India, uno de los países más sucios se entusiasma

El acto en Nueva Delhi para premiar a las ciudades más limpias de la India se convirtió en una sucesión de palmaditas en la espalda, selfies y aplausos, en un país incapaz de hacer frente a la gestión de residuos o donde cerca de la mitad de sus 1.250 millones de habitantes defecan al aire libre.
El ministro indio de Desarrollo Urbano, Venkaiah Naidu, ha sido el encargado de anunciar el premio gordo, el de la ciudad más limpia del país asiático, que recayó en Indore, localidad de 2 millones de habitantes situada en el estado central de Madhya Pradesh.
En el otro extremo, el título de la ciudad más sucia se lo llevó Gonda, de 114.000 habitantes, localizada en el estado septentrional de Uttar Pradesh, el más poblado y extenso de la India y en el que el ministro dijo que ahora centrarían gran parte de sus esfuerzos.
"Si no desarrollamos Uttar Pradesh nunca podremos decir que desarrollamos la India", sentenció Naidu, un reto que coincide con la reciente y contundente victoria del partido gubernamental BJP en las elecciones en ese estado, volviendo a ocupar la jefatura del Gobierno local tras doce años de ausencia.
Pero en el abarrotado auditorio de Nueva Delhi donde se entregaron los "Nobel" de la limpieza indios no hubo lágrimas de perdedores, seguros todos los presentes de que les habían hecho recorrer parte del país para recibir alguno de los numerosos premios entregados, al desglosarse también el honor de "la ciudad más limpia" por regiones.
El único llanto, esporádico, fue el de un niño, que se intercaló con el discurso del ministro, por lo que Naidu, decidido a que nadie le aguara la fiesta, pidió a la madre que abandonara con el menor el alegre auditorio, para seguir así alabando el "espíritu de esfuerzo" que habían demostrado las ciudades premiadas.
El galardón, un busto de grandes dimensiones del padre de la nación, el mahatma Gandhi, recordaba así uno de las mayores preocupaciones del icono de la no violencia: la limpieza de la India.
"Los retretes son más importantes que la independencia", aseguró Gandhi, en un vano intento por concienciar del problema en un país en el que cada día unos 65 millones de kilos de excrementos humanos acaban en las calles, de acuerdo con datos de Unicef.
El evento de hoy se enmarca dentro de la campaña nacional "Limpia la India" lanzada en 2014 al poco de llegar al poder por el primer ministro indio, Narendra Modi, que prometió que cada casa del país asiático contará con un letrina en 2019, cuando se cumplirá el 150 aniversario del nacimiento de Gandhi.
Según los últimos datos divulgados por el Gobierno indio esta semana, desde que comenzó la campaña se han construido 30 millones de retretes en la India, lo que ha elevado a alrededor del 60% el total de la población india que puede defecar en la intimidad.
Además el tratamiento de residuos ha aumentado de un 16% en el país a un 21,5%, algo que revela sin embargo el largo camino que le queda al país, que depende mayormente de los sectores más desfavorecidos de la sociedad para recoger las 133.760 toneladas de residuos que produce a diario.
Cuando Modi lanzó la campaña en octubre de 2014, dio ejemplo escoba en mano barriendo el área de Valmiki Nagar, en Delhi, el mayor barrio de barrenderos de la capital y donde vivió Gandhi.
"No ensuciaré, ni dejaré que se ensucie", afirmó Modi, asegurando después que el mayor reto al que se enfrenta la India es concienciar a la población de que la limpieza no es cosa de otros.
Una falta de concienciación que se ve y huele con frecuencia en gran parte de las urbes indias, donde los montones de basura sirven de mina de alimentos para las vacas, perros y cuervos que se abalanzan sobre ellos. EFE