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El Líbano celebra elecciones inciertas después de nueve años sin urnas

El Líbano celebra elecciones inciertas después de nueve años sin urnas

El Líbano acudirá a las urnas el próximo domingo para renovar el Parlamento por primera vez desde 2009, al amparo de una nueva ley electoral de efectos inciertos, en un país frágil por sus equilibrios confesionales y por las influencias de las potencias regionales.

Las nuevas reglas electorales, aprobadas en 2017 tras arduas negociaciones, establecen un sistema proporcional, pero mantienen la división del electorado en función de su religión, algo que, en opinión de algunos observadores, garantiza que las tradicionales familias políticas libanesas mantengan el poder.

El analista Michel Naufal dijo a Efe que "incluso los legisladores que elaboraron la ley no logran controlar sus mecanismos. Se está en la niebla".

"A pesar de las enmiendas hechas antes de su aprobación, la clase política guarda sus privilegios y continuará en el poder", comentó Naufal, aunque no descartó que las reformas abran espacio para algunas sorpresas, lo que supondría que algunos independientes o partidos minoritarios ganasen un escaño.

El Líbano es un mosaico de 18 comunidades religiosas y se rige por un sistema de reparto de poder en función de la confesión religiosa.

La Presidencia corresponde a un cristiano maronita, la jefatura del Gobierno a un musulmán suní y la del Parlamento, a un chií; a la vez los 128 escaños de la cámara se reparten en dos partes iguales de 64 diputados cristianos y 64 musulmanes.

Una de las contiendas electorales más importantes, por el liderazgo de la comunidad suní, se desarrollará en Beirut, entre el actual jefe de Gobierno, Saad Hariri, y el ex primer ministro Nayib Mikati.

La Corriente del Futuro, de Hariri, obtuvo el mayor grupo político en el Parlamento en las elecciones de 2009, pero no se puede prever si lo mantendrá, dada la floración de nuevas listas y por la crisis abierta el año pasado con la dimisión sorpresa, luego revocada, del primer ministro.

En el norte del Líbano, zona de mayoría cristiana, se presentan tres candidatos que, en función de sus resultados en las Parlamentarias, podrían postularse como aspirantes a la Presidencia en un futuro.

El más destacado es Yebrán Basil, ministro de Exteriores y yerno del actual jefe de Estado, Michel Aoun; y se enfrenta al líder del grupo nacionalista Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, y de la formación prosiria Marada, Suleiman Franyie.

Más clara está la disputa en territorio chií, donde el duopolio que forman la formación política Amal y el partido-milicia Hizbulá, mantienen su hegemonía desde hace décadas y solo son amenazados por algunas pequeñas familias políticas y candidatos independientes.

Según Naufal, en estas elecciones, dadas las peculiaridades del sistema electoral, se ha diluido la bipolaridad entre el bloque proiraní y prosirio del 8 de Marzo, liderado por Hizbulá, y del 14 de Marzo, prooccidental y prosaudí, encabezado por Hariri.

"En esta campaña no hay ni principios políticos, ni programas electorales. Solo alianzas locales que hacen que uno puede ser aliado en una región y no en otra, lo que equivale a que todos están con todos y todos contra todos", dijo Naufal.

Las únicas excepciones a esa premisa, según el analista, son Hizbulá y el partido Kataeb, la falange cristiana, grupo de derecha y principal antagonista de la milicia chií.

El analista y profesor universitario Hyamn Mallat anticipa "problemas" para la formación del Gobierno debido al nuevo sistema de voto proporcional, lo que, de concretarse, conllevará complicaciones "para aplicar los proyectos elaborados para sacar al país a flote".

Mallat incidió en que "no hay partidos políticos sólidos", por lo que compañeros de formación se han presentado en listas adversas con el objetivo de ganar un escaño.

El nuevo sistema, según el analista, también propicia que los grupos parlamentarios presenten programas de desarrollo regionales, pensando en el electorado, "tratando de obtener el mayor beneficio para ella y no para el resto de la nación". EFE