Tragedia en Cuba: la hora de la modernización
Mientras el Gobierno achaca la depauperación de Cubana de Aviación al embargo económico de Estados Unidos, la realidad muestra la inconformidad del pueblo con los problemas recurrentes de la aeronáutica civil cubana.
La tragedia aérea ocurrida este viernes (18.05.2018) en La Habana vuelve a poner en la mesa de discusión un dilema de casi treinta años: la crisis de la aeronáutica civil cubana. Una crisis que comenzó a inicios de los años 90 cuando se escucharon por primera vez las noticias de una posible quiebra económica de la aerolínea oficial, Cubana de Aviación. En fecha reciente, el reconocimiento público del mal estado de la flota aérea, que obligó a la cancelación por tiempo indeterminado de una gran cantidad de vuelos nacionales, fue para muchos cubanos un indicio claro de que el Gobierno debía tomar medidas más radicales en la modernización de la infraestructura de la aeronáutica.
La pregunta que muchos cubanos se han hecho sin encontrar respuesta es: ¿por qué insiste el Gobierno en transportar a sus nacionales en viejos aviones rusos, algunos con casi 60 años de explotación, mientras para garantizar la entrada de turistas a la isla se están dando fuertes pasos desde hace al menos diez años para ofrecer a las agencias de turismo internacional que operan el destino Cuba una imagen de seguridad absoluta?
Necesidad de modernización
La flota aérea cubana cuenta con poco más de veinte viejas aeronaves, todas de fabricación soviética, de las líneas de producción Ilyushin (IL), Tupolev (TU) y Antonov (AN). El resto de los aviones de la flota opera mediante arrendamiento, como es el caso del que acaba de accidentarse en La Habana, arrendado a la pequeña aerolínea mexicana Damojh, que había sido fabricado en 1976, por lo cual llevaba ya más de 40 años de explotación. Cubana de Aviación, además, opera destinos internacionales en código compartido con aerolíneas como Blue Panorama, Aeroflot, Copa, y Avianca, entre otras. El arrendamiento más reciente para la modernización de su flota fue en 2017: dos nuevas naves ATR 72-500, rentadas a la empresa sudafricana Solenta Aviation. Sin embargo, en los vuelos nacionales se siguen empleando los mismos viejos aviones.
Decir, como ha dicho alguna prensa internacional, que no son frecuentes los accidentes aéreos en Cuba es, en el mejor de los casos, un error de perspectiva. Una empresa como Cubana de Aviación que por causas muy diversas no vuela tan frecuentemente como otras líneas de su tamaño, desde 1960 hasta 1989 sufrió 11 accidentes considerados graves, y desde la década del 90 hasta la actualidad suman ya 10 accidentes: un promedio de al menos una tragedia cada tres años.