Tras quince años de vida en el Reino Unido, cada día que pasa me doy cuenta de Alicia en el País de las Maravillas describe a la perfección el mundo en que vivimos, un mundo en que la guerra es una suerte de deporte de los poderosos. De la misma manera que mis hijos usan juegos de computadora en que la destrucción es el objetivo, el Primer Ministro Tony Blair envía ejércitos al extranjero que terminan con cientos de miles de vidas. Mientras tanto en el Reino Unido lo que ocurre en una guerra tras otra le resulta totalmente indiferente a la mayoría de la gente. Es como vivir en un mundo irreal o, dicho de otro modo, en una serie de mundos paralelos totalmente desconectados. No me cabe la menor duda que la serie de guerras va a continuar. Pronto estaremos hablando de Siria y de Irán, y cuando terminen con Siria y con Irán seguramente se les ocurrirá la idea de continuar atacando a otros países. La gente se va des-sensibilizando; se va acostumbrando a hablar de guerras hasta que el tema les resulta aburrido; entonces, cambian de tema y se dedican a hablar de las últimas aventuras de Beckham, el jugador de fútbol, o del escándalo de turno, o de aquello que les resulte más entretenido.

Carlos Cortiglia
Londres – Inglaterra – Reino Unido