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Mediadores internacionales buscan destrancar el juego político en Venezuela

Mediadores internacionales buscan destrancar el juego político en Venezuela
EFE

Contacto con el periodista, Humberto Márquez, corresponsal de La Mañana en Venezuela.

¿Insisten los mediadores internacionales en que dialoguen el Gobierno y la oposición?

Sí, la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur, que dirige el ex presidente colombiano Ernesto Samper, y los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero, de España, Leonel Fernández, de República Dominicana, y Martín Torrijos, de Panamá, así como el representante del Vaticano en Caracas, el nuncio Aldo Giordano, anunciaron hace pocas horas que elaboran una nueva propuesta para relanzar el proceso de diálogo.

Es que hay desencanto tanto en la oposición como en el Gobierno por los resultados del diálogo, muy accidentado, con pocas reuniones, muy interrumpidas, que han ensayado desde hace meses. El Gobierno dice que quiere diálogo para la paz, es decir, para que la oposición deje de buscar desalojarlo del poder recortando su mandato que vence en 2019. Y los opositores no han podido avanzar en su demanda de que el Gobierno se mida en elecciones, libere a los políticos que están presos y cese el bloqueo a las decisiones de la Asamblea Nacional, el parlamento, donde la oposición es mayoría.

Aunque los mediadores todavía no dan luz sobre la propuesta que presentarán a las partes, posiblemente traten de reformular la agenda de temas, un cronograma de reuniones y quizás algunas otras reglas que permitan a oficialistas y opositores sentarse a la mesa.

Vale la pena recordar entonces: ¿por qué una Mesa de Diálogo?

Porque los dos bloques políticos que contienden en Venezuela se descalifican y han desarrollado una lucha entre poderes. La Asamblea Nacional, de mayoría opositora, ha llevado las de perder, porque el oficialismo, los seguidores del fallecido líder Hugo Chávez, que gobiernan con el presidente Nicolás Maduro, tienen el poder ejecutivo, el judicial, el poder electoral, la Fiscalía, Contraloría y Defensoría del Pueblo y, por añadidura el control de las palancas de la economía y el respaldo de la Fuerza Armada.

Gobiernos de del continente, la Unión Europea, la Santa Sede y organizaciones regionales como Unasur han estimulado el diálogo para ver si los venezolanos encauzan sus diferencias políticas por vías electorales y naturalmente pacíficas. Agregan que las dificultades económicas y problemas sociales como crisis en servicios públicos y auge del crimen deberían encararse con respaldo de acuerdos políticos.

¿Hay respaldo popular para estas tesis, para estos esfuerzos?

Sí lo hay. Una encuesta nacional de la prestigiosa firma Datanálisis a la que pudimos acceder, con datos recogidos en Diciembre, muestra que más de sesenta por ciento de la población quiere que el diálogo se use para atender problemas como la escasez y carestía de productos esenciales, la inflación, el déficit de salud o inseguridad, y un tercio aprueba que el diálogo se use para buscar un cambio de gobierno.

¿Habrá luz verde para el diálogo entonces en breve?

Todavía debe esperarse por la propuesta de los mediadores. Incluso hay que destacar que el representante especial del Vaticano para estos diálogos, monseñor Claudio Celli, no vendrá a Venezuela esta semana, como sí lo hacen los ex presidentes iberoamericanos, Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Torrijos, quienes se reúnen este jueves y viernes, por separado, con gente del gobierno y de la oposición. La ausencia de monseñor Celli se puede interpretar como que el Vaticano todavía no ve acuerdos sobre el diálogo que pueda presentar como un logro.

¿Los actores políticos han detenido o cambiado sus agendas?

No. La lucha sigue, porque en el horizonte de este año hay elecciones regionales. La oposición no tiene una estrategia unificada acerca de qué hacer ahora, de momento está convocando a manifestaciones para este Lunes, 23 de Enero, aniversario de la caída de la última dictadura militar en Venezuela, en 1958.

El Gobierno, por su parte, se prepara para relanzar su programa de distribución de bolsas o cajas de alimentos a precios bajos para centenares de miles de familias, que deberán tener un carnet especial, llamado Carnet de la Patria, y que afianzará la relación del oficialismo con su electorado.
El Gobierno no ha hecho nuevas detenciones de opositores esta semana pero continúa acusando a la oposición parlamentaria de estorbar en el desarrollo de sus políticas para superar las dificultades del país. También sostiene que desde el exterior se busca asfixiar a la revolución venezolana. Un ejemplo sería que el presidente Barack Obama prorrogó por un año la orden ejecutiva de considera al gobierno venezolano una amenaza a la seguridad de Estados Unidos.

Por eso, cuando al presidente Maduro se le preguntó esta semana por sus expectativas por la administración que se inicia este viernes en Washington con Donald Trump, respondió: "Quiero ser prudente y decir: esperemos. Peor que Obama no será, es lo único que me atrevo a decir";.

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