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El papa hará santo a Pablo VI

El papa Francisco hará santos en el Vaticano el próximo 14 de octubre a Pablo VI y al arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero, asesinado antes del estallido de la guerra en 1980, unidos ambos por una estima recíproca.

Francisco anunció la fecha de su canonización durante un consistorio y, junto a ellos, serán elevados a los altares los curas italianos Francesco Spinelli y Vincenzo Romano, la religiosa alemana Maria Caterina Kasper y la española Nazaria Ignacia March Mesa.

"San Romero de América" fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un escuadrón de la muerte mientras oficiaba misa en la capilla de un hospital de San Salvador en los días previos al estallido del conflicto armado salvadoreño (1980-1992).

Desde el púlpito Romero denunciaba la injusticias y la represión de aquel entonces y defendía a los desprotegidos, lo que terminó por costarle la vida.

Es conocida la estima que Pablo VI y él se profesaban y en su último encuentro, el 21 de junio de 1978, dos meses antes de la muerte del papa, este dijo a Romero que sabía "su difícil trabajo".

"Necesita tener mucha paciencia y mucha fortaleza. Ya sé que no todos piensan como usted, es difícil en las circunstancias de su país tener esa unanimidad de pensamiento, sin embargo, proceda con ánimo, con paciencia, con fuerza, con esperanza", le dijo Montini, tal y como recuerda el monseñor en su diario.

Romero refirió al papa que en sus denuncias "a la situación violenta del país siempre llamaba a la conversión" pues, mientras se mostraba "compasivo con los que sufrían" la guerrilla, "hacía la denuncia del pecado y llamaba a la conversión de los pecadores".

El proceso de canonización de este símbolo de la iglesia centrada en los pobres de Latinoamérica ha durado 24 años pues encontró las objeciones de un sector que le veía demasiado próximo a la Teología de la Liberación, una corriente eclesial de cariz marxista.

Sin embargo su elevación a los altares fue acelerada tras la elección del papa Francisco, el primer papa latinoamericano de la historia, que le beatificó en 2016.

El milagro atribuido a su intercesión que le hará santo fue el de una mujer salvadoreña con una enfermedad terminal y embarazada que, después de que su esposo rezara a Romero, sanó y dio a luz.

La Santa Sede homenajeó a Romero con un vídeo que recupera sus palabras en su última homilía, el 23 de marzo en la catedral de San Salvador: "En nombre de Dios, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno: cese la represión".

Por su parte Pablo VI, cuyo ministerio petrino transcurrió entre 1963 y 1978, es recordado entre otras cosas por llevar a término y defender el Concilio Vaticano II, iniciado por su predecesor, el ya santo Juan XXIII, en 1962.

Aperturista como el influyente Concilio que presidió, Montini fue el primer papa viajero y el primero en visitar Tierra Santa y en 1970 sufrió un atentado en Manila, apuñalado por un boliviano.

Otorgó la púrpura a Karol Wojtyla y Joseph Ratzinger, se le considera un símbolo del diálogo y la reconciliación entre Iglesias.

Prueba de ello fue el histórico abrazo con el entonces patriarca Atenagoras, que abrió el camino de reconciliación entre la Iglesia católica y la ortodoxa más de 500 años después del cisma de Oriente.

Su santificación ha sido posible después de atribuirle un segundo milagro: la curación "inexplicable" de una niña italiana con pocas posibilidades de nacer viva por carencia de líquido amniótico y que, tras rezar al pontífice, nació sana, informan los medios locales.

En la ceremonia, Francisco también hará santa a la monja española Nazaria Ignacia March Mesa (1889-1943), que pasó la mayor parte de su vida en Bolivia y fundó el Instituto de las Misioneras Cruzadas, presentes en veintiún países, sobre todo latinoamericanos.

Junto a ellos, serán inscritos en el Libro de los Santos el cura lombardo Francesco Spinelli (1853-1913), fundador de las Adoratrices del Santísimo Sacramento; el napolitano Vincenzo Romano (1751-1831) y la alemana Maria Catalina Kasper (1820-1898), fundadora de las Pobres Siervas de Jesucristo.

La ceremonia de canonización promete ser uno de los actos centrales del próximo Sínodo de Obispos, la asamblea de prelados llegados de todo el mundo al Vaticano y que este año abordará temas relativos a la juventud desde el 3 hasta el 28 del mes de octubre.

En el consistorio, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amado, destacó que el ejemplo de todos ellos "continúa iluminando la Iglesia y el mundo con la misericordia". EFE