Sri Lanka después del desastre
Simon Gardner es el jefe de corresponsalía de la agencia Reuters en Sri Lanka. Desde el 26 de diciembre ha recorrido este país desvastado por el maremoto que afectó principalmente el sudeste asiático. El periodista contó a En Perspectiva cómo es la vida hoy un país que llora más de 30.000 muertos y en el que muchos de los desplazados, que suman 1.000.000, dicen que no quieren vivir más porque el mar les quitó todo.
(Emitido a las 8.22)
JOEL ROSENBERG:
El pasado 26 de diciembre el mundo vivió una de las peores catástrofes naturales de su historia, un terremoto de 9 grados en la escala de Richter, con epicentro en el océano Índico, frente a las costas de Sumatra, creó un maremoto que devastó las costas del sudeste asiático de siete países dejando a su paso más de 150.000 muertos.
Hoy, casi a dos semanas de la tragedia, les proponemos viajar hasta Sri Lanka, el segundo país más afectado, donde las cifras oficiales hablan de más de 30.000 personas muertas, casi 4.000 desaparecidos y cerca de 1.000.000 de desplazados.
Para conocer de cerca la magnitud de la catástrofe y repasar las últimas novedades que llegan de la zona estamos en contacto con Simon Gardner, jefe de corresponsalía de la agencia Reuters en Sri Lanka y Maldivia.
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Simon, ¿qué horario tenemos en este momento allí en Sri Lanka?
SIMON GARDNER:
Son las 16.30 aquí.
JR - ¿En qué ciudad se encuentra en este momento?
SG - Estoy en Colombo, la capital.
JR - ¿Cuál es la situación de esa ciudad y cómo fue afectada por el maremoto?
SG - Milagrosamente casi no fue afectada, es impresionante. Hubo pequeños pueblecitos al norte de Colombo que fueron inundados, pero Colombo en sí escapó, justo al sur de Colombo, rumbo a Gol, que es uno de los lugares muy fuertemente afectados, hubo unas villas que fueron inundadas, pero Colombo en sí no fue afectada.
JR - Sí fue afectada Sri Lanka, que tiene 30.000 personas muertas oficialmente en estos momentos.
SG - Así es, esencialmente fue toda la costanera sur, este y norteña, casi todo el país fue afectado cerca de la costanera.
JR - Del lado de la isla de Sri Lanka que daría al epicentro del terremoto.
SG - Sí, justamente, el Sur y el Este de Sri Lanka serían las zonas más afectadas.
JR - Se habla de más de 30.000 muertos; ¿es la cifra que manejan allí en Sri Lanka?
SG - Sí, según el último conteo son 30.527 y casi 4.000 desaparecidos. Se supone que dentro de poco van a añadir ese número al otro.
JR - Sí, casi oficialmente en la mayoría de estos países se está tomado a los desaparecidos como fallecidos por la distancia del día de la tragedia.
SG - Sí, pero acá todavía no lo hicieron oficialmente.
JR - ¿Cuál es la situación de la gente en general con la que has conversado en Sri Lanka? ¿Ha tomado la total dimensión de lo que ha vivido, está aún en estado de shock por la situación?
SG - Muchos todavía están en el shock. Acabo de volver del noreste, donde viven los tigres tamiles, los rebeldes, y allá todos los pequeños pueblecitos de la orilla están totalmente aplastados, no queda nada salvo las palmeras. Es realmente impresionante, es casi como... una devastación de guerra, no queda nada. Y estamos hablando de un lugar en el cual durante como 20 años hubo una guerra terrible entre los tigres, los rebeldes, y el gobierno, entonces los edificios ya estaban destrozados antes, ahora no queda nada de ellos. Y hay unas 600.000 personas desplazadas que están viviendo en carpas, escuelas, templos budistas.
Casi todas las personas con las que hablé habían perdido parientes, hijos, hermanos... Qué sé yo, no tienen palabras, muchos quieren morir ya porque no les queda nada, no tienen casa, no tienen absolutamente nada. Mucha de esa gente, especialmente en el noreste, ya había sido desplazada durante los últimos 20 años por la guerra, así que realmente están sin esperanza.
JR - Algunas informaciones que vienen de las agencias internacionales hablan de que los veteranos de una larga guerra de guerrillas como son los rebeldes tamiles, los tigres tamiles, habían actuado de una manera muy eficaz en los momentos posteriores a la tragedia, uniéndose después de muchísimos años de guerra.
SG - Sí; inicialmente, los primeros días los tigres tamiles tenían que intentar hacer toda la operación de rescate a solas porque tienen una frontera cerrada desde hace años llena de minas, entonces tenían que empezar por sí mismos. Ahora el gobierno los está ayudando, pero entrevisté anteayer al jefe político de ellos y se quejaba de que en realidad no están recibiendo mucha ayuda. Había la esperanza de que esa tragedia pudiera hasta cierto punto ayudar a dar lugar a una paz de largo plazo en Sri Lanka, pero parecería que no, las viejas quejas ya están emergiendo sólo dos semanas después del acto. Habría que destacar que un par de semanas antes del desastre los tigres habían amenazado con reanudar su guerra, después de una tregua de casi tres años estaban hartos de que el gobierno no hiciera caso a su pedido de autonomía, que es lo que quieren, y dicen que estaban listos para volver a la guerra. Una guerra que ya mató 64.000 personas, el doble que las olas.
JR - Usted hablaba de la ayuda internacional. Después de Indonesia, que tiene casi 95.000 muertos, Sri Lanka es el segundo; ¿cómo ha sido la llegada de la ayuda internacional a las zonas más devastadas donde usted pudo presenciar la situación de la gente, que como decía quiere morir porque no le ha quedado nada?
SG - Ahora hay comida suficiente en todos los lugares por lo que dicen nuestros corresponsales que están allá. Al principio fue un poco caótico, la ayuda venía de ONG locales e internacionales; demoró dos o tres días antes de que empezara a llegar más ayuda, más sustancial. Está llegando de todos los lugares, de la India, que ya mandó buques de guerra para actuar como hospitales y muchísima gente para ayudar; también de Israel, de Bélgica; casi todos los países están representados acá.
JR - ¿Cómo está el tema del agua potable allí en Sri Lanka?
SG - En la orilla, a todo lo largo de Sri Lanka, los pozos de agua potable han sido contaminados, la mayoría por agua de mar, especialmente la parte de la costanera porque en algunos lugares las olas entraron tres quilómetros adentro, impresionante. Por ende están sacando esa agua salada e intentando reactivarlos. También había tanques de nafta cerca de algunos pozos, entonces algunos están contaminados por esto. No hay dificultades, no es que la gente no tiene agua, tiene agua y tiene comida, pero está viviendo en carpas y lejos de sus casas, que ya no existen.
JR - ¿Había muchos turistas el 26 de diciembre en Sri Lanka? ¿Cómo era la situación?
SG - En este momento es temporada alta, todos los hoteles estaban llenos, especialmente en la costanera sur donde hay muchos hoteles de lujo, etcétera. Pero todavía no hay una cifra separada del total en cuanto al número de extranjeros que murieron. Evidentemente la vasta mayoría eran srilankinos.
(se interrumpe la comunicación)
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JR - Volvemos al contacto con Simon Gardner. ¿Me escucha bien ahora?
SG - Sí, sí; ya ven cómo son las comunicaciones aquí, son pésimas.
JR - A propósito, ¿cuáles han sido los problemas en comunicaciones desde el 26 de diciembre en esa zona?
SG - Ha sido una pesadilla, al principio no había manera de llamar, salvo por teléfono satelital e incluso eso no funcionó muy bien. Ahora nos estamos comunicando con corresponsales por mensaje de texto a través de celulares.
JR - ¿Ah sí? O sea que el nuevo sistema ha funcionado como una innovación para la prensa en esa zona del mundo.
SG - Sí, en realidad nos salvó.
JR - Le decía que Powell había comentado que nunca había visto nada igual, ni siquiera en las guerras ni en casos de huracanes devastadores.
SG - Claro, y va a encontrar la misma cosa acá cuando llegue. Como digo, es como una devastación de guerra, especialmente en el norte y en el este. Es terrible.
JR - ¿Cuál es la situación con los cadáveres que sigue devolviendo el mar? ¿Cómo están trabajando los equipos de rescate al respecto?
SG - En ciertos lugares todavía están apareciendo algunos cuerpos en las playas, otros están debajo de los escombros de edificios que cayeron y todavía hay algunos cuerpos debajo de algunos vagones de un tren con casi 1.000 personas la gran mayoría de las cuales murió que fue aplastado por las olas. La gente está ubicando los cuerpos suena horrible por el olor; al principio sacaban fotos y tomaban las impresiones dactilares pero ahora simplemente los están quemando porque hay mucho temor a una epidemia. Así que en la costa, en el Norte y el Este, se ven pequeños montones de ceniza que fueron cuerpos, un montón de cuerpos que quemaron.
JR - ¿Cómo se puede controlar el tema de las epidemias en este momento? ¿Hay previsiones?
SG - Sí, están usando detergente para limpiar los campamentos donde están los ahora sin techo. Por ahora no ha habido brotes de malaria ni otras enfermedades; antes del desastre hubo un problema con el dengue pero todavía no ha habido ningún problema mayor de enfermedades.
JR - Yo sé que como periodista es difícil y debe ser difícil también para la gente del gobierno de Sri Lanka, ¿pero hay alguna previsión de cuánto llevará reconstruir, recomponer lo perdido ese 26 de diciembre?
SG - ¿Cuánto tiempo o cuánta plata?
JR - Las dos cosas.
SG - Pues el Banco Central de Sri Lanka pronosticó que podría costar 1.300 millones de dólares reconstruir lo perdido. En términos de tiempo algunos hoteles están totalmente devastados, habría que empezar de nuevo totalmente y en otro lugar que no sea tan cerca de la orilla porque el gobierno acaba de implementar una regla de que no se puede construir a menos de 300 metros del mar. En términos de tiempo quién sabe, va a tardar años para muchos porque los que perdieron todo van a tener que vivir en carpas posiblemente durante meses o años hasta que puedan comprar ladrillos y demás para construir casas. Va a ser un proceso muy lento.
El gobierno está convencido de que la economía no va a tardar tanto en recuperarse y está diciendo que el PBI, para el cual estaba pronosticado un crecimiento de 5-6 por ciento, va a reducir ese crecimiento en menos de un punto porcentual. Está minimizando el gasto económico.
JR - Claro, pero supongo que la gente que ha perdido todo no era gente que tuviera demasiado.
SG - No, es gente que capaz que ganaba 50 dólares por mes.
JR - Claro, le va a ser muy difícil reconstruir lo poco que tenía.
SG - Imposible para muchos, especialmente tomando en cuenta que muchas mujeres perdieron sus maridos, en la parte de la costa muchos viven de la pesca y perdieron sus barcos y las redes que usan para pescar. Así que sí, mucho tiempo. Es más, también han prohibido la pesca en algunas zonas, justamente porque creen que los mariscos están comiendo los cuerpos muertos.
JR - Para terminar quería preguntarle sobre el tema de los niños. UNICEF se ha mostrado muy preocupada por la situación de los niños huérfanos y por el posible tráfico de niños que queden sin padres, a la deriva en esa zona del mundo. ¿Cómo se vive ese tema en Sri Lanka?
SG - El gobierno acaba de prohibir la adopción de huérfanos hasta tener claro cuántos son y dónde están, porque todavía no hay ningún centro. Ha habido miedo por parte de Naciones Unidas de que hubiera ese tráfico de niños, etcétera; aquí en Sri Lanka no se ha informado nada al respecto, no se han dado casos, pero igual están tomando medidas para estar seguros de dónde están los niños. Algunos parientes están viniendo a buscar a los niños de los fallecidos y para evitar que desaparezcan sin que se sepa dónde están, están parando todo esto. Hay muchos niños huérfanos. Hay 600.000 desplazados, 30.000 muertos, muchos de los muertos fueron niños y mujeres que no podían correr bien, y no se sabe cuántos niños quedaron huérfanos, pero debe haber muchos.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe