El comunicado dice que "en función del acuerdo firmado para poner fin a la huelga de los camioneros, que vieron sus reivindicaciones acogidas", los participantes en el paro deben "retornar al trabajo y propiciar normalidad a la vida de los brasileños".

Además advierte de la "necesidad indispensable de abastecer a todos los sectores de la economía nacional, particularmente a los que dicen de la alimentación, los medicamentos y los combustibles", que han escaseado desde el inicio de la huelga con la paralización de la distribución en todo el país.

El comunicado considera "importante evitar que, habiendo logrado sus objetivos, este movimiento sea usado con objetivos políticos", en una aparente alusión a la presencia en las protestas de lo que el Gobierno ha calificado de "infiltrados", que se resistirían a poner fin a la huelga.

Temer, Maia y Oliveira también garantizaron que "en este momento, los poderes Ejecutivo y Legislativo están unidos en defensa de los intereses nacionales" y "asumen el compromiso de aprobar y poner en práctica, en el menor tiempo posible, todo lo acordado" con los sindicatos de los camioneros.

El acuerdo que permitió poner fin a la huelga, que los sindicatos han dado por concluida pero aún persistía hoy en algunas regiones del país, incluye una fuerte rebaja del precio del diesel, cuyas continuas alzas dispararon el malestar entre los camioneros. 

EFE