Polonia se reivindica como cuna del vodka
Varsovia acogerá el primer museo sobre el vodka polaco, una iniciativa con la que Polonia quiere reivindicarse como la cuna de esta bebida espirituosa, parte de su identidad cultural y actualmente uno de los licores más consumidos del mundo.
"El vodka nació en Polonia y, hoy día, no hay otro país que produzca esta bebida con la misma calidad que nosotros, que además contamos con una denominación de origen que así lo avala", explicó a Efe el responsable de la Fundación del Vodka Polaco, Andrzej Szumowski.
"Queremos que este museo sirva para reivindicar el origen del vodka polaco, lo dé a conocer a turistas de todo el mundo", añadió Szumowski, quien asegura que Polonia está orgullosa de ser "cuna" de esta bebida, "como México lo es del tequila o Japón del sake".
El primer registro escrito de la palabra "vodka" se encuentra en la Polonia de 1405, donde aparece una referencia a esta bebida y a sus efectos desinfectantes, mientras que el primer documento escrito encontrado en Rusia, el otro país que reivindica ser el origen del vodka, está datado un siglo más tarde.
Para Szumowski, el vodka polaco es parte del ADN de su país, de su "historia, herencia y tradición", que se remonta a 500 años de antigüedad y que es hoy se ha convertido en una de las exportaciones polacas más conocidas.
Según la denominación de origen, para poder hablar de verdadero vodka polaco ("wódka", en idioma polaco, lo que literalmente significa "agüita") todo el proceso de producción debe tener lugar en Polonia y sólo pueden usarse uno de estos seis ingredientes: trigo, cebada, avena, centeno, triticale o patata.
El nuevo museo se ubica en una antigua fábrica de vodka del siglo XIX, una construcción de estilo neogótico que ha sido cuidadosamente remodelada dentro de un programa cofinanciado por la Unión Europea para revitalizar una de las zonas tradicionalmente más deprimidas de Varsovia.
El museo, que se inaugurará el próximo 12 de junio, ofrecerá al visitante exhibiciones interactivas, presentaciones y proyecciones, donde conocer la historia de la producción del vodka a través de la historia, así como información y anécdotas sobre el impacto del vodka en la cultura polaca.
El recinto también ofrece la posibilidad de degustar los diferentes tipos de vodka polaco y participar en catas para diferenciar las características que cada ingrediente da a esta bebida espirituosa, y además contará con un restaurante especializado en gastronomía polaca.
Este museo, con acceso solo para adultos, pone fin a su exposición con una llamada ingeniosa al consumo responsable de alcohol, y ofrece a los visitantes la posibilidad de ponerse unas gafas especiales que distorsionan la visión y crean un efecto similar al que producen varios niveles de alcohol en la sangre.
Polonia es el mayor productor de vodka de la Unión Europea y el cuarto más importante a nivel mundial, después de Rusia, Estados Unidos y Ucrania, con alrededor de 300 millones de litros al año y Francia como primer destino de su producción.
Con estos números y aunque el vodka tiene aún mucho peso en la cultura local, lo cierto es que poco a poco el licor tradicional polaco comienza a ceder terreno ante otras bebidas alcohólicas como el vino o el whisky.
El whisky, de hecho el gran rival del vodka en Polonia, vive desde hace años una etapa de expansión en el país centroeuropeo, como demuestra el hecho de que en el transcurso de la última década la demanda de esta espirituosa haya crecido un 500%. EFE