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Gobierno israelí firmó el primer acuerdo para la evacuación de un asentamiento de la Franja de Gaza

Contacto con la corresponsal en Medio Oriente, Ana Jerozolimski.

(Emitido a las 8.47)

EMILIANO COTELO:
Ana, ¿dónde estás exactamente?

ANA JEROZOLYMSKI:
En este momento estoy en la localidad del asentamiento de Pehatzadeh. Es el último asentamiento creado en la zona de colonias conocida como Gushkati, en la parte sur de la Franja de Gaza. Llegué aquí esta mañana para hablar con la gente a raíz de un acuerdo que se firmó hace pocos días entre las autoridades y este asentamiento. Es el primer acuerdo que determina que llegado el momento de la evacuación, de la retirada de la Franja de Gaza, todo este asentamiento pueda en forma colectiva, entera, trasladarse a una localidad dentro de Israel, en Mosham Mabkiin, que está cerca de la ciudad de Ashtelon. Se piensa que con eso pueden tratar de lidiar mejor con la crisis que supondrá para esta gente la evacuación.

EC - ¿Qué dice la gente? Supongo que estuviste conversando con los habitantes.

AJ - Así es. En este momento estoy en una casa particular, en la casa de la familia Jemo, que tiene cuatro niños, entre ellos un bebé de dos meses que quizás se oye de fondo. Estuve hablando con Iris, de 39 años, la madre de la familia, y con otras personas aquí en Pehatzadeh. Ante todo te diré que el hecho de que se haya firmado el acuerdo no significa que todos estén prontos para hacer las valijas y salir mañana. Todos, sin excepción, más allá de los matices diversos entre las opiniones de unos y otros, unos seculares, otros tradicionalistas –eso también influye en la percepción ideológica de la situación–, consideran que este acuerdo con el Mosham Inkola, en Mosham Mabkiin, es una especie de seguro vida.

Iris Jemo, en cuya casa estoy, me decía: "Si yo me hago un seguro de vida no quiere decir que pienso matarme mañana, pero tengo que tratar de organizar mi futuro". Todos esperan que la evacuación no se concrete, pero en este primer asentamiento, dado que no se puede descartar que llegue lo que todos presentan como el día terrible de la evacuación, al menos entienden que deben estar organizados para atenuar en algo la crisis, moderarla un poco y poder pasar sin la necesidad de que toda la localidad se desmembre, o sea poder pasar con la sensación de que su familia amplia se mantiene unida.

EC - ¿Por qué dices que esperan que la evacuación no se concrete?

AJ - Hay quienes, más que nada los observantes que viven en esta zona de Gushkati –aunque esa no es la característica de esta localidad–, tienen casi la convicción de que habrá una "intervención divina", en esos términos habló una de las personas con las que conversé hace un rato. Otros dicen "políticamente esperamos que eso no se pueda poner en práctica" y desde el punto de vista personal "esperamos que no llegue el momento en el cual se concrete esto que para nosotros es una tragedia".

Esperan que por alguna razón, sea por problemas a nivel político interno, por la dinámica que pueda desarrollarse con los palestinos o por el hecho de que sigue habiendo disparos, explosiones y morteros y Sharon ya aclaró que bajo fuego no habrá evacuación, llegado el momento de la verdad, la retirada no se concrete. En ese caso ellos prefieren quedarse aquí, pero se prepararon con ese acuerdo para poder al menos lidiar con el futuro de modo mejor si sus esperanzas son infundadas y se llega a concretar la separación de la Franja de Gaza.

EC - Lo mencionaste al pasar: ésa es una zona muy peligrosa, los morteros prácticamente llueven. ¿Cómo se entiende entonces que esta gente persista e insista en quedarse?

AJ - Hay quienes lo destacan desde el punto de vista ideológico, convencidos de que esto es parte de la tierra bíblica de Israel, hay quienes destacan el aspecto de la seguridad convencidos de que aun si pagan el precio de la retirada y la separación no va a haber paz, y además está el aspecto personal, humano. Por ejemplo Iris, en cuya casa estoy ahora, que en este momento le está dando la mamadera al bebito de dos meses que tiene en brazos, dice: "Yo vine aquí con mi esposo cuando tenía 22 años y él un poco más, como una pareja joven. Vine sin hijos, ahora me tengo que ir con cuatro hijos". Ella tiene la tragedia personal especial de que uno de sus hijos, que ahora tendría 14 años, murió en un accidente de tránsito y lo sepultó aquí. Dice: "Si Sharon –hablando del primer ministro israelí–, que también perdió un hijo –no en circunstancias relacionadas con la guerra, en un accidente en la casa–, tuviera que sacarlo de la tumba, ¿qué diría?", toca ese aspecto tan trágico, un sentimiento muy fuerte cuando habla de lidiar a nivel personal. Pero aun cuando se sienten en situación de guerra, porque hay gente que me dice que la cayeron morteros, cohetes kazan al lado de su casa, en el comedor y rompieron todas las ventanas, paralelamente sienten la dinámica de la vida diaria que es más fuerte que tener que tratar de escapar de una situación. "Escapándonos –dicen todos– de esta guerra no vamos a solucionar nada", consideran que con eso aumentan la guerra más aun.

EC - En dos palabras, ¿algún dato extra a propósito del funcionamiento del acuerdo?

AJ - Ante todo te diré que las autoridades, lo que se llama la autoridad de la separación, sostienen que hay contactos con otras localidades, con otros asentamientos. Por ahora se confirmó este acuerdo entre Mabkiin y el asentamiento de Pehatzadeh. Hay quienes dicen: "Hay que oponerse por todos los medios a la evacuación llegado el momento". Pero la mayor parte de la gente con la que yo hablé aquí en Pehatzadeh dice: "La línea roja, el límite que no se debe pasar es el uso de la violencia contra los soldados que vengan a concretar la evacuación. Cada uno de los soldados puede ser un hijo y eso tiene que ser tabú", hablan de no usar la violencia contra los soldados que vengan de hecho a cumplir las órdenes del gobierno.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe