El pasado viernes, Argentina anunció la firma de un acuerdo "stand by" a tres años con el FMI por 50.000 millones de dólares, a los que se sumarán 5.650 millones aportados por otros organismos, para bajar la inflación, lograr equilibrio fiscal y evitar una crisis.

"Ir al FMI no es un pecado ni mucho menos, las críticas a la toma de deuda con el organismo internacional están muy influenciadas por lo ideológico", dijo hoy el expresidente Duhalde, del peronismo, en una entrevista en la radio pública de Buenos Aires, La Once Diez.

Duhalde dirigió el país en un breve periodo de un año y medio en medio de la fuerte crisis económica generada en el 2001, y pidió un rescate al FMI en el 2002, en un momento en el que "había tanto miedo entre todos", algo en lo que él mismo se incluyó, y afirmó que "la gente se puso contenta" cuando acordó el crédito con la institución.

Aunque opinó que "las cosas no están tan mal" en la actualidad como entonces, opinó que no es "justo" el rechazo que ha recibido el presidente Mauricio Macri.

Toda la oposición argentina se ha mostrado contraria al acuerdo, y han advertido de que supondrá un severo ajuste.

"Las ideologías son secundarias cuando se trata de salir de una crisis", dijo al respecto Duhalde, que también recordó que la mayoría de países están asociados al FMI, y no "para ir a ver un partido de fútbol o un sorteo", sino para "poder pedir ayuda cuando hay dificultades".

En lo que, según el exmandatario, sí "se puede estar en contra", es en "qué exige el Fondo".

Duhalde criticó que Macri ha reiterado un "sello de la dirigencia" argentina, que "cuando llegan al poder tienen borrachera de poder y creen que pueden solucionar todos los temas desde lo partidario o desde círculos más pequeños, desde una mesa chica".

También cuestionó al actual presidente del país porque "ni siquiera tiene en cuenta a sus socios del radicalismo y de otros partidos (el partido de Macri, el PRO, acudió a las elecciones en alianza con otras fuerzas dentro del frente Cambiemos).

La propuesta de Duhalde para la situación actual de Argentina fue convocar a una "mesa de los argentinos" en la que el oficialismo y la oposición puedan "discutir grandes temas" y lograr "acuerdos mínimos para políticas de Estado".

El Gobierno argentino había solicitado negociar un acuerdo con el FMI el pasado 8 de mayo, en medio de fuertes turbulencias financieras que hicieron que el peso argentino se depreciara casi un 25 % con relación al dólar en el último mes. EFE