Nacionalistas ucranianos apresan a un brasileño que combatió con prorrusos
Un grupo de ultranacionalistas ucranianos apresó en un monasterio en Kiev al brasileño Rafael Lusvarghi, que combatió en las filas de los rebeldes prorrusos en el este de Ucrania.
Lusvarghi, de 33 años, fue llevado por los integrantes de grupos radicales vinculados con el temido Batallón Azov hasta la sede del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), según se pudo ver en unas imágenes en las que un joven nacionalista abofeteaba al ciudadano brasileño.
Además, le obligaron a pedir al presidente ruso, Vladímir Putin, que le canjeara por soldados ucranianos en manos de los separatistas prorrusos.
Los nacionalistas, que condujeron a Lusvarghi por las calles de Kiev con las manos atadas a la espalda, pidieron enérgicamente explicaciones a los representantes del SBU por la liberación de un ciudadano extranjero que había matado a ucranianos.
Seguidamente, los funcionarios se llevaron a Lusvarghi al interior del edificio, donde fue interrogado, informó la portavoz del SBU, Elena Guitlianskaya.
Lusvarghi fue condenado en enero de 2017 a trece años de cárcel por participar en actividades terroristas contra el Estado ucraniano, pero fue puesto en libertad a finales del pasado año aparentemente por irregularidades procesales.
Al parecer, decidió refugiarse en un monasterio ortodoxo a las afueras de Kiev, ya que las autoridades le requisaron su pasaporte, por lo que no podía abandonar el país.
El ciudadano brasileño llegó en octubre de 2014 a la región de Donestk, donde se apuntó voluntario en las filas de los separatistas prorrusos, y resultó herido al año siguiente, por lo que abandonó la zona de conflicto.
Regresó a Brasil a mediados de 2016, aunque volvió a este país a finales de ese año atraído por una falsa oferta de trabajo.
En realidad, el SBU le había tendido una trampa y le detuvo nada más aterrizar en el aeropuerto internacional de Borispol, tras lo que Lusvarghi fue condenado a trece años de cárcel en el primer proceso de esa clase contra un extranjero. EFE