(Emitido a las 8.35)

JOEL ROSENBERG:
La precaria relación amistosa entre el nuevo gobierno palestino y el israelí duró muy poco. Mahmud Abas, o Abu Mazen, como quieran llamarle, juró como presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) el sábado y comenzó sus funciones con crisis. Israel cortó ya las relaciones con los palestinos por ataques de los mismos hacia territorio israelí la semana anterior. Ayer un comunicado del Comité Ejecutivo de la Organización para Liberación Palestina (OLP) dijo que "los grupos violentos palestinos deben cesar todas sus acciones militares que puedan perjudicar nuestros objetivos nacionales y darles a los israelíes una excusa para impedir la estabilidad palestina". Pero esto parece no alcanzar y el primer ministro israelí, Ariel Sharon, ya dio vía libre al ejército para ir contra los extremistas. Como ven, muchísimas novedades y nada buenas.

Para saber más nos vamos a esa zona del mundo, en diálogo con la corresponsal de En Perspectiva en Medio Oriente, Ana Jerozolimski.

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Ana, ¿dónde te encontrás en estos momentos? Se escucha un ruido ambiente bastante fuerte.

ANA JEROZOLIMSKI:
Estoy en la explanada de la municipalidad de la ciudad de Zerot, que en los últimos años se ha convertido en blanco principal de los cohetes Kazan disparados desde Gaza. Hasta hace poco rato había aquí miles de personas que se juntaron para protestar contra los cohetes, pero también contra el gobierno exigiendo medidas más fuertes. El ruido de fondo era de gente que quedó aquí, niños que están en la explanada con carteles escritos en hebreo, uno dice "Nuestra sangre tiene valor", otro dice "Tenemos que despertarnos a otro amanecer".

En este último hay un juego de palabras porque la frase que se oye por los altoparlante que fueron colocados de modo que tienen alcance en toda la ciudad es "amanecer rojo", es la advertencia de que un cohete Kazan salió desde Gaza, lo cual da a la gente aquí 15 o 20 segundos para tratar de esconderse. Y acá dice no "amanecer rojo" sino "Un amanecer diferente", todo rodeado con telas negras en señal de duelo.

JR - Decíamos que Abas asumió el sábado y las cosas no parecen estar bien ni mucho menos, las relaciones amistosas duraron muy poquito desde su elección.

AJ - Sí, evidentemente la crisis fue muy rápida, quizás demasiado rápida, la primera crisis de confianza entre el gobierno israelí y el flamante presidente de la ANP. No se llega por ahora en absoluto a los tiempos del boicot total de Yasser Arafat, si bien se anunció que se congelan los contactos con los palestinos. Incluso ministros laboristas dentro del nuevo gabinete de Ariel Sharon dicen que en esta situación, cuando caen tantos cohetes, no se puede negociar formalmente. Pero no es que se estén cerrando todas las puertas. De hecho se da una nueva oportunidad a Abu Mazen, flamante presidente, para ver si toma medidas en el terreno.

Hay una situación intermedia ahora, pero sin duda ya hay crisis de confianza, aunque a pesar de eso te diré que la sensación en Israel es que no todo está perdido con Abu Mazen.

JR - ¿Cuáles son los pasos siguientes en estas horas, cuando siguen cayendo misiles palestinos y Sharon si no entendí mal dio vía libre al ejército para ir contra los extremistas?

AJ - Lo interesante es que por un lado habla en tono muy fuerte y dice "manos libres totalmente, no hay limitaciones", hablando con gente de la ciudad de Zerot la gente dice ¿qué quiere decir manos libres?, de antemano están los límites fijados porque no quiere arruinar la perspectiva política. Yo diría que hay dos niveles, por un lado la acción militar puntual contra células armadas responsables del disparo de Kazan. Por ejemplo, ayer hubo un ataque aéreo contra una fábrica, una fundición en la que se fabrican estos cohetes y los morteros, que son de menor alcance. Pero todavía no (se hizo) lo más amplio, un operativo de gran envergadura en la franja de Gaza, porque existe el otro nivel, el intento de dar chances por la convicción política de que con Abu Mazen quizás sí se pueda llegar a algo diferente, darle chance a él de que tome medidas en el terreno.

Lo interesante es que por un lado se dice eso de medidas muy fuertes y el ejército tiene manos libres, pero por otro lado lo que se está exigiendo oficialmente no es que Abu Mazen logre ya solucionar todo, sino que las autoridades israelíes dicen que quieren ver alguna orden en el terreno que al menos muestre que está intentando parar las cosas.

Yo entrevisté anoche al viceministro de Defensa israelí, Zeev Boim, que me dijo: "No podemos concebir que Abu Mazen logre ya solucionar todo el problema porque la situación es muy compleja, pero para enviar a los policías palestinos a las zonas desde las cuales se disparan los cohetes no precisa demasiados preparativos".

JR - ¿En qué contexto cae, qué fuerza tiene el comunicado del Comité Ejecutivo de la OLP que pidió cesar todas las acciones militares que puedan perjudicar los objetivos nacionales de Palestina? ¿Tiene importancia para el gobierno israelí?

AJ - Ante todo evidentemente es una buena señal, pero no es suficiente, dicen las autoridades israelíes. Lo importante es que fue publicado en árabe y dirigido a los grupos radicales, o sea no se trata de un discurso en inglés ante europeos. Israel siempre acusaba a Arafat de tener doble discurso. Abu Mazen en ese sentido es claro, también ante los palestinos hablando desde Gaza en árabe dijo que se opone a la violencia y está convencido de que eso atenta contra los propios intereses nacionales, ya que los atentados llevan a una situación que tampoco es positiva para los palestinos. Pero las autoridades israelíes sostienen que no es suficiente, que debe ser acompañado por medidas en el terreno.

Yo daba el ejemplo de órdenes a los servicios de seguridad de que traten de impedir el lanzamiento de cohetes Kazan. Daba el ejemplo que me dijo el viceministro de Defensa, de que para enviar a los policías –y hay aproximadamente 40.000 policías armados palestinos– a los puntos en los cuales por cuestión de alcance, de quilómetros, disparan los cohetes Kazan que llegan a Israel, no se precisa demasiado preparativo. O sea, por un lado la parte declarativa es clave porque plantea las posiciones oficiales, pero por otro lado quieren que eso sea acompañado con órdenes impartidas a los servicios de seguridad para que en la práctica se pueda cambiar algo.

JR - ¿Has estado de los dos lados esta semana después de que estalló la primera crisis con el gobierno electo de Palestina? ¿Qué siente la gente? ¿Que rápidamente se esfumó la primera esperanza o aún se mantiene expectante?

AJ - Primero que nada está claro que todo esto sucede en un ambiente de muchas acusaciones entre israelíes y palestinos, pero lo interesante es que del lado palestino también se oyeron –si bien siempre van a ver a Israel como el responsable de estas crisis, así como los israelíes suelen ver a los palestinos como los responsables, y ni que hablar cuando caen los cohetes en una ciudad que no es asentamiento siquiera, sino que está dentro del territorio soberano israelí– voces como la que recién mencionaste del comunicado del Comité Ejecutivo de la OLP diciendo que con estos ataques no se llega a nada. Y por otro lado la decepción de que tan rápido se haya llegado a una crisis, pero yo no diría que se puede hablar de sorpresa total. Y, por supuesto, están también aquellos, que no son pocos, de ambos lados, convencidos de que nada va a cambiar.

Del lado israelí entrevisté al director de la escuela primaria más grande de Zerot. Es interesante ver en el patio donde los niños juegan cuando hay recreo –hoy hay huelga, no estaban allí– una especie de construcciones de cemento a las que pueden entrar como protección apenas oyen las palabras "amanecer rojo" por los altavoces. Él decía que no cree que haya un cambio dramático con Abu Mazen, que es verdad que habla diferente pero quizás sus tácticas son diferentes y el objetivo es el mismo.

Y del lado palestino también hay quienes dicen que aunque esté Abu Mazen al frente y cambie el estilo con Ariel Sharon no se va a llegar a nada.

O sea, en ese sentido hay escepticismo en ambas partes. Pero yo creo que esta crisis no necesariamente quiere decir que todo está terminado. El hecho es que ahora después de este anuncio de interrupción de los contactos con los palestinos el gobierno israelí se está aclarando: le damos una chance para que tome medidas en el terreno. La gran pregunta es qué pasa si eso no se concreta. El otro día el canciller israelí dijo: "Que no cometa Abu Mazen el error de por no impartir a sus servicios de seguridad las órdenes necesarias para frenar los atentados, esté desperdiciando la oportunidad que se le ha dado al elegirlo democráticamente el pueblo y al recibir tanto apoyo del mundo para cambiar la situación". Y cambiar la situación a favor de los palestinos significa también que termine la violencia, que de hecho perjudica a ambas partes.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe