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EZLN: México solo "cambió de capataz"

EZLN: México solo "cambió de capataz"

Las elecciones presidenciales que ganó el líder de izquierda nacionalista, Andrés Manuel López Obrador, terminará en "desilusión", porque México "cambió de capataz", pero "el finquero (hacendado) sigue siendo el mismo", dijo el viernes el indígena Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

"Podrán cambiar de capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo", dijo en un comunicado el antiguo líder de ese grupo rebelde, el "Subcomandante Marcos", que cambió su seudónimo por "Galeano", en homenaje a un maestro indígena fallecido que usaba ese sobrenombre.

El posicionamiento de ese movimiento, que preserva el control de algunos municipios remotos, enclavados en las montañas de Chiapas (sur) con vínculos con otros movimientos indígenas, indica que "al menos la ilusión actual alivia esa historia de fracasos, a la que luego se sumará la desilusión prevista", dice el texto, firmado por otro legendario líder encapuchado, "Moisés".

Los líderes de ese movimiento que se levantó en armas en 1994 y luego de largas negociaciones abandonó la lucha armada y reaparece en forma esporádica anunció que no se sumarán a la campaña de López Obrador.

El tono irónico del líder zapatista que se volvió célebre por su pipa y un máscara negra se trasluce en el texto que revira el lema del presidente electo de izquierda nacionalista "por el bien de todos, primero los pobres".

"Por el bien de todos, primero los huesos", revira el EZLN, que postuló a una precandidata presidencial, María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, quien no pudo consumar una candidatura independiente y finalmente no llegó a la boleta electoral de los comicios del pasado 1 de julio.

IRONÍA, METÁFORAS E INSULTOS

El título del comunicado en lenguaje coloquial mexicano indica "Píntale caracolitos a los malos gobiernos pasados, presentes y futuros", una expresión grosera para insultar a otra persona, ocultando el dedo pulgar bajo los otros dedos de la mano.

En una metáfora futbolera, el comunicado indica que "el dueño del balón no pierde, no importa qué equipo gane".

Los zapatistas convocaron a sus simpatizantes, grupos, colectivos y organizaciones a apoyar al Concejo Indígena de Gobierno (CIG) en un "Encuentro de redes de apoyo al CIG", para relanzar su movimiento después del triunfo de López Obrador, que entusiasma a las izquierdas, dentro y fuera del país.

"La gran final tan esperada y temida concluyó, y el equipo vencedor recibe, con falsa modestia, los clamores de los espectadores", dice la descripción, que alude al final del proceso electoral, cuando por primera vez gana la presidencia un líder de la izquierda electoral, con la que el zapatismo siempre ha tenido relaciones tensas.

El EZLN prefiere las relaciones horizontales con las organizaciones de la sociedad civil independiente, que lo apoyaron durante sus levantamientos y las caravanas que recorrieron el país en las últimas dos décadas.

"¿Cuántas veces ha escuchado usted eso? Muchas, ¿vale la pena contarlas? Las derrotas reiteradas", dice el texto con el cual los rebeldes rompieron el silencio tras los comicios que el líder izquierdista de 64 años, con 53 por ciento de votos, rodeado de líderes políticos que son detestados por los rebeldes.

Los zapatistas salieron de sus enclaves el 17 diciembre de 2014, con una demostración en silencio de más de 40.000 indígenas en las montañas de Chiapas, encapuchados, y vistiendo precarios atuendos en pleno invierno boreal, antes de anunciar que buscarían una candidatura presidencial independiente que no prosperó.

La metáfora que nunca menciona a López Obrador ni a su deslumbrante cierre de campaña en el Estadio Azteca, sí lo alude con un relato, describiendo que, para llegar a la grandiosa edificación deportiva, "usted ha tenido que sortear escombros, cadáveres, suciedad".

"Como si el Gran Estadio fuera el hoyo negro que absorbe la vida a su alrededor y que, aún insaciable, eructa y defeca cuerpos sin vida, sangre, mierda", escribió Galeano en su conocido tono irreverente y desafiante.

El relato indica además su molestia "con esa insistencia casi obscena, en una escenografía que no coincide con la realidad: colores y sonidos proclamando el fin de una era y el paso al mañana soñado, la tierra prometida, el reposo que ya ni la muerte promete".

"Usted trata, sin conseguirlo, de hacer suyo el entusiasmo que inunda las tribunas, los palcos (…); no, nosotras, nosotros, zapatistas, no nos sumamos a la campaña, por el bien de todos, primero los huesos'", puntualiza el comunicado.

El zapatismo nunca ha apoyado las campañas presidenciales de López Obrador, desde 2006, cuando era postulado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda).

Aquel año, Marcos salió de sus refugios en las selvas y se lanzó contestatario a sembrar "La Otra Campaña".

En aquella ocasión, montado en una motocicleta, metáfora del periplo juvenil del argentino Ernesto Guevara, antes de convertirse en El Che, se propuso mostrar a los candidatos presidenciales las heridas de los desamparados.

Los sectores de izquierda que apoyan a AMLO, como llaman sus seguidores a presidente electo, aún recuerdan con amargura la frase lacónica de advertencia de Marcos: "AMLO nos va a romper la madre a todos".

En México hay entre 15 a 20 millones de indígenas de los más de 120 millones de habitantes, y los zapatistas siempre se han propuesto propone hablar en nombre de ellos, los más pobres de los pobres, casi todos viviendo en pobreza extrema

Son un desafío para el próximo mandatario que tomará posesión el 1 de diciembre, quien esta semana ha buscado la reconciliación con el presidente Enrique Peña Nieto, el Consejo Coordinador Empresarial y los magnates más ricos del país, Carlos Slim y Germán Larrea. (Sputnik)