¿Qué ocurre con la lucha política en Venezuela?
La conflictividad política ha bajado en Venezuela al avanzar el mes de noviembre, aunque sin acuerdos entre el Gobierno y la oposición para solucionar problemas importantes.
Sobre todo del lado opositor no se ven grandes resultados ni con las protestas callejeras ni en la mesa de diálogo instalada hace cuatro semanas. La calle se enfría y el diálogo bosteza.
Sigue y se agranda el malestar económico, y entretanto el panorama político se puebla con nuevos pequeños acontecimientos que llevan agua al molino de la oposición frente a un Gobierno con menos de 20 por ciento de aceptación popular según encuestadoras como Datanálisis. Análisis de Humberto Márquez, corresponsal de La Mañana en Venezuela.
Daniel Castro: ¿Cuáles son esos acontecimientos, Humberto? ¿Ha impactado la decisión en un tribunal de Nueva York contra sobrinos de la pareja presidencial acusados de narcotráfico?
Humberto Márquez: Sí, ya es el acontecimiento político de la semana. El jurado en un tribunal de Nueva York dictaminó por unanimidad que dos sobrinos de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores, llamados Francisco Flores y Efraín Campo Flores, son culpables de narcotráfico, al conspirar para introducir 800 kilos de cocaína a Estados Unidos con apoyo de traficantes en América Central y el Caribe. Ambos fueron arrestados hace un año en Haití y entregados a las autoridades estadounidenses.
Según la agencia antidrogas de Estados Unidos, los sobrinos aprovecharon sus influencias y usaron pasaportes diplomáticos, lo cual destacó el líder opositor venezolano Henrique Capriles. La canciller Delcy Rodríguez negó que tuviesen pasaportes diplomáticos y anunció que acusará a Capriles por presentar documentos falsificados.
El parlamento de Venezuela, dominado por la oposición, discutió el tema ayer Martes y produjo un acuerdo que condenó el tráfico de influencias en el Gobierno del presidente Nicolás Maduro y conformó una comisión que investigará el caso.
La esposa del presidente solo una vez se refirió al tema este año, aconsejando esperar, y en la recta final de este juicio ni Maduro ni la primera dama hablan del asunto.
DC: ¿Algún otro acontecimiento que mueva el piso político?
HM: La verdad es que se crearon expectativas de que al iniciarse el diálogo auspiciado por el Vaticano y ex presidentes de la región se aceleraría el ritmo político del país, pero ha ocurrido lo contrario. Volverán a verse las caras el 6 de Diciembre, la retórica de confrontación permanece igual, la oposición amenaza con pararse de la Mesa, el oficialismo descarta todo posible adelanto de elecciones que signifique perder poder o compartirlo, y más de cien individuos considerados presos políticos permanecen detenidos en cárceles o en sus residencias.
DC: Pero se ha liberado un importante activista de los derechos de género.
HM: Así es. Rosmit Mantilla, activista por los derechos de la comunidad LGTBI, preso desde hace dos años y medio tras participar en protestas callejeras contra el Gobierno, fue liberado por razones de salud y este Martes se incorporó a la Asamblea Nacional, pues es diputado suplente por el partido Voluntad Popular, cuyo líder Leopoldo López también está encarcelado.
Pese a todo esto, la lucha institucional de los poderes sigue sin cambios, el Tribunal Supremo de Justicia, partidario del oficialismo, anula todas las leyes y resoluciones de la Asamblea Nacional. Un intento de destrancar el juego se produce con el acuerdo de la oposición para que tres de sus diputados, de los territorios indígenas del sur, cuestionados por el Tribunal Supremo, se desincorporen del parlamento a la espera de una nueva elección parcial, y así la oposición cede la mayoría de dos tercios, 112 de 167 diputados, que tiene en la Asamblea. Con ello, para renovar el poder electoral, por ejemplo, deberá haber un acuerdo parlamentario entre oposición y oficialismo.
Cada concesión depende de las que hagan los contrarios. Liberar uno o dos activistas es poco para una oposición que sostiene que hay más de cien presos políticos. Por eso de nuevo amenazan con levantarse de la Mesa de Diálogo. Pero entretanto ha decaído el ánimo para hacer nuevas protestas callejeras, al acercarse las festividades de fin de año.
DC: ¿Y cuál es el ánimo de la gente? ¿Hay cambios en la difícil situación económica?
HM: Como anunciamos al principio de este comentario, hay gente atenta a la situación política, tanto en la oposición que quiere un cambio como en el oficialismo que defiende al presidente Maduro; pero muchísima más, casi toda la población, está inmersa en la crisis económica, de escasez de alimentos y medicinas, inflación de casi 500 por ciento anual y una profunda depreciación de la moneda. Nada más para tener una idea, todavía el Gobierno maneja una tasa de cambio oficial de diez bolívares por dólar y en el mercado negro el dólar se cotiza a 2.300 bolívares, un valor 230 veces más alto.
De manera que si la situación política se enlentece, entró en un período de baja conflictividad, la angustia del venezolano común se mantiene en alza, por la escasez y altos precios de bienes esenciales. Quizá los venezolanos tengan las Navidades más difíciles en muchos años.
Entretanto, la búsqueda opositora de un referendo que pudiera revocar el mandato que tiene el presidente Nicolás Maduro hasta el año 2019 parece que quedará para otra oportunidad.