos. Al ahora triunfante Yushenko se lo veía como pro occidental y a Yanukovich como pro ruso. ¿Por qué dice que era arbitrario o artificial dividir así a estos dos postulantes?

CT - Por varias razones. La primera la aporta el hecho de que en el decenio de 1990 en la propia Ucrania ya tuvimos la oportunidad de comprobar cómo candidatos que contendían con programas aparentemente pro occidentales cuando llegaban al poder –lo dicho hace un momento– se veían obligados a aceptar el grueso de las reglas del juego que les imponía Rusia.

Mencionaré un segundo dato: el todavía presidente en funciones, Kuchman, que aparentemente es un presidente pro ruso, no dudó en enviar soldados ucranianos para amparar la agresión militar estadounidense en Irak, y sin embargo Yushenko, el vencedor de estas horas, un candidato formalmente pro occidental, se ha comprometido a retirar esos soldados todavía presentes en Irak.

Pero más allá de esto me parece que el problema se deriva del empleo de juicios de valor que acompañan a esos adjetivos. La idea de que un candidato simplemente por declararse pro occidental va a resolver los problemas del país, va a dirigir en un sentido democrático los procesos políticos y va a encarar de manera decidida la anulación de los muchos problemas sociales que se revelan en Ucrania, me parece una superstición. Hemos tenido la oportunidad de comprobar en muchos escenarios del oriente del continente europeo cómo candidatos que asumían ese programa al final acababan por abrazar otro tipo de políticas. Por eso me parece que conviene utilizar con extrema prudencia este tipo de categorías.

EC - ¿Qué papel juega Ucrania en esa zona del mundo? ¿Por qué tantas expectativas y presiones sobre su proceso político?

CT - Ucrania desempeña un papel vital para Rusia en la medida en que es una república eslava y el grueso de las fuerzas políticas rusas estima que no conviene andarse con chiquitas en lo que respecta a eventuales procesos de independización tanto de Ucrania como de Bielorrusia. Esto quiere decir que Rusia ata de manera mucho más directa los acontecimientos en Ucrania que lo que lo hizo en relación con el Báltico, con el Cáucaso o con el Asia Central.

Para la Unión Europea Ucrania es un país importante en virtud de su ubicación geoestratégica y geopolítica. No olvidemos que una parte del petróleo y del gas natural que procede de la Europa más oriental llega a la Europa occidental atravesando el territorio ucraniano.

Al margen de eso, entiendo que Ucrania se encuentra en una posición global en virtud de la cual lo que ocurra en el país permite ejercer influencias sobre potencias aledañas como son Rusia y la Unión Europea, algo que aconseja a los gobernantes estadounidenses prestarle atención a lo que sucede y ejercer también sus procedimientos de presión subterránea. Intuyo de todas maneras que el grueso del énfasis geoestratégico y geoeconómico de Estados Unidos se despliega más hacia el sur, en el Cáucaso y en el Oriente próximo, algo que probablemente nos invita a no exagerar tanto el relieve que en este terreno corresponde a Ucrania.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe