Gobierno de Venezuela muestra su fortaleza militar y judicial
Llegan noticias de que se mantiene en prisión a un alto exjefe militar en Venezuela ¿De quién se trata? ¿Qué significa esa medida? Informe del periodista, Humberto Márquez, corresponsal de La Mañana de El Espectador en Venezuela.
Escuche el audio aquí:
Se trata del general Raúl Isaías Baduel, jefe de una brigada de paracaidistas que hizo fracasar el Golpe de Estado contra el fallecido ex presidente Hugo Chávez en 2002. Luego fue comandante del Ejército y ministro de Defensa, pero en 2007, ya retirado del servicio activo, rompió con el ex mandatario. En 2009 se le imputaron actos de corrupción que le llevaron a prisión durante unos siete años. Estaba en su residencia, con un régimen de casa por cárcel desde hace unos meses, pero el pasado Enero fue encarcelado nuevamente. Debía salir en libertad este viernes al mediodía, al cumplirse su antigua condena, pero ahora se le imputan delitos de conspiración, atentar contra la integridad nacional y traición a la patria.
La medida puede verse como una muestra del control de la actual dirigencia del país sobre el estamento militar. Hablamos naturalmente del presidente Nicolás Maduro, del alto mando militar, del Partido Socialista Unido de Venezuela y de los poderes Ejecutivo, Judicial, Electoral y demás instituciones del Estado, exceptuando la Asamblea Nacional, el parlamento, donde la oposición tiene mayoría.
¿El general retirado Baduel es el único incriminado por rebelión?
No. En las últimas semanas fueron ratificadas sentencias de hace un año o se presentaron nuevas acusaciones contra una docena de oficiales y suboficiales sindicados de conspirar para ocupar un cuartel, sustraer fusiles y alzarse en armas contra el Gobierno legítimo. Es un número pequeño, si se considera que la Fuerza Armada de Venezuela cuenta con varios miles de oficiales.
Además, un académico civil, Santiago Guevara, profesor de Economía ya jubilado en la Universidad de Carabobo, en el centro del país, fue detenido la semana pasada para ser juzgado por tribunales militares por traición a la patria y otros delitos, tras participar en reuniones con el general Baduel y posiblemente otros oficiales.
Esas medidas muestran que el gobierno se mantiene en guardia, vigilante de lo que considera movimientos desestabilizadores.
También da muestras de fortaleza en el terreno judicial.
Sí. Lo muestra la conducta de los tribunales militares que actúan frente a las trazas de conspiración que consiguen, pero también la última semana con el relevo en la cúpula del poder judicial, el Tribunal Supremo de Justicia. La presidenta de esa máxima corte, Gladys Gutiérrez, ha sido reemplazada por el magistrado Maikel Moreno.
Moreno es considerado por la prensa política local como un estrecho aliado del presidente Maduro.
Por ese motivo la oposición ha criticado su elección por los otros 31 jueces del Tribunal Supremo, sobre todo recordando que Moreno en su juventud fue condenado por diversos delitos, aunque luego se hizo policía, abogado y juez, hasta alcanzar su actual magistratura.
También desde el Consejo Nacional Electoral, el árbitro de la vida electoral y partidista en Venezuela, el oficialismo ha mostrado su mano firme, al sostener, hasta ahora, que decenas de partidos políticos, entre ellos todos los de la oposición, deben renovar sus nóminas en un proceso muy ajustado.
El proceso debería comenzar mañana sábado, y los partidos dispondrán de muy pocas horas durante un fin de semana cada uno para que miles de electores en cada estado o provincia acudan a centros automatizados del poder electoral a expresar su deseo de ser militantes. Los expertos calculan que muy pocos partidos podrán legalizarse.
También llegan sobre Venezuela nuevas muestras de atención internacional
Efectivamente, mientras en lo que va de año la oposición en el interior de Venezuela acusa desaliento o fatiga y no ha desarrollado grandes movilizaciones como en años anteriores, desde el exterior continúan las señales en favor de cambios políticos.
Esta semana ha sido el Senado de Estados Unidos, que con el apoyo de demócratas y republicanos ha pedido al presidente Donald Trump que presione en la Organización de Estados Americanos, la OEA, para que se aplique la Carta Democrática de la Organización a Venezuela, es decir, para que una misión internacional acuda al país y levante un informe con recomendaciones que se traduzcan en presión continental sobre Maduro.
Esta medida ya fue saludada por el secretario general de la OEA, el ex canciller uruguayo Luis Almagro, quien se ha convertido en uno de los baluartes internacionales de la oposición venezolana. Otra noticia desagradable para Caracas es que el presidente brasileño Michel Temer designó como nuevo canciller a un crítico del Gobierno de Maduro, el veterano político Aloysio Nunes.
Colombia, en cambio, se mostró esta semana interesada en apoyar un diálogo político entre oficialismo y oposición en Venezuela, un proceso que actualmente luce estancado.
Desde Estados Unidos también continúan las recriminaciones contra Venezuela en el tema del tráfico de drogas. La canciller, Delcy Rodríguez, ha reiterado su denuncia de que se trata de un proceso de agresión que en última instancia busca la intervención en el país.
En síntesis, el Gobierno exhibe músculo político y capacidad paradefenderse y avanzar, pese a la presión internacional, mientras la oposición aparece confinada a esperar una oportunidad electoral para que se manifieste el malestar social por la difícil situación de la vida cotidiana para los venezolanos desde hace ya tres largos años.