ROMPKBZAS

La historia los absorverá

La corrupción abre brechas. Todavía hay muchos que no llegan a comprender cuanto tiene que ver la pobreza de las mayorías con la riqueza mal habida de unos pocos.

Hoy Brasil es un buen ejemplo de esa brecha profunda que carcome nuestras sociedades. Una brecha infame que tiene de un lado a millones de pobres y del otro a un puñado personas enriquecidas en base a sus vínculos con el poder de turno.

Ahora aparecen el ejército presionando a los jueces del Supremo Tribunal, amenazando con  un posible alzamiento si Lula era liberado y también el PT llamando al pueblo a rebelarse contra la decisión de la justicia "de cualquier forma y con cualquier método".  

Los militares deberían ser sancionados y si Lula fuera el líder que dice ser, tiene la obligación de evitar que se llegue a situaciones trágicas. Debería apaciguar los ánimos, aceptar la decisión de la justicia y dar su batalla desde otro lugar.

Pero temo que eso no va a ocurrir. El poder, la ambición y también el miedo, ciegan.

Cito una opinión de Luis Nieto, escritor, cineasta y ex integrante del MLN, publicada hoy en el Semanario Voces: "¿Puede un presidente desconocer lo que estaba pasando frente a sus propias narices, y, todavía peor, cuando varios de sus hombres de confianza estaban involucrados? Si bien Lula consiguió sacar de la pobreza extrema a varios millones de brasileros, también arrastró al desprestigio al propio sistema político, a las instituciones del Estado, y a pérdidas económicas que podrían haber contribuido a hacer del Brasil un país del Primer Mundo. Si Michel Temer es hoy el presidente no hay que olvidar que antes fue el Vice de Dilma Rousseff. La fragmentación del poder político en ese país, y la ingeniería necesaria para mantener cierta gobernabilidad, ha producido alianzas increíbles por cuyas costuras se ha infiltrado la corrupción. Fue interesante ver a un obrero metalúrgico en la presidencia de una nación poderosa, o a una exguerrillera, luego como sucesora, pero tras esa fachada se escondía el jogo bonito del verdadero poder brasileño, del que el partido de gobierno  acabó siendo un rival muy falto de forma para poner en pie un Estado competitivo, propietario de una empresa como Petrobrás, la empresa más grande de Brasil, y la empresa de propiedad estatal más grande de América Latina. Obviamente, dirigir una empresa como Petrobrás debió ser el sueño del Partido de los Trabajadores, el que aupó a Lula al poder, pero ahí están los resultados", dice Nieto.

No deja de ser interesante ver cómo reaccionan muchos de nuestros compatriotas de izquierda. Para ellos está bien que tres ex presidentes de Perú vayan presos por los sobornos pagados por Odebrecht, pero está mal que por lo mismo vaya preso Lula.

"Lula sacó de la pobreza a millones", dicen y tienen razón.

Pero recuerden que  Stalin salvó al mundo de los nazis y después asesinó a millones de sus compatriotas.

Todos los grandes líderes han hecho algo en beneficio de algún sector de sus pueblos, sino su liderazgo no existiría.

Acusan a la presidenta del Tribunal Federal Carmen Lucía, que votó contra el Habeas Corpus,  de "tener familiares trabajando para la Red Globo", un conglomerado manifiestamente anti Lula.

Pero no dicen que el juez José Antonio Dias Toffoli, nombrado por Lula y que votó a favor del Habeas Corpus,  fue consultor jurídico de la Central Única de Trabajadores entre 1993 y 1994 y asesor jurídico del PT en la Cámara de Diputados entre 1995 y 2000. Además, fue abogado en tres de las campañas presidenciales de Lula y subjefe de Asuntos Jurídicos de la Presidencia entre 2003 y 2005.

Con esta lógica se llega al inmovilismo y la impunidad, porque nadie podría criticar o juzgar a nadie porque todos tienen un muerto en el placar.

Se mencionan las ideas y los proyectos, todos muy elogiables, pero si no se condicen con la práctica ¿de qué sirven?

Muchachos: ya deberían haber aprendido que el fin no justifica los medios.

Nos insultan a nosotros ¿y? ¿qué cambia? Deberían saber que no somos brasileños, jamás estuvimos en ningún gobierno, que en Brasil a nadie interesa lo que podamos opinar  y que  jamás recibimos nada de Odebrecht. Peor, la denunciamos, y no ahora sino en los 90, cuando muchos de los arribistas ahora críticos, la elogiaban por la obra del Conrad y los contratos con OSE.

Un presunto izquierdista uruguayo en el colmo de su paranoia escribió en mi muro de Facebook: La carroña de hijos de puta que se abrazan a militares y a que mueran pobres en Brasil está contenta...Son verdadera gente de mierda los que quieren a Lula afuera...En definitiva por ser eso es que les pagan".

Se comenta solo.

Vuelvo a la nota de Luis Nieto: "La sociedad uruguaya está dividida, cada parte empieza a odiar a la otra".

Ayer recordaba que un importante dirigente del Encuentro Progresista, hoy ministro, y al que hace muchos años le cuestioné su escaso interés en los casos de corrupción que se revelaban en los 90 me contestó: "No se puede hacer política con la corrupción".

Pues señores, hoy en todo el mundo la corrupción se apropió de la política.

Y está más que demostrado. La corrupción arrasó sueños y esperanzas en todos lados. Ya no necesitamos probarlo más. No se trata solo de Lula, sino de todos los corruptos estén donde estén.  

El desafío es como reducirla a su mínima expresión. Porque el antídoto no existe. Pero la solución siempre estará en la política y en como los ciudadanos la entiendan, porque no es un tema individual, es un asunto de Estado.

No nos alegra lo que ocurre, más, es tristísimo ver en esta situación a gente en la que creímos.

Es muy evidente el descrédito de políticos y partidos. Ahora son ellos los que deben reaccionar. Porque si no lo hacen, la historia los absorverá.