El diálogo entra en un "túnel del tiempo" en Venezuela
¿No se dicen "adiós" sino "hasta luego", en el diálogo de Gobierno y oposición en Venezuela? Análisis del periodista, Humberto Márquez, corresponsal en Venezuela, de La Mañana de El Espectador.
Humberto Márquez: el diálogo iniciado por el Gobierno y la oposición para buscar caminos que superen la crisis política, económica y social de Venezuela no termina de romperse aunque tampoco se mantiene firme. El oficialismo dice que permanecerá en el diálogo pero no da concesiones, y la opositora Mesa de Unidad Democrática amenaza con abandonarlo pero no se retira, como esperando la oportunidad de arrancar algunos logros al Gobierno.
Por ejemplo, en el encuentro de ayer Martes, previsto desde hace más de tres semanas, la coalición opositora rehusó sentarse a dialogar con los representantes del oficialismo, pero sin abandonar el escenario. Así que los facilitadores, que son El Vaticano y varios ex presidentes iberoamericanos, se reunieron por separado con los delegados del Gobierno y de la oposición.
El proceso ha entrado en una especie de túnel del tiempo, porque los facilitadores, encabezados por monseñor Claudio Celli, del Vaticano, y Ernesto Samper, secretario de la Unión de Naciones Suramericanas, han pedido a las partes que hasta una nueva sesión, el 13 de Enero de 2017, cese el "fuego mediático"; y que los poderes públicos no aprueben o se abstengan de dictar decisiones que deterioren más la relación entre ellos o puedan trabar el diálogo todavía más.
Atender ese pedido de los mediadores va a resultar difícil porque, en su lucha por demoler al contrario, la oposición usa su mayoría en la Asamblea Nacional, el parlamento, mientras el Gobierno cuenta con el Tribunal Supremo de Justicia, la Fuerza Armada y demás instituciones del Estado.
Daniel Castro: Pero ese diálogo se ha planteado ¿para encontrar soluciones compartidas a problemas de la gente o para buscar una salida electoral a la larga lucha por el poder?
HM: Pues para ambas cosas, porque el Gobierno planteó el diálogo para superar lo que considera acoso de la derecha nacional e internacional en su contra y buscar acompañamiento para las recetas económicas y programas sociales que aplica, mientras que la oposición colocó en primer lugar una salida electoral que pueda acortar el mandato del presidente Nicolás Maduro, que termina en Enero de 2019, y le agregó la exigencia de que se libere a más de 100 dirigentes y activistas políticos que están presos, y que se permita la entrada de ayuda humanitaria internacional, en alimentos y sobre todo en medicinas.
El ex presidente colombiano Samper dijo anoche que la próxima semana habría una buena noticia en el tema del ingreso humanitario de medicinas, cuando presentó junto a monseñor Celli un informe muy escueto sobre sus charlas por separado con Gobierno y oposición, y las propuestas que hicieron privadamente para apuntalar el diálogo.
DC: ¿Hay posibilidades de éxito para esa idea de sostener el diálogo?
HM: Queda claro que los mediadores tratan de ganar la mayor cantidad de tiempo posible para ver si pueden acercar las posiciones con algunos acuerdos concretos, aunque sean pequeños, de aquí a Enero.
Es una apuesta interesante, porque en ambos bandos hay grados muy distintos de apoyo al diálogo. En la oposición ha ganado terreno la tesis de no dialogar si el Gobierno no cede en temas como liberar a presos políticos, recomponer el poder electoral, dominado por el oficialismo, y acudir a elecciones regionales, locales o discutir una elección presidencial anticipada. Dirigentes como Henry Ramos, el socialdemócrata que preside la Asamblea Nacional, considera que ese diálogo no va a producir resultados.
Y en el oficialismo hay una defensa cerrada de sus posiciones, al punto de que una carta que se filtró a la prensa, del secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolín, en la que pidió a Maduro concesiones en los temas cruciales de la agenda, fue criticada por el número dos del oficialismo, Diosdado Cabello, acusando al cardenal Parolin de irresponsable y de faltarle el respeto a Venezuela.
De modo que la política en Venezuela sigue siendo de confrontación muy aguda, y esa confrontación se proyecta en el escenario internacional.
DC: Ahora mismo, con su polémica suspensión del Mercosur.
HM: Así es. Los cancilleres del Mercado Común del Sur han suspendido los derechos de Venezuela como miembro de ese bloque, por no haber adaptado su legislación a las normas del Mercosur.
Pero el presidente Maduro no acepta esa decisión, la considera una agresión de los gobiernos de Argentina, Brasil y Paraguay, y quiere reunirse muy pronto con su homólogo uruguayo Tabaré Vázquez para discutir el asunto y tratar de revertir la decisión.
Como se ve, dentro de Venezuela el Gobierno quiere estirar el tiempo, para que la oposición no lo alcance, pero en el exterior, ya sea buscando mejores precios para su petróleo o para que Mercosur no lo excluya, quiere acortar los tiempos y que todo fluya rápidamente.