¿Paz entre las Coreas o caballo de Troya?
Desde el siglo XIX la península de Corea ha sido escenario de las rivalidades de poder entre China, Japón y Rusia, las potencias de la época. Su posición geográfica le asigna un carácter estratégico desde el punto de vista geopolítico, lo que es motivo de tensiones y guerras. La que estalló en 1950 y duró hasta 1953 enfrentó a los Estados Unidos y Corea del Sur contra el ejército comunista de Corea del Norte, apoyado por China, y terminó en un armisticio, sin que se acordara la paz entre ambas naciones.
A lo largo de 65 años Corea del Norte fue gobernada por dictaduras, siendo la actual parte de una dinastía familiar. Durante la década de 1990 y dentro del marco de tensiones recurrentes, tuvieron lugar acercamientos entre los Estados Unidos y Corea del Norte, con el objetivo de alcanzar un acuerdo de desarme nuclear, el cual sería eventualmente firmado durante una visita presidencial del entonces presidente, Bill Clinton a Pyongyang.
A lo largo de estas últimas décadas, las sucesivas presidencias de los Estados Unidos han variado en su postura diplomática: desde la política de acercamiento con cautela de Bill Clinton, a la de George W. Bush, cuya política adoptó una posición abiertamente antagónica al régimen, abriendo un nuevo periodo de tensiones y amenazas mutuas.
Durante las últimas dos décadas, Corea del Norte ha ido acelerando su proceso de producción de material nuclear con fines militares, a la vez que desarrolló un programa balístico de lanzamiento de misiles con gradual incremento en su precisión y alcance.
Simultáneamente, ambas Coreas realizaron intentos de apertura de diálogo, en busca de acuerdos de paz y desarme, aunque el final siempre fue el mismo, el mantenimiento del statu-quo de la post-guerra y la continuación de las tensiones en la península y con los EE.UU.
Durante el gobierno de Barack Obama se llevaron adelante nuevas tratativas de desarme y de acercamiento entre las dos Coreas, sin resultados. Bajo el mando de Kim Jong-il aumentaron las pruebas nucleares y los lanzamientos de misiles, generando un nuevo nivel de conflicto, el cual adoptó un carácter grave al asumir la presidencia Donald Trump.
Mientras tanto se prepara una cumbre con el propio Trump, quien tras una muy dura retórica de amenazas y descalificaciones, ha aceptado reunirse con el líder norcoreano. El próximo secretario de Estado, Mike Pompeo visitó al líder norcoreano para preparar el encuentro.
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