El mundo dijo adiós a Juan Pablo II
En la mañana de este viernes fue enterrado el Papa Juan Pablo II y la ceremonia fue uno de los eventos más importantes de los últimos tiempos. Se calcula que 2.000.000 de personas presenciaron el entierro, entre las que asistieron personalidades políticas de decenas de países, representando distintas culturas y religiones.
La ceremonia duró casi tres horas y comenzó a las 5 de la madrugada, hora de Uruguay. Fue una misa calculada y diseñada a la perfección que se hizo en un altar armado en la Plaza San Pedro del Vaticano, frente a la entrada de la Basílica.
El funeral estuvo presidido por el decano del Colegio de Cardenales, el alemán Joseph Ratzinger, acompañado por un total de 600 obispos, arzobispos y cardenales.
Una vez finalizada la misa, el féretro fue trasladado hacia el subsuelo de la Basílica donde el cuerpo fue inhumado en una sencilla ceremonia, sólo presenciada por unos pocos cardenales.
El Papa Juan Pablo II fue enterrado tal cual pidió en su testamento (dado a conocer el jueves) "bajo tierra" y no en un sarcófago como al resto de los Papas. Siguiendo su voluntad, el difunto pontífice descansa en un triple ataúd y bajo una lápida de mármol con su nombre.
Sus restos mortales están en la misma capilla donde estuvo Juan XXIII hasta que fue beatificado. La tumba de Juan Pablo II recién podrá ser visitada por los fieles a partir del lunes.
El funeral reunió a unas 200 delegaciones de distintos países de todas partes del mundo y representantes de todas las religiones.
Las delegaciones oficiales fueron ubicadas en una zona privilegiada de la Plaza San Pedro para presenciar la misa. El acto fue la mayor concentración de autoridades gubernamentales y religiosas jamás vista en el mundo.
Las cifras divulgadas esta tarde dicen que asistieron un total de 57 presidentes, 17 jefes de gobierno, 17 monarcas y 24 embajadores, además de las diferentes delegaciones. También, estuvieron presentes 142 dirigentes religiosos no católicos representando las más variadas organizaciones religiosas.
Uruguay fue representado oficialmente por el embajador en el Vaticano, Daniel Pérez del Castillo, quien estuvo en la ceremonia junto a la primera dama, María Auxiliadora Delgado, y el hijo mayor del presidente Tabaré Vázquez, Álvaro. Ambos dijeron a El Espectador que viajaron por una decisión familiar.
El embajador Pérez del Castillo definió a El Espectador que el panorama que pudo presenciar era como un "mosaico de personalidades".
"Fue un mosaico de los representantes de todo el mundo que estaban junto a Juan Pablo II. No solamente los jefes políticos sino también representantes de todas las religiones (cristianas, ortodoxas, del mundo musulmán, judíos, budistas). Y, según el subjefe de Policía del Vaticano, todo se desenvolvió con gran tranquilidad y serenidad", contó el embajador.
Homenajes en Uruguay
En Uruguay, este día fue decretado duelo nacional. Según se anunció, el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, oficiaría una misa en la tarde de este viernes en la Catedral Metropolitana.
Durante la mañana, se hizo un acto en recuerdo del Papa al pie de la Cruz, ubicada en Tres Cruces, que recuerda las dos visitas de Juan Pablo II al país. La convocatoria fue hecha por organizaciones políticas y religiosas.
El ministro de Educación, Jorge Brovetto, y Julio María Sanguinetti, senador y presidente de la República en el momento de las visitas del pontífice, hicieron referencia a la gestión religiosa de Karol Wojtyla y a la cruz del Papa como homenaje y despedida.
"Frente a esa lucha el resultado ha sido que en definitiva en el mundo existe más pobreza y en América Latina más pobreza y miseria. Requiere repensar los caminos seguidos y enfoques políticos y teológicos diferentes", destacó Brovetto.
En tanto Sanguinetti dijo: "esta cruz, testimonio histórico, de la visita, que dio lugar a un debate en el Parlamento por los alcances del Estado laico. (Un Estado) no antirreligioso, sino neutral ante las diversas religiones".