La ETA anunció su disolución en una carta
La organización terrorista ETA anunció, en una carta fechada el 16 de abril, su decisión de dar por terminado su ciclo histórico y comunicó que ha disuelto "completamente todas sus estructuras".
En la misiva, enviada por la organización terrorista a varias instituciones y agentes políticos, a la que ha tenido acceso Efe, la banda terrorista transmite su decisión de "dar por terminado su ciclo histórico y su función, dando fin a su recorrido".
"Por tanto, ETA ha disuelto completamente todas sus estructuras y ha dado por terminada su iniciativa política", dice la carta.
Ya el pasado 18 de abril se conoció esta intención de la banda, que ponía como fecha para el anuncio oficial el primer fin de semana de mayo, después de que en octubre de 2011 anunciara el cese definitivo de sus acciones violentas.
Dos días después, el 20 de abril, ETA reconocía en un comunicado el "daño causado" a las víctimas -más de 850 muertos- y decía que lo sentía "de veras" y pedía "perdón" expresamente a las víctimas, aunque solo a las que no estaban relacionadas "directamente" con lo que ellos califican de "conflicto".
El acto oficial de disolución está previsto para el día 4 de mayo en la localidad vascofrancesa de Cambo-les-Bains y concluirá con la lectura de una declaración a cargo de "representantes de la comunidad internacional".
Los gobiernos regionales del País Vasco español y de Navarra anunciaron que no acudirán a la convocatoria, aunque sí lo hará el Partido Nacionalista Vasco (PNV), en el gobierno de esa región española.
El anuncio de la disolución de ETA se produce después de casi sesenta años de existencia, con más de 850 muertos a sus espaldas, y un declive continuo de la organización terrorista, gracias a la labor policial y judicial.
ETA surgió a finales de la década de los 50 del siglo pasado, en plena dictadura franquista, con el objetivo de lograr la independencia del País Vasco a través de la violencia terrorista.
El primer crimen reconocido por la banda fue el de un agente de la Guardia Civil en 1968, y el último, un gendarme francés en 2010. EFE