Entrevistas

España a un año de la tragedia del 11-M

A las 7.37 del 11 de marzo de 2004, millones de madrileños se dirigían en tren a estudiar o trabajar. No sería un día más. Una sucesión de explosiones irrumpió en sus rutinas y cambió la vida de los españoles. La ciudad y el país habían sufrido el peor atentado de su historia. El embajador español Fernando Valderrama y de Pareja habló de cómo vive su país este aniversario.

(Emitido a las 9.10)

EMILIANO COTELO:
Hoy es 11 de marzo y se está cumpliendo un año de los atentados de Madrid que costaron la vida a 191 personas y dejaron 1.500 heridos.

En España es un día de reflexión. Reflexión sobre cómo fue posible que España se convirtiera en blanco de un atentado tan sangriento, el mayor de su larga historia. Pero también es un día para pasar raya y evaluar las marcas, las huellas, que aquel episodio dejó en la sociedad.

En los próximos minutos vamos a tratar de acercarnos a esa realidad, y para eso les proponemos dialogar con el embajador de España en Uruguay, Fernando Valderrama y de Pareja.

Fernando Valderrama y de Pareja tiene 53 años, es embajador en Uruguay desde julio de 2004 y el antecedente anterior en su carrera diplomática es haber sido embajador en Irak. En agosto de 2000 fue nombrado al frente de la Embajada de España en Irak en calidad de encargado de negocios, cargo del que dimitió en octubre de 2002 en medio de la polémica por la invasión a aquel país.

FERNANDO VALDERRAMA Y DE PAREJA:
Así fue.

EC - Lo menciono porque evidentemente aquel hecho, aquel mojón en su carrera diplomática lo coloca en una posición muy particular a la hora de analizar los atentados del 11-M, que todo indica fueron una represalia de grupos terroristas islamistas por el apoyo del gobierno de José María Aznar a la invasión de Estados Unidos a Irak.

FV y de P - Es opinión de bastantes de los investigadores que por lo menos eso fue un hecho muy importante en la elección de Madrid como lugar para esos atentados.

EC - ¿Usted esperaba un atentado en España?

FV y de P - No sabría decir realmente si esperaba un atentado en España. Lo que sí pensaba –lo dije y además ocurrió desgraciadamente– era que ciudadanos españoles en Irak podrían ser víctimas de ataques, como ocurrió, porque en el propio 2003 hubo varios agentes de los servicios de inteligencia asesinados en distintos atentados, aparte de algún ataque fallido contra la embajada.

EC - Se lo pregunto porque habían existido menciones concretas a España como un país contra el cual se podían tomar represalias por parte de Al Qaeda. Es más, en una enumeración de países que quedaban amenazados, en octubre de 2003, Osama Bin Laden había colocado a España en el segundo lugar después de Gran Bretaña.

FV y de P - Digamos que aunque España no era el país que tenía más tropas en Irak después de Gran Bretaña, porque estaban por delante tanto Italia como Polonia, que tenían más soldados que España, aun así España estaba especialmente destacada, creo que por la implicación política. Los gobiernos de Italia y Polonia lo habían hecho con un perfil más bajo y desde luego con menos discrepancias dentro de su población que en el caso de España, que (quienes se oponían) pasaban el 80 por ciento en cualquier encuesta.

EC - ¿Dónde estaba usted a las 7.37 de la mañana de ese 11 de marzo de 2004?

FV y de P - En casa desayunando y escuchando la radio, precisamente.

EC - O sea que se enteró a los pocos minutos.

FV y de P - En cuanto empezaron a llegar los informes. De hecho yo estaba hablando con mis hijos que se iban para el colegio y vino una persona de servicio para avisarme que en la radio estaban hablando de un atentado. Empecé a escuchar y el número de víctimas y de bombas iba aumentando, hasta que aquello de ser una tragedia se convirtió en algo infernal. El número no lo es todo, ni mucho menos, pero en España psicológicamente habíamos padecido atentados con más de 20 muertos y esas cifras fueron especialmente impactantes.

EC - ¿Cuál diría usted que fue el efecto o el impacto más cercano a su persona de aquellos atentados del 11-M? ¿Cómo lo tocaron a usted?

FV y de P - A mí particularmente muy en especial por el hecho de que no es frecuente que un alto funcionario –y menos aun un diplomático– dimita; ello me había convertido en alguien al que los medios de comunicación recurrían con frecuencia para pedirle opinión acerca de Irak o de Oriente Medio en general. Lógicamente estuve envuelto en la polémica informativa que se produjo, entonces eso me tocó de cerca.

Pero aparte de eso, como cualquiera, o como a muchos madrileños, pues inevitablemente conocía a alguna persona empleada del Ministerio de Exteriores que murió en los atentados, luego a otras varias personas que perdieron familiares inmediatos –creo que casi todo el mundo en Madrid conoce a alguien– y por supuesto también a médicos y enfermeras de los que se acercaron voluntarios, que incluso estando en día libre, en día de asueto salieron de sus casas hacia Atocha a toda velocidad y me contaron su experiencia. Creo que casi nadie estuvo ajeno, aparte de las sensaciones humanas que todo el mundo puede tener y que han tenido en otros países personas muy alejadas. Implicaciones directas en ese sentido casi todos tuvimos.

EC - El terrorismo no es un factor nuevo en la vida de la sociedad española, está toda la historia de ETA con sus bombas, sus atentados y sus muertes. ¿Usted cree que del 11-M en adelante cambió la forma en que los españoles se paran frente a este fenómeno por el hecho de que se trató de un atentado de origen islamita?

FV y de P - Si me permite le voy a contestar en dos partes. El terrorismo no es nuevo en la sociedad española, pero no por ETA; en la historia de España hay varios magnicidios. Canovas del Castillo, un presidente del Consejo de Ministros, murió en un atentado anarquista; Canalejas, también presidente del Consejo de Ministros muere el 12 de noviembre de 1912 –el día en que nació mi padre, además– en un atentado cuando estaba mirando el escaparate de una librería, algo que por cierto es un hecho simbólico y me extraña que nadie lo haya usado en la literatura, porque es un caso muy particular.

Creo incluso que el terrorismo es tan antiguo como la humanidad y como la guerra, la palabra "asesino" viene de una secta dirigida por un anciano al que llamaban "el viejo de la montaña" –estamos hablando de Oriente Medio y del siglo XIII–, cuyo nombre exacto no recuerdo, que drogaba con hashish a sus sectarios para enardecerlos, por lo que se los apodó "hashisin", y de ahí viene la palabra. Estamos hablando de historia documentada de hace siete siglos. O sea que el terrorismo lamentablemente tiene unas raíces mucho más antiguas.

Pero para volver a su pregunta, creo que no ha cambiado la manera en que los españoles... Afortunadamente, además, me atrevería a decir que España no ha entrado en ese desequilibrio –sobre todo teniendo en cuenta algunas palabras que se dijeron ayer en Madrid por parte de personas más autorizadas que yo, como el secretario de Naciones Unidas–, en esa tentación del desequilibrio jurídico en que han entrado otros países para reaccionar...

EC - Usted está aludiendo concretamente a Estados Unidos.

FV y de P - No es el único caso. Desgraciadamente en la Unión Europea, sin salirnos, ahora hay un debate en el Reino Unido sobre modificaciones legales que van bastante en contra de las tradiciones garantistas británicas, por ejemplo.

EC - Usted remarca que España no fue por ese camino.

FV y de P - No, España por ahora, y pienso que estamos vacunados, lo que ha hecho ha sido simplemente reforzar cuantitativamente su aparato policial, legal, etcétera. Y la pregunta más dirigida a los ciudadanos que se hacía tampoco ha...

EC - Claro, pero usted se detenía en el nivel más institucional; yo iba también a la gente.

FV y de P - Por eso le estoy diciendo...

EC - ¿Sabe por qué? Porque además España es un país con una proporción importante de población de origen musulmán.

FV y de P - Menos importante que en otros países europeos, pero de todas maneras, sobre todo debido a la política de inmigración de los últimos años, mucho más importante, con peso. Efectivamente ahí tengo que reconocer que sí se ha instalado...

EC - ¿Se ha instalado algún tipo de temor en la gente?

FV y de P - No, yo no lo calificaría como temor, llevo ya varios meses fuera de España, pero precisamente estuve allí en los meses inmediatamente posteriores. Quizás un tipo de recelo en algunas personas con algunas personas, algún tipo de recelo y de prevención, pero que incluso puede favorecer la actuación policial en algún momento, ese tipo de recelo puede llevar a ciudadanos a ser más suspicaces y señalar algún tipo de conducta. Por ejemplo, si ese recelo hubiera existido seguramente los movimientos en torno a esa casa en una urbanización alejada de Madrid donde estuvieron operando algunos de los terroristas hubieran sido señalados con más intensidad a la policía. En ese sentido quizás pueda haber surgido un cierto recelo, no es que España fuera un remanso de tolerancia, pero antes desde luego existía menos que en otros países europeos.

EC - ¿Cuál entiende usted que es el principal desafío del gobierno español ahora, un año después de los atentados y en torno a las huellas que dejaron en su país?

FV y de P - En relación con estos atentados del 11-M hay muchas cosas que atender pero la prioridad, en mi opinión, es la atención a las víctimas y sus familiares. Y en eso se está, hay proyectos de ley, había una serie de medidas. Ayer se decidió –y seguramente lo ratificará hoy el Consejo de Ministros– ampliar los plazos que tienen los familiares y los afectados para tramitar una serie de indemnizaciones. Esa es la prioridad humana porque son las personas que han quedado tocadas en su vida, en su integridad física o en su trabajo incluso, porque hay afectados psicológicos, y gente que tuvo problemas materiales, porque no fue víctima física de los atentados pero tuvo su casa dañada porque estaba cerca. Todo esto es la prioridad, como es normal para el buen gobierno.

Inmediatamente después vienen las prioridades de tipo judicial y policial. Evidentemente ante un fenómeno que se ha expandido en los últimos años por diversas razones que hoy no hacen al caso, pero que es evidente que se ha expandido –no hay más que ver las cifras de los últimos años de atentados–, es preciso que se tomen las medidas de prevención necesarias. Uno de los resultados más obvios de la comisión de investigación parlamentaria que se abrió en España es que la prevención no fue suficiente, a pesar de que había varias alertas; para empezar no se incrementaron los medios, los recursos humanos para la investigación, con lo cual evidentemente no hubo suficiente prevención, y eso es lo segundo que hay que remediar, en mi opinión.

***

EC - Usted decía recién que entre los primeros desafíos, las prioridades a nivel de gobierno a un año de los atentados del 11-M están las víctimas, los familiares de las víctimas, un asunto particularmente sensible. Ayer el Congreso de los Diputados de España emitió una declaración institucional a propósito de este primer aniversario, y me llamó la atención el espacio que ella les dedica a las víctimas del 11-M.

Dice, por ejemplo: "El paso del tiempo nos debe afirmar cada vez más en la perseverancia para luchar contra el olvido de quienes han sufrido y sufren a consecuencia de la barbarie terrorista, cualquiera que sea su origen. Además de recordarlos con emoción siempre, debemos de estar con ellos y ayudarlos en todo momento a satisfacer todas sus necesidades. Sólo así volverán a estar entre nosotros como nosotros queremos que estén y sólo así podremos hacer justicia con ellos. En ese sentido, el Congreso de los Diputados traslada a las víctimas del salvaje atentado un compromiso firme y decidido de apoyo permanente e integral, alienta a la sociedad a secundarlo con generosidad y desea instar a los poderes públicos a una acción continuada y eficaz en la atención a todas las víctimas del terrorismo y a sus familias, que parta siempre del más profundo respeto a su dignidad y su dolor, y se concrete en cuantas medidas sean necesarias para asegurar su reparación moral y económica y su plena reinserción social".

Es largo, y creo que es un poco más largo aun, pero además es muy enfático. Parece una respuesta a las críticas que las asociaciones de víctimas han hecho a la actuación del Parlamento español en este tema, sobre todo por la forma como se ha desarrollado la investigación en la comisión especial de Diputados. ¿Usted lo lee así?

FV y de P - Lo veo de otra manera, aunque no descarto que pueda haber algo de lo que usted dice. Creo que el meollo de la cuestión es que paradójicamente los atentados del 11-M han servido para algo bueno y provechoso en este caso, que ha sido que la sociedad tuviera un revulsivo en torno al tema de las víctimas del terrorismo, que hasta ahora en España era un tema que se había zanjado básicamente con compensaciones económicas, y es cierto que las secuelas para las víctimas y sus familiares muchas veces no son sólo las materiales, sino que hay toda otra serie de aspectos. Evidentemente lo más importante por razones obvias de supervivencia es lo material, entonces en este sentido el Parlamento está respondiendo a esos planteamientos, a esas reivindicaciones, con un tono un tanto autocrítico, por eso el énfasis que usted destacaba. Un tono un tanto autocrítico reconociendo que había una laguna que colmar y que se está haciendo ahora a raíz de estos atentados tan masivos porque la masa crítica de las víctimas ha aumentado repentinamente de una manera muy importante y con una memoria en un momento en que la información abunda mucho más que antes y además está básicamente centrada en impactos como ése, que ya es prácticamente indeleble para varias generaciones de españoles. Esto hace que haya una absoluta decisión de la sociedad de dedicar más atención a las víctimas y en un plazo más largo y sostenido, no sólo un remedio inmediato después del acto.

EC - Usted dice que quizás haya autocrítica en este caso del Congreso a propósito de cómo se ha atendido hasta ahora a las víctimas del terrorismo, pero las críticas que han venido de las asociaciones de familiares han sido esas y otras. Por ejemplo, a mediados de diciembre la comisión especial sobre el 11-M escuchó por primera vez a las víctimas, y una de sus representantes, Pilar Manjón, en un testimonio que dicen que fue de los más desgarradores que haya escuchado el Congreso, denunció ante los grupos parlamentarios que "sólo hayan pensado en ellos" durante la investigación de los atentados, que habían utilizado a los afectados "como arma arrojadiza". Porque claro, todos sabemos, todos hemos visto el debate, la polémica fortísima que desde el 11-M en adelante se instaló entre el Partido Popular (PP), que entonces gobernaba, y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que ahora gobierna a raíz de unas elecciones que tuvieron lugar tres días después de los atentados y que aparentemente pudieron haber sido muy influidas por estos. Ese dato no es menor, la forma como trabajó esa comisión, al punto de que esa mujer, Pilar Manjón, pidió la creación de otra comisión "libre de intereses partidistas" para llevar adelante los trabajos que estaban pendientes.

FV y de P - Con todos mis respetos para la señora Manjón y su testimonio, que efectivamente fue desgarrador, creo que a veces se confunden los planos parlamentario y judicial, y tal vez hubo una cierta confusión de planos en este caso. Porque claro, determinado tipo de investigación y de indagación no solamente competen al ámbito policial y judicial, sino que además ellos son los que pueden hacerlas eficazmente y sin un planteamiento partidario, porque al revés, tienen que rehuir esos planteamientos. En cambio el Parlamento por esencia es un ámbito político-partidario; otra cosa es que se convierta en partidista, que es distinto. Pero lo es, entonces no se le puede reprochar en absoluto a una persona lega, porque pasa muchas veces, nos pasa a todos en alguna medida, que haya una cierta confusión de planos.

EC - ¿Qué balance hace usted de la actuación de la investigadora parlamentaria? Porque el PP, que era gobierno cuando los atentados, ha criticado de manera severa la forma en la que esta comisión desarrolló su investigación, por ejemplo a la hora de aceptar o no la comparecencia de testigos propuestos por el propio PP –estoy mencionando nada más que uno de los tantos episodios–, se ha negado a firmar las recomendaciones que la comisión ha elaborado como antesala de las conclusiones. ¿Entonces?

FV y de P - No voy a entrar en eso porque soy el embajador de España, represento al Estado aquí, incluyendo lógicamente en ello a la Corona, al Parlamento, al gobierno, etcétera, y no voy a entrar a dirimir. Únicamente me permito añadir a su información, porque si no faltarían elementos, que todos los demás grupos políticos parlamentarios han aprobado las conclusiones de la comisión, no ha sido la opinión de un partido contra la de otro, sino que ese documento ha sido consensuado. Además la comisión está presidida por el diputado Paulino Rivero, de Coalición Canaria, un grupo político minoritario que por cierto en la legislatura anterior apoyaba al PP. Simplemente añado estos datos, no voy a entrar en esa polémica política porque no me corresponde en absoluto. Pero me parece importante que se sepa que esas conclusiones previas o provisionales han sido aprobadas por todos los partidos, por todos los grupos parlamentarios, menos uno.

EC - ¿A qué parte del caso 11-M apuntan?

FV y de P - La verdad es que no las conozco en detalle.

EC - Usted decía que una cosa es la investigación judicial y otra cosa es la investigación a nivel parlamentario.

FV y de P - La investigación política, en mi opinión –es una opinión mía que creo que comparte mucha gente–, debe apuntar a establecer la responsabilidades políticas, no se trata de buscar culpables, ni de detener al autor, al inductor o al encubridor, porque eso pertenece a otros ámbitos, ni de escuchar alegatos de la defensa. En ese sentido, como le decía, las conclusiones de la comisión tienen una carga crítica básicamente en torno a elementos como la insuficiente prevención. En eso todo el mundo es responsable, porque el Parlamento, las Cortes no pueden desligarse de algo así, son las que legislan, hay condiciones parlamentarias. Evidentemente cuando se habla de imprevisión la mayor parte de la responsabilidad recae en quien gobernaba en ese momento, y probablemente eso sea lo que cree algunas de las polémicas.

EC - Para terminar el otro plano, el judicial. La fiscal del caso, Olga Sánchez, dijo esta semana: "No sé cuál es la verdad que los políticos quieren, pero sí sé la verdad que nosotros estamos buscando: quiénes idearon, prepararon y ejecutaron los atentados". Y agregó que se está "en un momento especialmente interesante" de la investigación, que el sumario vive una "fase extraordinaria de colaboración" con otros países europeos, y en concreto ha citado a Italia, Bélgica, Francia, Argelia y Marruecos.

¿Por qué es tan imprescindible aclarar estas cuestiones sobre los atentados de hace un año? ¿Para qué?

FV y de P - Entre otras cosas por un imperativo legal. Lo que ha dicho la fiscal es prácticamente el ABC del manual de un procedimiento de instrucción. En eso consiste esencialmente y por tanto vale igual para un robo en un supermercado que para un atentado de este tipo, lo único que cambia son las dimensiones, la calidad y la importancia de lo que se está indagando. Entonces la fiscal considera lógicamente que esto es importante porque forma parte del núcleo esencial de su trabajo y le ha tocado además actuar en un sumario que no es cualquier cosa, un sumario que va a pasar a la historia no ya del derecho penal español, sino del derecho internacional, por sus dimensiones y repercusiones.

En ese sentido se ha avanzado extraordinariamente, no quiero en absoluto hacer comparaciones con otros casos en otros países, pero realmente lo que se sabe con detalles concretos, nombres y apellidos, horas, fechas, lugares, conspiraciones previas, etcétera, sobre los atentados de Madrid es bastante más amplio y más rápido de lo que se sabe sobre otros. Ha sido un trabajo bastante completo y por supuesto, como usted decía muy bien, con una colaboración judicial y policial muy importante de nuestros países vecinos, que han posibilitado muchas cosas, sin las cuales buena parte de la investigación habría quedado a medias.

EC - Les cuento a los oyentes que el doctor Fernando Valderrama, embajador de España en Uruguay, está hoy aquí con nosotros en los estudios de El Espectador vestido con un traje azul, una camisa celeste, pero con una corbata negra, un distintivo negro en su solapa y un pañuelo negro en el bolsillo, elementos que en el embajador Valderrama no pasan desapercibidos porque sus costumbres van por otro lado en materia indumentaria. Se lo nota además muy afectado, hablando de manera muy compungida.

Aparte de todo esto que yo le he preguntado y usted respondió, ¿qué más le queda por decir hoy en esta charla?

FV y de P - Le agradezco que saque a relucir el tema, aunque no es fácil. A mí me quedaría por decir lo que le queda a cualquier ciudadano español hoy: que vamos a dedicar el día entero al recuerdo de las víctimas y sus familiares. Lo hacemos en otros momentos del año, pero hoy es un día muy intenso y muy especial, y seguramente el resto de nuestras vidas –por lo menos en mi caso, que ya he pasado el Ecuador, es suficiente– seguiremos acordándonos, muy especialmente los 11 de marzo. Eso nos ha marcado para siempre.

EC - ¿Cuál menciona en especial para el caso de la Embajada en Uruguay?

FV y de P - Hoy es día de luto en la embajada, como en todo el territorio nacional español, las representaciones extranjeras y los buques de la Armada en alta mar. Y nosotros tendremos, además del día de luto nacional y de las banderas a media asta, unos minutos de silencio y reflexión a las 11 de la mañana, en los que le hemos pedido a toda la colectividad española que nos acompañe.

Sitios relacionados:
A un año del 11-M, los reportajes de la SER.
11-M Masacre en Madrid. Un día para el recuerdo. (El Mundo)
El mayor atentado terrorista en Europa. (La vanguardia)

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Caterina Notargiovanni