Los coptos egipcios, una minoría sin derechos plenos

Los cristianos coptos, que han sufrido dos sangrientos atentados en vísperas de la visita del papa Francisco, constituyen una minoría de millones de fieles en Egipto, donde aún luchan por adquirir todos sus derechos y contrarrestar el discurso de odio que se ha extendido en los últimos años.
"Estamos en un país islámico y todos los dirigentes del Estado son musulmanes, así que no dan a los cristianos sus derechos, a pesar de que ellos (los responsables) son trabajadores y honestos" dice a Efe Maikel Hana, un cristiano de 36 años que trabaja como funcionario en una empresa pública de electricidad.
Hana, como muchas personas de la minoría copta apoya al régimen del presidente Abdelfatah al Sisi, que derrocó al presidente islamista Mohamed Mursi en 2013, a pesar de que considera que los ataques sectarios se han agravado desde su llegada al poder y de que el discurso de odio contra esta minoría continúa escuchándose.
"En el sermón del viernes todavía dicen que los cristianos son apóstatas y algunos llaman a matarlos", denuncia Hana, originario de la provincia de Al Minia, en el sur de Egipto, donde se concentra la mayoría de los cristianos del país.
Entre 2011 y 2016, dicha provincia sufrió 77 incidentes sectarios entre cristianos y musulmanes, según un informe de la ONG Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales.
Pero atentados más sangrientos de la historia reciente del país contra la minoría copta se registraron el pasado Domingo de Ramos contra las catedrales de Tanta y Alejandría, en el norte del país, que fueron reivindicados por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) y causaron al menos 48 muertos.
Para este copto, los ataques han empujado aún más a los coptos hacia las iglesias, "los que no solían venir antes de los atentados ahora vienen", asegura Hana.
En declaraciones a Efe, el portavoz de la iglesia ortodoxa copta, Bules Halim, confiesa que sus ciudadanos viven sin gozar de "ciudadanía completa", aunque no que no culpa de ello a Al Sisi.
"El presidente solo no es suficiente, tiene que haber otras instituciones del Estado trabajando con él. Si no están todos en esto, no habrá resultados", destaca Halim, en referencia a que los coptos no suelen optar a puestos de alta responsabilidad en las instituciones estatales, especialmente las consideradas sensibles, como los Ministerios de Interior y Defensa.
Esta marginación se produce a pesar del apoyo casi sin fisuras que las autoridades eclesiásticas coptas han mostrado en las últimas décadas a las autoridades.
Porque la Iglesia copta, la mayor minoría de Oriente Medio, juega un papel más allá de lo religioso y, ente otras cosas, propone los nombres de los cristianos que luego el presidente suele designar como parlamentarios, e intenta dirigir el voto de sus fieles antes de las citas electorales.
"Mientras el Estado siga tratando a los coptos como una secta religiosa con un único representante, el papa (Teodoro II), continuará activo el papel político de la iglesia" explica Ishaq Ibrahim, el responsable del programa de Libertad de Religión y Creencia en la ONG Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales.
Además, Bules Halim, tampoco cree que la visita del papa Francisco vaya a cambiar la situación de esta minoría, más allá de que favorecerá un "mayor estrechamiento de las relaciones entre las dos iglesias".
"Los asuntos de los coptos no se plantean a nivel internacional, todos nuestros problemas van a ser solucionados a través de las instituciones del Estado, no fuera (del país). El tema de proteger a los cristianos coptos aquí no se planteará en reuniones como las que mantendrá el papa", subraya el portavoz.
El portavoz copto, además, rechaza la palabra "minoría" y destaca que los coptos son entre 15 a 18 millones dentro y fuera del país".
Ante la ausencia de datos oficiales, Halim asegura que han obtenido estas cifras de acuerdo a los registros de 59 catedrales ortodoxas dentro de Egipto y de iglesias ortodoxas presentes en 35 países".
Egipto, con una población de 95 millones de personas, nunca ha publicado encuestas sobre las minorías religiosas. Según el activista Ibrahim, debido a que tiene "miedo a que esto le obligue a garantizar sus derechos de acuerdo a su número".
El activista indica que las cifras oficiosas apuntan que los coptos representan entre el 10 y el 12 por ciento de la población.
Entre cautela y grandes medidas de seguridad, los coptos siguen yendo a las iglesias, a pesar de las amenazas del EI y esperando la visita del papa Francisco, de la que valoran especialmente que haya seguido adelante, a pesar de los recientes ataques contra los cristianos. EFE