Karen Marón visitó Irak en dos oportunidades y cubrió, saliendo a las calles, las recientes elecciones. Desde Amman, habló del futuro de esa región.

Irak, muchas guerras dentro de la guerra

La periodista Karen Marón apostó a contar la ocupación de Irak de primera mano. Visitó el país en dos oportunidades y cubrió, saliendo a las calles, las recientes elecciones. Ahora, en Jordania, planifica su regreso. Contraria al "periodismo de hotel" que da "muchas noticias" pero "poca información", advirtió sobre el complejo camino que se abre tras unos comicios de incierto impacto en la región.

(Emitido a las 09.10)

EMILIANO COTELO:
"Los periodistas en Irak, como en otros conflictos, estamos bajo fuego, bajo todos los fuegos, bajo todos los riesgos. Cada día que pasa implica un nuevo aprendizaje. No el que corresponde a un buen periodista en relación a su profesión, sino el aprendizaje constante, incansable, de moverse y adecuarse a las situaciones cambiantes. Una calle o una ruta segura hoy, puede convertirse en una trampa mortal mañana. Un aliado, un cómplice, un supuesto compañero, puede ser tu entregador forzado por las amenazas o comprado por dos billetes. Porque en un conflicto, mucho de lo que parece no es".

Así habla Karen Marón, la única periodista latinoamericana que en estas últimas semanas está trabajando en el Irak posterior a la invasión, el que trata de encontrar su rumbo, aún bajo el control de la coalición encabezada por Estados Unidos.

Karen Marón, argentina, reportera free lance para 11 medios internacionales, como la BBC de Londres, Radio Francia Internacional, Telemundo de Miami, el diario Folha de San Pablo, el periódico El Espectador de Colombia y la agencia de noticias argentina TELAM.

Hoy la hemos ubicado en Amman, la capital de Jordania, donde se encuentra hace un par de días, cuando decidió abandonar el país por razones de seguridad a raíz del secuestro de su colega italiana.

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Karen, tienes 30 años, eres argentina y este no es el primer conflicto armado que cubres. Estuviste en Colombia, Perú, Chipre y dos veces en Irak. ¿Qué te hizo decidirte a trabajar periodísticamente en zonas en conflicto y además hacerlo como free lance?

KAREN MARÓN:
En realidad creo que esto está unido a una búsqueda personal. Me parece que en las guerras, en realidad ya estoy convencida, se ve lo mejor y lo peor del ser humano y es una forma muy dura de aprendizaje pero vale la pena. Eso por un lado. Por otro lado, porque hay que seguir contando la historia de las víctimas de la guerra, de los que no tienen voz, de los que no tienen posibilidades de expresarse. Creo que vale la pena seguir haciéndolo en la medida que sea posible.

Esto es una búsqueda personal y el periodismo, que creo que es uno de los oficios más maravillosos del mundo, el mejor oficio del mundo como dice el maestro Gabriel García Márquez, es lo que me permite contactarme con la gente y contar la historia.

EC – Ahora el secuestro de la periodista italiana Giuliana Sgrena fue el detonante para que tú decidieras abandonar Irak por lo menos por unos días. ¿Por qué?

KM – El tema es el siguiente: durante estos últimos tiempos lo que se estuvo haciendo es algo que se denominó "periodismo de hotel". Inclusive el legendario Robert Fisk en el diario "The Guardian" escribió mucho sobre eso. Me parece que no es una manera de hacer un periodismo ni serio ni honesto. Hay mucha noticia de lo que sucede en Irak y poca información.

EC – ¿A qué le llamas periodismo de hotel? Vamos a aclararlo brevemente.

KM – Periodismo de hotel tiene que ver con los periodistas que no salen a la calle, no hacen entrevistas. Por razones de seguridad, los periodistas dependiendo de su nacionalidad o que trabajen en grandes medios como CNN, New York Times, se encuentran en sus hoteles o en sus casas particulares, con autos blindados, rodeados de mini ejércitos privados. Esto indudablemente afecta el trabajo del periodista, qué tipo de periodismo estamos haciendo.

En lo personal yo decidí volver a Irak, en su momento, tomando riesgos y consideraciones para seguir saliendo a la calle. Lo hice durante todos los días previos y cuatro días después de las elecciones. Obviamente, no tengo autos blindados, creo que una de las técnicas es mimetizarse con el ambiente. Por ejemplo, las mujeres corresponsales trabajamos con nuestras "hijab" en la cabeza o el "chador" en el cuerpo. La "hijab" es un velo negro que nos cubre la cabeza y el "chador", todo el resto del cuerpo. Esto es por dos razones: uno, por seguridad. Están creciendo las fuerzas de los grupos fundamentalistas que están presionando muchísimo, mucho más de lo que se habla.

Por otro lado, (lo hago) por una cuestión de respeto a una idiosincrasia, a una cultura y una religión diferente.

Pero desde el secuestro de Florence Aubenas, una periodista francesa del Diario Liberation, el 5 de enero, junto con su traductor, y hace una semana el secuestro de Giuliana Scregna del "Il Manifesto" de Italia, se generó muchísima más vulnerabilidad y en lo personal rechazo hacer periodismo de hotel o como dice mi traductor Shamir hacer "recortajes", es decir tomar notas de agencias y después "novelar". Estoy convencida de que eso no es periodismo. Entonces en este momento de tanta vulnerabilidad para aquellos periodistas que sí salimos y seguimos confiando en el contacto con la gente como fuente principal para poder escribir historias, me parece que es prudente (haber salido de Irak). No tiene nada que ver con el miedo sino con la prudencia. Ayer también asesinaron a otro periodista, un periodista iraquí.

EC – En este caso es un periodista iraquí que trabajaba para una cadena de televisión árabe auspiciada por Estados Unidos. Lo mataron junto a su hijo de 8 años.

KM – Así es. En Basora la situación está sumamente complicada y a eso me refería con periodismo de hotel. Me parece que hay que tomar decisiones. El periodismo de hotel no conduce a nada. Yo entiendo las razones por la nacionalidad o por los medios en que se trabaje y también creo que es mejor estar que no estar nada. Pero en la medida que uno pueda tomar decisiones en un momento de tal complejidad...

Después de las elecciones hubo tres días que estuvieron muy calmos. Conversábamos mucho con respecto a eso y decíamos que era la calma que antecedía nuevamente a la violencia. Es tal cual como sucedió.

Giuliana frecuentaba el lugar donde yo iba a conectarme a internet, vivíamos en el mismo complejo hotelero. Yo tenía programado ir tres días después a donde ella fue para hablar con los desplazados de Faluya. Así que creo que son decisiones prudentes porque yo quiero seguir contando la historia.

EC – ¿O sea que tu idea en principio es volver a Irak?

KM – Sí, sí, tengo la idea de volver a Irak. Obviamente tomando ciertos recaudos. Creo que hay que barajar y dar de nuevo para ver qué es lo que se puede hacer.

EC – Un par de preguntas más a propósito del trabajo de los periodistas antes de pasar a hablar de Irak y de la gente. ¿Cómo es la tarea de los periodistas desde el punto de vista de la censura, de los controles? ¿Qué tipo de supervisiones había sobre las crónicas de ustedes?

KM – No, en este caso ninguna porque acá tenés varias posibilidades. Una es ir empotrada con las fuerzas militares. Ahí uno está restringido en cuanto a los lugares a los que accede. Por ejemplo, si uno va a un campo militar o está trabajando en un chek point, puestos de control o convoy, obviamente uno tiene acceso a lo que te permiten exclusivamente por las razones de seguridad que alegan los militares. Esa es la diferencia que hay entre los periodistas y los militares: nosotros queremos tener la información y ellos han perfeccionado a través de las décadas y de las guerras su manera de censurar.

Pero con respecto al trabajo en sí no hay ningún problema en Irak de seguir emitiendo cualquier tipo de información, sobre todo la que se hace en la calle o con la gente. En ese caso particular no hay ningún tipo de problema. Ahora, si alguien por ejemplo vive en un campo militar y después ve algo sobre lo que quiere escribir y lo escribe, aunque no haya tenido acceso a determinados lugares que obviamente no te permiten, la información sale. Con respecto a ese tema no hay censura, no hay una restricción.

EC – Lo otro que me llamó la atención en tu comentario anterior es la diferencia en la forma de desarrollar la tarea entre, por ejemplo, una periodista free lance como tú y un periodista de un medio de comunicación norteamericano, británico o europeo, en cuanto a los esquemas de seguridad con los que se rodean. ¿Cómo es esto?

KM – Son esquemas de seguridad realmente muy rigurosos. Un ejemplo es el New York Times que tiene una casa privada con un ejército de más de 40, 50 personas custodiando a los periodistas. Se trasladan en vehículos blindados de 500.000 dólares y uno no puede acceder a determinadas entrevistas hasta que no sea aprobada por el jefe de seguridad. Hay periodistas que están tres semanas en Bagdad y se habla de cárceles de lujo porque uno tiene esa sensación, de estar en un lugar donde no puede trabajar. Entonces, no tiene demasiado sentido.

EC – Esos medios de comunicación han decidido hacer esas inversiones importantes, muy grandes, en la seguridad de sus periodistas.

KM – Así es, estamos hablando de más de 3.000.000 de dólares anuales con vehículos blindados de medio millón de dólares. Son cifras realmente muy grandes, muy grandes. También tiene que ver con los altos costos de los seguros, con la responsabilidad, con el impacto que puede tener la muerte de un periodista que pertenece a una determinada nacionalidad. No hay tampoco demasiados free lance en este momento, cada vez están quedando menos, porque los costos de esta cobertura son muy altos por día. No solamente es el hotel, la comida, la persona que de alguna manera realiza los contactos, el traductor, el chofer... Es muy elevado cubrir Irak en cuanto a tema de costos.

Lo que comentaba anteriormente: hay formas de mimetizarse y ya en este momento uno está viendo que esos métodos no están funcionando. Es lo que utilizaban también Florence Aubenas y Giuliana.

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EC – Vayamos ahora al contexto político de Irak y su repercusión en la vida de los iraquíes.

El 30 de enero tuvieron lugar estas primeras elecciones en el Irak post Saddam Hussein, impulsadas por las fuerzas de ocupación lideradas por Estados Unidos. Los iraquíes votaron para designar 275 diputados de la Asamblea Nacional Provisoria, además de 18 parlamentos regionales. Este parlamento tendrá dos tareas clave: redactar la nueva constitución antes del 15 de agosto, para que sea plebiscitada en octubre, y elegir un presidente y dos vicepresidentes que designarán al primer ministro del gobierno provisional.

¿Cómo vivieron los ciudadanos iraquíes el proceso previo a estas elecciones, la instancia de ir a votar? ¿Qué importancia le dieron?

KM – Todo el proceso electoral fue absolutamente inusual, tuvo muchísimos errores, no es un proceso como el que se conoce en países donde es común la actividad democrática. Ha tenido muchísimos errores y lo que ha sorprendido el día de las elecciones, el 30 de enero, fue la participación. Tengamos en cuenta que el 60 por ciento de la población en Irak es chiíta y por lo tanto tenían muchas ansias de votar. Fueron muy sometidos durante décadas por diferentes regímenes y sobre todo por el de Saddam Hussein.

La lista que encabezaban los chiítas estuvo apoyada por el líder religioso, el Gran Ayatollah Ali Al Sistani. Él decía que no les corresponde a los clérigos involucrarse en política y, sin embargo, han utilizado su imagen e inclusive los chiítas han ido a votar como una obligación religiosa, tanto sea como el ayuno o alguna festividad religiosa, porque lo dijo el Gran Ayatolah.

Entonces hay una lectura con varias aristas. Por un lado estaban los chiítas, por otro lado los kurdos que obviamente eligieron a 111 miembros de su Parlamento con todas las intenciones de independizarse que tienen, aunque esta región es autónoma. Después tenemos a los sunitas que pertenecen a ciertos grupos de resistencia. El Consejo Sunita boicoteó oficial y públicamente estas elecciones.

Por otro lado, dentro de los chiítas hay otro grupo, el del clérigo Moqtada Al Sader. Es un joven clérigo que el año pasado con sus milicias se enfrentó en varias oportunidades con el ejército de Estados Unidos en Bagdad, donde hay un bastión de dos millones de personas, y por otro lado en Karbala, Najaf y Kufa, que son las ciudades sagradas al sur de Irak.

Además hay minorías como los cristianos que han hecho numerosas denuncias porque no les permitieron votar. También tienen mucho temor por el crecimiento del fundamentalismo islámico que se está viendo en este momento.  Antes de las elecciones los chiítas dijeron: "no se preocupen porque no va a haber turbantes en el gobierno". Hace cuatro días manifestaron que la constitución –supuestamente esta asamblea va a hacer un borrador de esta constitución- se va a inspirar en la Sharía, que es la ley islámica. Esto está generando mucha preocupación en los grupos minoritarios que en muchas oportunidades han sido atacados.

Por otro lado hay un grupo de sunitas, sunitas laicos o que no pertenecen a ningún grupo de la resistencia o seguidores de Saddam Hussein, que sí ha votado, inclusive fue sorprendente porque votaron más de lo que se esperaba.

Ese 30 de enero en los lugares que se nos permitía visitar a los periodistas se vio cierta algarabía y fue muy interesante y todos quedamos muy sorprendidos. Pero indudablemente sabíamos que los problemas iban a venir después del 30 de enero y todo esto se está delineando de esa manera.

Tengamos en cuenta el triunfo de los chiítas y que Estados Unidos está manifestando que Irán es peligroso. Ali Al Sistani es iraní y es pro Teherán. Entonces, el panorama geopolítico de la región se está complicando indudablemente.

EC – Es bastante claro e interesante este último aspecto que mencionas. De todos modos aclaremos que los resultados oficiales todavía no se conocen, sigue demorado el escrutinio.

KM – Así es, los resultados no se conocen. La fundamentación es que no se han dado a conocer por estos nuevos hechos de violencia. Ha sido muy lento. Primero se hizo un recuento en cada uno de los centros de votación. Esto se hizo inclusive bajo la luz de las velas porque en todo Irak hay cortes de energía eléctrica cada dos horas, hay cortes de agua y falta combustible en el país con la segunda reserva mundial de petróleo. Suceden cosas casi "macondianas" en Irak, son casi increíbles o, mejor dicho, increíbles.

Una de las cosas que más me impactó es que los iraquíes tienen que quedarse quizás hasta dos días esperando por conseguir algunos litros de combustible, no solamente para sus vehículos sino también para las estufas porque no tienen energía eléctrica. Las hileras de autos llegaban hasta cinco o seis kilómetros en un país que está asentado sobre el oro negro del mundo.

Hablando del recuento de votos, después se pasó a un centro de cómputos que funciona en la Green Zone, la zona verde, donde se encuentra Carlos Valenzuela, el colombiano que fue el jefe de Naciones Unidas dentro del Comité Electoral Iraquí. Se siguen retrasando la emisión de estos resultados aunque se sabe que en primer lugar obviamente ganó la lista apoyada por Ali Al Sistani.

EC – Un par de preguntas para el final. ¿Qué legitimidad se le adjudicará al gobierno provisional que surgirá en estas elecciones? ¿En qué medida lo percibirán los iraquíes como legítimo, teniendo en cuenta que las elecciones fueron desarrolladas con la tutela de las fuerzas armadas de Estados Unidos y Gran Bretaña, países ocupantes? Ese es uno de los problemas que puede enfrentar el nuevo gobierno: problemas de legitimidad. El otro es el que tú mencionabas recién. Todo indica que va a ser un gobierno con mayoría chiíta y, por lo tanto, con esa conexión con Irán, país con el cual Estados Unidos está hoy enfrentado. La mezcla de esos dos factores ya indica lo complejo del asunto.

KM – Exactamente. Uno de los temas fundamentales era qué legitimidad tenían estas elecciones. La votación en términos medios ha sido exitosa, más allá de las opiniones específicas de Estados Unidos. Ha sido exitosa dentro de Irak porque votaron muchas más personas de las que se preveían, teniendo en cuenta de que era un voto voluntario. Muchos otros ciudadanos no pudieron votar porque no se pudieron registrar o los centros de votación estaban cerrados. Hay un pedido específico, como decía anteriormente, de más de 200.000 cristianos que no pudieron votar en la zona de Mosul. Eso indudablemente afecta su participación en la asamblea porque esta comunidad no ha podido votar y es el tres por ciento de la población total.

Hable mucho del tema de la legitimidad con la ministra Pascale Warda, que es la ministra de refugiados. Es la única cristiana en este momento dentro del gobierno y decía que para tener cierta legitimidad había que llegar a un 70 por ciento. No se ha llegado como habían dicho algunas autoridades de Naciones Unidas cuando se terminó el escrutinio y se hablaba de un 72 por ciento de participación.

La diferencia que yo puedo observar con respecto al traspaso de poder anterior al 28 de junio, es que los iraquíes no confían en absoluto en el gobierno del primer ministro  Iyad Alawi. Aunque ha sido muy votado, es el gran perdedor de todas maneras habiendo salido tercero. Es un hombre relacionado con la CIA, con los servicios de inteligencia británicos, al que se le acusa de haber entregado datos falsos con respecto a la presencia de armas químicas en Irak para legitimar la ocupación, de la que todos sabemos cuáles son las causas.

Lo que vi este último 30 de enero es que los iraquíes decían que este era el primer paso para una reconstrucción. De todas maneras, hay que ver de qué manera se va a instalar en la asamblea este 60 por ciento de población chiíta que fue sometida. El tema de la legitimifdad también estará afectado si no participan los grupos sunitas que son un 20 por ciento de la población. Han tenido mucho poder durante la época de Saddam Hussein y lo siguen teniendo indudablemente.

Hay episodios que se van a empezar a desarrollar a partir de aquí en adelante, por eso está este detalle de que no quieren dar oficialmente los resultados de las elecciones. Respecto a lo que vos decías sobre el triunfo de los chiítas en Irak y sus relaciones con Irán, creo que será un tema que en lo mediato tendrá un  impacto muy alto.

EC – En definitiva, ¿cómo dirías que las elecciones han cambiado Irak? ¿En qué sentido?

KM – El día de las elecciones alguien me dijo: "vi por primera vez esperanza en los ojos de la gente". Es algo como muy romántico, muy idealista. Votaron aquellos que tienen sus intereses políticos como cualquier votación, pero creo que esto de alguna manera con la exclusión de los sunitas, la autoexclusión de los sunitas que dicen que no reconocen estas elecciones bajo una ocupación y tampoco -ese fue el primer comunicado que realizaron el día después de las elecciones- reconocerán los votos a los chiítas ni la asamblea kurda, creo que la caja de Pandora se abrió en marzo abril de 2003 y puede traer muchas consecuencias. Está fermentando mucho más al país, hay un conflicto del que poco se habla, que es el conflicto dentro de otro conflicto, en la parte Kurdistan al norte de Irak. También Turquía tuvo manifestaciones inmediatas a las elecciones porque la participación kurda ha sido altísima y hablan sobre la independencia kurda y cómo se pueden levantar los kurdos en Turquía...

O sea que hay muchas manifestaciones de este conflicto y hay muchas guerras dentro de esta guerra. Creo que hay que estar muy atento con respecto a lo que va a pasar en el futuro en esta parte del mundo.

Notas relacionadas:
Karen Marón, única periodista latina bajo el régimen del terror en Irak. (Artículo públicado en Colombia Universal el 27 de diciembre de 2004).
Votar a pesar del miedo, por Karen Marón. (Publicado en La voz del Interior -Argentina- el 30 de enero de 2005)

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Transcripción: Adriana Arzuaga
Edición: Mauricio Erramuspe