La ONG explicó en un comunicado que los aviones militares aumentaron hoy sus bombardeos contra el noroeste de la provincia de Deraa y realizaron más de 22 ataques contra el pueblo de Tafas, contra el cual también fueron lanzados misiles y artillería pesada, al mismo tiempo que prosiguen los combate entre las tropas y las facciones rebeldes e islamistas.

Según el Observatorio, las fuerzas gubernamentales tratan de hacerse con el control de esa localidad, además de cortar las vías de suministro y las carreteras que comunican Tafas con otros puntos de Deraa para aislar a los combatientes que se encuentran en la zona.

De forma paralela, prosiguen las negociaciones entre representantes de los grupos opositores de la provincia de Deraa y el Gobierno sobre el destino de las áreas en poder de los primeros en esta región, uno de los últimos bastiones de las facciones.

Las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad buscan hacerse con el control de toda la zona, donde regía un alto el fuego desde julio de 2017, que fue roto el pasado día 19 de junio con el comienzo de la actual ofensiva gubernamental.

Desde entonces, al menos 126 civiles han muerto, cifra que incluye a 24 menores y 23 mujeres, según el último recuento del Observatorio, que calcula además que 120.000 civiles se han visto desplazados por la violencia.

Por su parte, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) calcula que el número de desplazados asciende a 160.000 y en su mayoría se han dirigido a zonas cerca de la frontera jordana, que permanece cerrada.