La cadena con sede en Venezuela "no es una canal de propaganda", dijo su director Aram Aharonián.

Telesur, un proyecto de información "anti-hegemónica"

Aunque surja de un acuerdo entre presidentes, en base al trabajo de cuatro años de un grupo de periodistas, Telesur "no es una canal de propaganda", dijo su director Aram Aharonián. Con sede en Venezuela, la cadena de televisión impulsada por Chávez, Kirchner y Vázquez intentará "que no nos sigan diciendo desde afuera cómo somos y qué debemos hacer", agregó. Uruguay es propietario del 10% del canal y tendrá 20 horas mensuales de contenidos.

(Emitido a las 9.09)

EMILIANO COTELO:
En menos de un mes dará sus primeros pasos Telesur, un canal televisivo que emitirá desde Caracas y en el que Uruguay participará como socio. Se trata de una señal que según sus impulsores nace para dar su pelea ideológica entre los medios de comunicación masiva y brindar información contextualizada y balanceada de lo que sucede en América Latina.

Se habló mucho de Telesur cuando asumieron las nuevas autoridades. El presidente Tabaré Vázquez firmó acuerdos con el presidente Hugo Chávez, de Venezuela, que fue uno de los mandatarios que asistieron a la toma de posesión del nuevo gobierno.

¿De qué se trata exactamente? Vamos a conocer detalles de esta iniciativa en diálogo con Aram Aharonián, periodista uruguayo que será el director general de Telesur.

***

Aharonián, usted estuvo por Montevideo, pero ahora lo encontramos en Buenos Aires, en pleno trayecto de regreso a Caracas.

ARAM AHARONIÁN:
Exacto. Estamos haciendo una recorrida por los países latinoamericanos dando los golpes finales para el lanzamiento entre el 25 de abril y el 1 de mayo de la señal de prueba de Telesur.

EC - Usted es uruguayo, periodista, tiene 59 años...

AA - No lo recuerde, por favor.

EC - ...en su trayectoria aquí en los años 60 figuran periódicos como La Hora, El Día, El Plata, El Debate, Época y La Verdad, pero se fue de Uruguay exiliado en los años de la dictadura.

AA - Me fui de Uruguay en 1973, con gran puntería, y me comí toda la dictadura en Argentina. En los años 1974 y 1975 con otro grupo de uruguayos hicimos la Enciclopedia del Humor Latinoamericano, en Colombia; volví a Argentina y en 1986 me fui a trabajar a Venezuela por tres años; hace diecinueve.

EC - ¿En qué medios se ha desempeñado allí en Venezuela?

AA - En Venezuela trabajé para las agencias United Press International, Prensa Latina, hice la internacionalización de la agencia venezolana de información Venpress y en estos momentos soy director del mensuario Cuestión, del semanario Quantum y de la agencia Aliados. Todo eso quedará atrás con esta nueva responsabilidad en la dirección de Telesur, que es un proyecto en el que venimos trabajando desde hace cuatro años.

EC - Va a dedicarse plenamente a Telesur.

AA - Sí, no me queda otra.

EC - Vayamos justamente al proyecto en sí. Usted dice que tiene cuatro años de preparativos.

AA - Claro, de trabajar la idea; la integración comunicacional latinoamericana es una vieja idea. Lamentablemente son muchos años de frustraciones en este intento, no sólo míos, obviamente esto es un camino ya trazado, caminado, andado por una cantidad de compañeros. En la materialización, en la concretización de este proyecto, cuya idea no es original, hemos trabajado durante cuatro años y esto logra salir al frente quizás gracias a la recuperación por parte del Estado venezolano del control de su estatal petrolera que después de 100 años logra permear recursos a los sectores de menores ingresos, pero también hay un excedente que sirve de capital semilla para impulsar este proyecto.

EC - ¿Quiénes han estado empujando este proyecto?

AA - Es un grupito de periodistas y documentalistas latinoamericanos que hemos estado trabajando por la nuestra, como proyecto, y logramos finalmente credibilidad para poder lanzar a toda América Latina un proyecto que se basa en la diversidad y la pluralidad.

EC - Le preguntaba nombres porque por ejemplo el presidente Chávez mencionó entre los ideólogos, no sé si no como el principal, al cineasta argentino Fernando "Pino" Solanas.

AA - No; Fernando "Pino" Solanas ha presentado una serie de proyectos sobre esto, incluso cuando era diputado. Fernando tenía unas ideas que diferían bastante de este proyecto; obviamente todo el mundo lo reconoce como uno de los pioneros en todo lo que es la identidad latinoamericana y demás. Pino incluso está invitado a formar parte del Consejo Asesor de Telesur, junto con Eduardo Galeano, por ejemplo, que hace dos días aceptó participar, es uno de aquellos que han luchado para que esto pueda ser realidad.

EC - Pero vayamos ahora sí a la idea.

AA - La idea es que los latinoamericanos tengan la posibilidad de ver a América Latina con sus propios ojos, contextualizar la información, saber de qué se trata, vernos con nuestros propios ojos, no que nos sigan diciendo desde afuera cómo somos, qué debemos hacer y demás. Simplemente rescatar la soberanía comunicacional, poder expresar nuestras vivencias y que este proyecto sirva o coadyuve en la integración de los países latinoamericanos en este momento. Quizás este proyecto no fuera viable hace cinco años, pero la realidad de hoy permite llevarlo adelante.

EC - Avancemos un poco más en los objetivos, quizás por la vía de los contenidos, a ver si nos acercamos a entender bien qué es lo que se busca. Usted dijo en Montevideo esta semana que Telesur es un proyecto antihegemónico que nace de la necesidad de que los latinoamericanos tengan su propia voz. Entonces, ¿cuál es el diagnóstico de partida? ¿Cómo califica usted el nivel de información que hoy existe sobre los países de América Latina?

AA - Creemos que hay una parcialización total y una tendencia a una voz y una imagen únicas en los mensajes, que no representan lo que realmente sucede en América Latina y reivindicamos el derecho de nuestros pueblos a tener su propia voz. No es que vayamos a ser intermediarios de esa voz, sino que esos pueblos van a tener su espacio para dar su propia voz.

Vamos a contenidos, contenidos es información, 30 y pico por ciento de la programación va a ser periodística. No es un canal sólo de noticias sino que va a tener además programas periodísticos, va a tener una fuerte dosis de documentales latinoamericanos, una dosis de ficción, de cine, va a tener una revista matutina tirando a los temas culturales. Es una televisión de veinticuatro horas que en principio tendrá una programación de ocho horas repetida tres veces –salvo los informativos, obviamente– que se va a nutrir de lo que produzcan las corresponsalías, de lo que se esté produciendo horizontalmente en toda América Latina. Su sede de Caracas solamente se encarga de acoplar los contenidos, no de producirlos, la producción es a lo largo y ancho de América Latina y el Caribe. Nosotros apostamos a dos proyectos conjuntos, tener un canal sin tener nuevos contenidos no sirve para nada, por eso estamos lanzando paralelamente la Factoría Latinoamericana de Contenidos...

EC - ...Que tiene una sigla bastante graciosa: FLACO.

AA - ¡La gente pregunta quién es el "FLACO"!

(Risas)

EC - ¡En realidad es "la" FLACO!. ¿Qué es esta factoría? ¿Cómo la conciben?

AA - La concebimos, primero, como una estructura totalmente horizontal, con una dirección obviamente, pero que en principio está encargada de hacer un relevamiento del acervo audiovisual que hay en América Latina. El gran problema que tenemos en América Latina es que se produce una cantidad de cosas que no tienen ventanas, o sea que las realizaciones no se ven. Manejamos cifras aterradoras: de unos 650 documentales que se hicieron el año pasado apenas se exhibieron 21, o sea que no hay ventanas para dar las opiniones de lo que pasa en América Latina ni para ver las realizaciones de todo este mundo audiovisual que se mueve en nuestro continente.

Y después de eso fomentar la realización de nuevos contenidos que sirvan no solamente para Telesur sino para todos los canales latinoamericanos. Nuestra meta no es tener un canal sino fomentar que en unos años podamos tener cinco, diez, veinte canales latinoamericanos.

EC - Está bien la precisión, porque a partir de esto que usted estaba mencionando ahora, especialmente la decisión de difundir cortos, documentales, realizaciones de cineastas latinoamericanos, me resultaba breve ese período de ocho horas diarias de trasmisión en el que usted estaba pensando inicialmente.

AA - Si podemos variar las ocho horas, pasarlas a doce o incluso a veinticuatro, sería maravilloso; en este momento es impensable. El problema es que si bien hay contenidos producidos en América Latina, están totalmente escondidos, hay ministerios de Cultura que tienen 3.000 horas de contenidos que no se pasaron nunca o que se pasaron una vez y quedaron en archivos. Hay que hacer un rescate de eso, digitalizar todo ese contenido. E incluso, como nuestra idea es llegar a América Latina y no sólo a los hispanoparlantes, tenemos la tarea de traducir todo eso al portugués hasta que logremos imponer un idioma único, un portuñol o algo así, algo que obviamente no será impuesto por nosotros. Nuestro canal va a salir, por lo menos en los temas periodísticos, con un canal de audio bilingüe, o sea con un canal de audio en portugués, que es la única forma de plasmar esa idea de la integración.

EC - Y para redondear una aproximación a los contenidos, concretamente Uruguay, nuestro país, ¿qué aportará? Algunos ejemplos.

AA - En el convenio firmado entre los dos presidentes uno de los compromisos de Uruguay es aportar veinte horas mensuales de contenidos, que no es solamente lo que puedan producir Canal 5 o TV Ciudad, sino también todos esos cortos, esos documentales de productores independientes, de las universidades, de los movimientos sociales. Todo eso va a tener cabida en Telesur, obviamente con calidad broadcasting, o sea que la competencia tiene que ser en calidad de contenidos y de forma.

***

EC - En la conferencia de prensa que usted dio en Montevideo esta semana dijo que con Telesur se pretende dar una pelea ideológica en el campo de la televisión. ¿Podemos profundizar un poco en ese concepto?

AA - Ustedes recordarán que antes para imponer algunas ideas que no eran nuestras hubo dictaduras militares; en este momento hay una dictadura mediática que ha tomado ese factor de poder.

EC - ¿A qué se refiere con "dictadura mediática"?

AA - Se quiere imponer un pensamiento único, una imagen única, un solo punto de vista. Creemos que nos ven en blanco y negro cuando somos en technicolor, somos muy diversos, tenemos diversidad étnica, cultural, tenemos una pluralidad de opiniones, incluso dentro de las mismas formas de pensar, que creemos que se tienen que reflejar en una pantalla.

EC - ¿A qué medios incluye dentro de eso que denomina "dictadura mediática"?

AA - A los medios trasnacionales de información, sobre todo los conglomerados, las concentraciones de poder mediático en varios países, grandes grupos económicos que tienen tanto prensa escrita, radial como televisiva, y que realmente son factores de poder mucho más allá de lo que alguna vez fueron los partidos políticos. El caso venezolano está muy latente todavía, lo mismo está sucediendo con las presiones que reciben los gobiernos de Argentina y Brasil de grupos económicamente muy fuertes como Clarín y O Globo, y las posibilidades de mostrar en los medios trasnacionales de información las realidades latinoamericanas, no solamente a nivel de gobierno, sino a nivel de sociedades, son cada vez menores.

EC - Se ha mencionado a Telesur como una iniciativa antagónica a la cadena CNN.

AA - No, en absoluto. Telesur va a tener una agenda propia, una agenda latinoamericana, no puede ser antagónica a nada. Obviamente no va a tener la misma forma de información descontextualizada, sin balance, sino un tipo de información mucho más contextualizada, balanceada, que tenga que ver con los valores latinoamericanos y que sirva sobre todo al leit motiv, que es coadyuvar a la integración de nuestros pueblos. No puede haber integración de pueblos si no nos conocemos entre nosotros. Últimamente sabemos una cantidad sobre lo que sucede en Chechenia pero no sabemos lo que sucede en la esquina de nuestra casa.

EC - No es la primera vez que se plantea un intento de este estilo.

AA - No, en absoluto.

EC - ¿Cuál es la diferencia en esta ocasión, o por qué este proyecto sí tiene posibilidades?

AA - La diferencia es que el momento histórico quizás sea diferente, que en este caso, si bien los Estados fomentan el canal, no es un canal de gobiernos.

EC - Sobre ese punto quiero hablar con usted enseguida, pero lo dejo continuar.

AA - O sea que los Estados fomentan la presencia de un canal y acuerdan que sea diverso y plural, no es un canal del viva Chávez, viva Kirchner, viva Tabaré, viva Lula, ni nada por el estilo. Los presidentes aparecerán mientras sean noticia y es un canal que apuesta justamente a la integración. También es posible porque desde el vamos surge con un capital semilla que le permite la salida y con una forma de bicicleta financiera que va a permitir su operatividad de ahí en más, sin depender de los erarios públicos.

EC - Justamente, ¿de quién es Telesur? ¿Quiénes son los propietarios de Telesur?

AA - Por ahora los propietarios de Telesur son en un 70 por ciento el Estado venezolano, en un 20 por ciento el Estado argentino y en un 10 por ciento el Estado uruguayo.

EC - Mi pregunta siguiente es: esa pelea ideológica de la que usted hablaba...

AA - Estamos hablando de ideas.

EC - Sí, ¿pero cuánto depende del mantenimiento en el poder de los gobiernos de estos países que usted acaba de mencionar?
 
AA - Si la idea fuera depender de los erarios públicos sería limitado o ilimitado de acuerdo a cuánto se mantuvieran los gobiernos, pero esto no es una política de gobiernos. ¿Usted cree que pueda haber en este momento gobiernos en América Latina que estén contra la integración regional?

EC - No, pero me pregunto cuánto de progresista, de izquierda, tiene ese planteo ideológico del que usted estaba hablando.

AA - Esto no es problema de izquierda o de derecha, el planteamiento es coadyuvar a la integración, y la integración depende de una cantidad de cosas, sobre todo del rescate de la soberanía de nuestros países.

EC - Llevado a un término bien concreto, ¿usted imagina este proyecto prosperando con la participación de Uruguay si el presidente es el doctor Jorge Batlle, el doctor Lacalle, el doctor Sanguinetti?

AA - No sé, supongo que se hace mucho más fácil con Tabaré Vázquez, en este momento el presidente es Tabaré Vázquez. Más allá de los presidentes hay Estados, sociedades, más allá de los gobiernos están los pueblos, y este es un problema que tenemos que terminar de entender: los Estados no son sólo los gobiernos.

EC - La otra cara del asunto –entendiendo qué es lo que se busca y cómo se lo llevará adelante– es algo que usted mencionó al pasar sobre lo cual me gustaría detenerme. Hay algunos riesgos en un proyecto así, de signo diferente de otros medios masivos a los que usted ha criticado. ¿Telesur no terminará siendo tan sesgado como los modelos que procura enfrentar?

AA - Esperemos que no, la apuesta es a que no, a que sea diverso y plural. Si sesgado es tener una opinión propia será sesgado, la opinión propia que se enfrentará a la opinión envasada que nos llega no solamente por la información sino también a través de la publicidad, del entretenimiento o de lo que se llama cultura de masas. Es un rescate de la identidad latinoamericana, un rescate de las raíces, de la memoria y de la palabra.

EC - Pero para ir a algo más concreto aun, ¿en Telesur habrá espacio para la crítica, para la oposición a los gobiernos de los países propietarios de la cadena?

AA - Obviamente, estamos hablando de información, no de propaganda. No es un canal de propaganda de gobiernos; por eso digo, hagamos la diferencia entre Estado y gobierno.

EC - Digo porque en Venezuela el panorama político está muy dividido, a la gestión del presidente Chávez se opone un sector de la población con críticas muy variadas y muy fuertes que incluso sostienen que los medios de la oposición son a su vez perseguidos por el gobierno. ¿Cómo juega todo eso en los contenidos de Telesur a propósito de ese país en concreto?

AA - Yo vivo en Venezuela desde hace diecinueve años, la libertad de expresión y de prensa es absoluta, ab-so-lu-ta, no hay ningún caso de censura, de prisión de periodistas, ni de persecución a nadie. Los dueños de los medios tienen todo el derecho a tratar de seguir teniendo las prerrogativas y los beneficios que han tenido toda su vida, pero vamos a no confundir libertad de empresa con libertad de prensa. En Venezuela no existe ningún problema con la libertad de expresión ni con la libertad de prensa, lo que existe es un nuevo marco regulatorio para desmanes de una prensa que se había convertido en un poder y quería convertirse en un Estado. Los reglamentos internos de cada país son de cada país, hay que respetar también la soberanía de cada país para tener su reglamentación, su legislación, y poder tener una información balanceada significa tener la opinión de los diversos sectores de la sociedad.

EC - ¿Y yendo de nuevo al ejemplo de Venezuela?

AA - ¿Si va a haber algún opositor hablando? Obviamente sí.

EC - No, si la información va a ser balanceada a propósito de Venezuela concretamente.

AA - Claro que va a ser balanceada.

EC - Lo mismo a propósito de los otros países que están detrás del proyecto.

AA - Lo mismo a propósito de Uruguay, Argentina, Brasil, la información va a ser balanceada. Quizás lo que sorprenda es que vamos a tener una agenda informativa totalmente diferente de lo que estamos acostumbrados que nos impongan.

EC - ¿Algún ejemplo?

AA - A mí no me interesa lo que pasa en Chechenia más que lo que pasa en Argentina.

EC - Está bien, eso en cuanto a otras partes del mundo; ¿pero en cuanto a la información sobres nuestros propios países?

AA - A mí me saca de las casillas ver en la televisión trasnacional, por ejemplo, que hay unos indios locos en Bolivia a los que un día se les ocurrió sacar a un presidente y al otro día desaparecieron; no creo que sean indios locos ni que hayan aparecido puntualmente para sacar a un presidente. Toda esa desinformación, esa descontextualización de la información es creer que es noticia solamente aquello que es un suceso policial o algo similar, quita todo el valor de la información de las cosas que se hacen en nuestros países que nunca se ven reflejadas en ningún lado. En nuestros países tenemos un nivel de exclusión social alarmante que es tomado como un crimen y no como un factor que deviene de unos gobiernos neoliberales que nos dejaron en la bancarrota total. Esa es la batalla que vamos a dar en Telesur.

EC - Mauricio Rabuffetti, que es nuestro comentarista de temas internacionales, le formula una pregunta: si no le parece que está incurriendo en una generalización en la crítica que hace a propósito de esa visión única en los medios de comunicación, si no se está siendo injusto con numerosos periodistas que tratan de trabajar de manera independiente.

AA - No, en absoluto, yo estoy hablando de los grandes medios de comunicación; no soy injusto en absoluto, yo soy un periodista y también he trabajado para esos medios. Reivindico totalmente la labor de los periodistas como trabajadores, nosotros tenemos que trabajar en los medios que nos den trabajo. Eso no tiene nada que ver con el reconocimiento de que hay un intento o una realidad de oligopolios mediáticos en nuestros países y a nivel internacional que nos impone una agenda informativa y una forma de dar la información que no tiene que ver con nuestra realidad ni con nuestra idiosincrasia. No estoy metiendo a los periodistas en esto, estoy hablando de los dueños de los medios de comunicación, que son los que realmente imponen las pautas informativas. El periodista lo único que puede hacer es no firmar su nota para quedar libre de conciencia, pero tiene que trabajar en los medios. Yo llevo cuarenta años trabajando en medios de todo tipo.

EC - Para terminar, dos o tres preguntas sobre detalles prácticos. Los países que integran el paquete accionario de Telesur participan de distintas maneras; Uruguay concretamente lo hace con un 10 por ciento del capital inicial, que son unos 250 mil dólares; ¿ese dinero ya fue depositado?

AA - Ese dinero se da en contraprestación de servicios.

EC - No va a ser en efectivo.

AA - Que yo sepa, no.

EC - El capital fundamental para el arranque del proyecto es el que ha puesto Pedevesa, dice usted.

AA - No, yo no dije nunca Pedevesa, dije el Estado venezolano.

EC - ¿Y cómo juega Pedevesa?

AA - Pedevesa es parte del Estado venezolano.

EC - Pero no directamente en Telesur.

AA - No, no, el capital lo aporta el Estado venezolano.

EC - ¿Cuánto es?

AA - 2,5 millones fue el capital inicial.

EC - ¿Cuándo y cómo se va ver Telesur?

AA - Después del 1 de mayo, cuando empiecen las señales de prueba, se va a ver en distintos países de distinta forma, primero por las cableras, después por retrasmisión de canales regionales, comunitarios, independientes y también por señales de aire.

EC - ¿Las empresas de televisión para abonados van a contar con la señal de Telesur?

AA - Claro.

EC - ¿Eso ya está convenido?

AA - Con algunos sí, con otros se va a empezar la negociación cuando esté la señal de prueba en el aire, si no estaríamos vendiendo aire.

EC - En el caso concreto de nuestro país, ¿ya están hechos los acuerdos correspondientes?

AA - No; hay contactos, no acuerdos. El panorama en Uruguay es de una fragmentación muy grande, hay una cantidad enorme de cableras en el interior del país que dificulta un poquito la negociación. También estamos estudiando la posibilidad de tener un canal de aire para trasmitir Telesur.

EC - ¿Un canal de aire que trasmitiría Telesur en Uruguay?

AA - Es una de las ideas; depende mucho de toda esa discusión que se da en Uruguay sobre la posibilidad de nuevos canales de aire.

EC - ¿Lo que se pone en el aire en menos de un mes es una señal de prueba?

AA - De prueba, es una señal que muestra la identidad, tendrá promociones de la programación e incluso con avances informativos cada tanto.

EC - ¿Cuándo se conocerá el proyecto completo?

AA - Creemos que antes de finalizar el semestre.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Foto: Gentileza del periódico Voces del Frente