"Nosotros sabemos que en Nicaragua hemos tenido 11 años de paz y que estamos encaminados a recuperar, a través del diálogo, a través del encuentro de saber escucharnos esa paz, esa tranquilidad, esa seguridad, en la que nos habíamos acostumbrado a vivir las madres, las niñas, los niños", indicó.

Según Murillo lo que no han "perdido nunca es la fe", y por eso "desde la fe" están convocando "a trabajar todos unidos como gran familia nicaragüense" para "reencontrarse con buen corazón".

"Sabemos que con fe y con Dios, no hay imposible, que vamos a recuperar esta Nicaragua de cristianismo, de devoción, de oración, esta Nicaragua de bendición, esta Nicaragua que debe ser de prosperidad y victorias, y la vamos a recuperar en nombre de Jesús", añadió la primera dama.

Murillo señaló que se han "congregado en comisiones de paz en todo el país, comerciantes, productores, líderes sociales, religiosos, a trabajar con vocación como misioneros de paz".

"Eso es lo que tenemos que hacer. Nos sobra la capacidad de amar en nuestra Nicaragua. Nos sobra capacidad de comprometernos como hermanos a vivir como familia para que todos ganemos. Cuánta gente ha perdido tanto, y no solamente personas de un signo político, muchas personas de distinto signo político han perdido, están perdiendo. Todos hemos perdido porque hemos perdido la paz", agregó.

La vicepresidenta reiteró que para lograr la paz "es imprescindible reconocer la ruta de seguridad, de encuentro de trabajo y paz, y recorrerla todos juntos".

Nicaragua cumple hoy 50 días de una crisis sociopolítica que ha dejado al menos 127 muertos y más de un millar de heridos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Las protestas contra Ortega comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social y se han convertido en una reclamación que pide su renuncia entre acusaciones de abuso de poder, ejecuciones extrajudiciales y corrupción. 

EFE